miércoles, 28 de febrero de 2018

DESDE MI TORRE: ¿QUÉ SE CELEBRA EN ANDALUCÍA?


Hace justamente siete años, el 28 de febrero de 2011, escribí con dolor esta página que reproduzco por su vigencia y que, curiosamente, ha sido la más leída en la historia de este modesto voz blog, teniendo más de 5.000 visitas. Página que volví a editar el año 2013 y que no ha perdido nada de su vigencia. Nada ha variado de ayer a hoy. Y esto, creo yo, debería llevarnos siempre a una serena reflexión cuando llega la festividad del llamado "Día de Andalucía". Sigo preguntándome: ¿qué es lo que tenemos que festejar? Desde entonces hasta hoy han ocurrido más cosas que los lectores deberán añadir según sus recuerdos. Ya no son 30 años de nada, sino 38, y las circunstancias en las que el pueblo andaluz se encuentra parece que son eternas. Aquí hay mucho palique, mucho blá-blá, mucha publicidad institucional, mucho bombo y platillo y pocas realizaciones, sobre todo en los temas sociales, que son los más candentes en una sociedad a la cola de las comunidades autónomas. Mentalmente, actualicen los datos y verán que seguimos lo mismo, o peor, que cuando esta página se publicó en 2011 y 2013. Muy probablemente el equivocado sea yo. Ojalá. Señal sería de que Andalucía, nuestra tierra, es ejemplo de bienestar y honestidad para todos los demás pueblos de España.


   Cuando llega este día y la Junta de Andalucía lo celebra a bombo y platillo, me paro a meditar pensando en qué hay que celebrar. Aquella ilusión colectiva del referéndum de 1980, que nos dejó un muerto en el camino, se ha ido desvaneciendo hasta convertirse en el fruto de un mal sueño al que podríamos llamar pesadilla. Como decía Francisco Rosell de Manuel Chaves, han sido treinta años de nada. Aunque afilando el lápiz, dándole la vuelta a la frase, podríamos decir que han sido treinta años de muchas cosas, de muchas desilusiones y desesperanzas.
      Los que siempre hemos creído en el potencial de Andalucía, en sus hombres y mujeres, en su cultura, en las ventajas de su diversidad geográfica, en su posible potencial económico, y en sus marcadas señas de identidad, nos hemos sentido estafados en estas tres décadas en las que sólo hemos podido contemplar la pérdida de nuestros activos en todos los órdenes, la implantación de una nueva dictadura disfrazada de un falso socialismo, el robo sistemático de las arcas públicas, la alienación de las personalidades, el culto desmedido al Poder, la vulgarización de nuestros más sensibles elementos, la indefinición de nuestro panorama socioeconómico, la orfandad de nuestros valores, la crecida del paro en oleada alarmante, el tunel sin salida de una juventud que se agota sin saber en qué emplear sus manos y su inteligencia, la miseria en la que viven miles de ancianos que sudaron para ver un mañana mejor, la falta de un esquema progresista, la justicia dormida y favorecedora de los poderes fácticos, el sarampión funcionarial de los recomendados, la necesidad, la miseria, la apatía, la indignidad de la clase política...
      ¿Esto es lo que hay que celebrar? 
      Se nombra a Alfonso Guerra -en estos días en los que ellos mismos se homenajean entre sí- como Hijo Predilecto de Andalucía para "reconocer a una figura de primer nivel en la escena política española en la transición", según Mar Moreno, consejera de la Presidencia, ignorándose, vergonzosamente, que él mismo había nombrado virrey a su hermano, propiciando el primer gran caso de corrupción política en nuestras fronteras naturales, sin que la justicia, por supuesto, se impartiera férrea como a cualquier hijo de vecino. Se le da este título a quien ha dicho -ignoro si recordando sus tiempos de actor y director del grupo Esperpento- que "Andalucía ha experimentado en los últimos 30 años un salto cualitativo excepcional". Y lo ha dicho sin ruborizarse, sin sentir la más mínima vergüenza. ¿Salto cualitativo en una región que "goza" de más de un millón de parados? ¿Salto cualitativo en una Andalucía que "contribuye" con más de un 20% a la suma del paro general del país? ¿Salto cualitativo en una región en la que más de 300.000 -casi una ciudad como Córdoba completa- no recibe ningún tipo de subsidio y "viven" de la pobreza más absoluta? ¿Salto cualitativo cuando el IFA (Instituto de Fomento de Andalucía) ha arruinado buena parte del tejido empresarial andaluz? ¿Salto cualitativo cuando contemplamos con estupor las subvenciones a  los propios familiares de los dirigentes, el fondo de reptiles, los casos de facturas falsas y los cientos de implicados políticos (que se irán de rositas) en malversación de fondos y caudales públicos, designaciones a dedo y otras tropelías?
      ¿Esto es lo que hay que celebrar?
      Si hace 31 años nos dicen en qué iba a acabar el salir a la calle con la más marcada de las esperanzas, de seguro que nos hubiésemos quedado en casa viéndolas venir. Les dimos a nuestros políticos un cheque en blanco que se han ido gastando a su antojo, volviendo el pueblo al sistema feudalista más oscuro. Estamos, como dice el gran periodista amigo, Francisco Robles, en un nuevo Régimen. No otra cosa es el sistema que nos gobierna. O conmigo o contra mí. La mentira sólo puede mantenerse un tiempo, pero a los gobernantes andaluces ya se le ha descubierto hace mucho y no pueden mantener el crédito.
      La vergüenza es parte de la conciencia del hombre, mas estos que nos gobiernan se han reído de nosotros, aunque ahora anden temerosos. En el fondo, saben que Andalucía es tierra brava, y que cualquier día, el que menos se espere, saldrá de nuevo a la calle como aquel 28 de febrero, pero ahora con la esperanza de echar de nuestra tierra, a la que tanto amamos, a tantos bandoleros como pisaron y esquilmaron su solar.
      Este sí sería un buen motivo para celebrar por todo lo alto el Día de Andalucía.


lunes, 26 de febrero de 2018

DESDE MI TORRE: LA YEGUA YA TIENE EL OJO MUY MALO


Hace algunos años -19 de octubre de 2010-, en estas mismas páginas, decía que mal se le pone el ojo a la yegua. Hoy, ocho años después, no digo que la yegua tiene problemas oculares, sino que la yegua que maneja el Gobierno tiene el ojo muy malo, que la operación de cataratas se le ha complicado y que todo va a terminar en una necrosis de córnea y, por lo tanto, en la pérdida del ojo y, casi con seguridad, de los dos, o de los tres, como cantaba aquella jocosa letrilla popular:

Murió por fin el marqués,
y ya ha cerrado los ojos:
los tres.

O la otra, que con la misma guasa del marqués que gustaba de la retambufa, también asila el cancionero:

El puente tiene tres ojos;
yo tengo dos solamente.
Pero si cuento el del culo
tengo los mismos que el puente.

Pues a esta yegua gubernamental ya no la cura ni Barraquer, que así de mal la ha cuidado este Gobierno prepotente y analfabeto, con claras reminiscencias franquistas y alejado de la pura realidad del país que está a su cargo. No se han puesto los medios curativos para lograr el milagro. En España, en este país al que queremos tanto a pesar de los pesares, el señor Rajoy -o M. Rajoy en las cuentas B-, ha querido imponer un sistema dictatorial en una nación que se ha llevado decenas de años luchando para ganar su libertad. Para él, para su Gobierno, eso es imposible: hay que acatar sus ideas, seguir sus consejos, aplaudir sus proclamas, no cachondearnos de sus lapsus -cientos-. Sólo acepta la pleitesía de un pueblo que no lo quiere; es más, que quiere que se vaya cuanto antes mejor. Pero las urnas están llenas de promesas, y el pueblo español, tan miedoso desde la guerra incivil que propició un gallego como él, sigue elevándolo a los altares, en cuyas aras se dan los casos más infamantes de corrupciones, y en las que siempre se sacrifica al pueblo llano en favor de los poderosos.

Pero ahora la cosa está difícil. La yegua de España tiene el ojo muy malo, tan malo que está a punto de perder su visión total. Ya lo advierten hasta los medios de la derecha más reaccionara; ya lo dicen hasta muchos barones del propio partido patrio; ya lo pronostican los amantes de toda la vida de esta manera de gobernar, tan parecida a la de Franco.

Una nueva etapa se ha abierto. La juventud española es la más silenciosa del mundo. Se ha criado muy bien, entre mimos y tules, por parte de unos padres que sufrieron lo indecible. Juventud callada, muda, pasota, cobarde, muy cobarde sería la adjetivación. Pero los viejos, otra vez estos hijos de puta que somos, estos coñazos para el Gobierno, nos levantamos y nos alzamos contra las injusticias; y ahora las mujeres, que la van a liar el 8 de marzo.

No está la yegua del Gobierno fina. Está la cosa difícil, pero esta batalla no la vamos a perder los que ya hemos perdido gran parte de nuestra dignidad cuando Rajoy y su Gobierno nos han tratado como un trasto inservible. No creo en esta juventud cobarde, pero sí, apasionadamente, en estos hombres y mujeres que fuimos los que levantamos a España y nos merecemos un trato de veneración y respeto. ¿Y el dinero que vale eso que pedimos? Rajoy y su Gobierno sabrá muy bien de donde sacarlo, antes de que la yegua ciega se levante de patas y arrase con sus cascos duros a todos aquellos que han querido arrasarnos.


domingo, 25 de febrero de 2018

DESDE MI TORRE: ¿POR QUÉ TANTO MIEDO DEL GOBIERNO A LA HUELGA FEMINISTA?


Las mujeres del mundo, por fin, han dicho que ya basta, y lo van a gritar fuerte, muy fuerte, el próximo jueves 8 de marzo. Ante esta convocatoria multitudinaria, nuestro Gobierno está que tiembla, y más después del varapalo de la primera huelga de los pensionistas. Las ministras del Poder, las secretarias, subsecretarias, recogecosas, piropeadoras del régimen, las comilonas del pesebre político, están que arden intentando frenar esta huelga, y eso que ellas son mujeres como las que se van a manifestar. Las santamarías, las cospedales, las báñez, las botellas, las aguirres, las cifuentes, las tejerinas, las teófilas, las matos, las quirogas, las rudís, las sánchez-camacho, etcétera, y todas las que forman parte del organigrama del Partido Patrio, de ninguna manera quieren perder sus prebendas, sus altísimos sueldos, sus jubilaciones millonarias, sus viajes de lujo a costa del pueblo que les dio un voto gratuito. Pero hasta aquí se llegó, les guste o no a estas mujeres pijas que surgieron de la nada y que sólo se preocupan del afianzamiento personal y para nada de sus representados. Hora es de que esta mierda política se acabe y de que todos/as asuman la responsabilidad con la que, a base de mentiras, llegaron al Poder.

En todos los partidos políticos hay corrupción, y por supuesto que por parte de las mujeres que los conforman. Pero son las menos. En el PP la corrupción es una auténtica plaga que ni ellos mismos saben cómo frenar y cuál debe ser su tratamiento. Sí lo saben, pero tienen miedo de desvelar qué se ha hecho con los 66.000 millones de la hucha; por qué existe la brecha salarial entre mujeres y hombres con el mismo puesto de trabajo; por qué los recortes y la censura a la libre opinión, como en la época del generalísimo ferrolano; por qué tanta corrupción, el cambio de jueces para las causas que se investigan -con más que demostrada vagancia y lentitud- en los casos en que están implicadas/os...

¿Será posible alcanzar algún día la confianza en unos políticos que administren con honestidad este país, desde siempre tan sacrificado? Pues casi imposible. Aquí todos han venido a forrarse, a esquilmarnos a bases de leyes, decretos reales e impuestos, a quitarnos el dinero para dárselo a sus amigos ricos, que son los que les abrirán sus puertas giratorias para  que, cuando abandonen el Poder, pasen a otra sala con poderes de consejeros y con sueldos impensables para millones de españoles.

No faltaré ese día 8 de marzo -que ya tengo apuntado en mi agenda vivencial- para apoyar a esas mujeres que tanto han tenido que luchar sólo para que se las reconozca. Iré con mi pareja para ayudarlas en sus gritos de protesta, para admirarlas aún más, para poner mi corazón junto a los suyos: tan doloridos de tanto maltrato, de tanto desprecio, y de tanto abandono de los mandamases/as del Gobierno que quiere doblegarnos. Nunca más.

La pena es que en España ya no hay políticos de vocación, sólo rateros de votos con promesas que nunca llegan a cumplir. Si se echa al PP y votamos a Ciudadanos, tendremos lo mismo, más de lo mismo. Es su marca blanca. ¿Y qué hay al final del túnel? Nada, no hay nada, el cero más absoluto. El PSOE tiene su motor al ralentí; IU y Podemos están fuera de foco; los partidos nacionalistas nada más que quieren trincar a golpe de chantajes; y los minoritarios, pues lo mismo.

Y mientras esta gente juega con nosotros, se ríen y mofan de nosotros, trabajadores y gente de bien, aunque más pobres cada día, nos dicen que estas manifestaciones son programadas para hacer caer al Gobierno. ¿En todo el mundo? ¡Venga, que ya está bien de tantas humillaciones!

El día 8 de marzo no hay disculpas para no asistir a esta manifestación de las mujeres. Nosotros, los hombres, tenemos una oportunidad de oro para hacernos partícipes de una lucha necesaria y justa.


sábado, 24 de febrero de 2018

DESDE MI TORRE: EL RECUERDO DE JOSÉ MARÍA PÉREZ OROZCO



Desde hace un año no se ve su imagen singular por las calles de Valencina de la Concepción, con su clásica gorrilla campera e impartiendo en cualquier mesón, venta o taberna, sus clases gratuitas en defensa del habla andaluza, asignatura de la que no sólo era catedrático, sino un auténtico sabio. José María, gran amigo personal, disfrazaba su auténtica cultura con el ropaje de un patán de pueblo. Nació en Montellano -que le va a rendir un gran homenaje el próximo día 1-, pero, por cosas caprichosas de la vida se fue a vivir a Valencina, de la que él decía que era el pueblo más alto del Aljarafe sevillano, la que tenía el aire más limpio, la que acumulaba los mejores artistas de diversas tendencias por metro cuadrado y la que gozaba, aparte del tesoro de sus dólmenes, la mayor cantidad de especies endémicas de flora, tema en el que también era un experto.

Era un catedrático genial con un corazón bohemio. Pudiendo haberlo conseguido todo en este país en el que todo el mundo va a forrarse a costa de lo que sea, José María eligió su forma de vida: una vida basada en la sencillez, en la bonhomía, en el amor a esos viejos que tenían muchas vivencias que contarle y que él apuntaba, con una letra preciosa, en cualquier servilleta de bar o en los pocos huecos libres que le dejaban las páginas del ABC.

Lo conocí hace muchos años, allá por el 74, a él y a su hermano Alfonso Eduardo, un gran especialista en cine y muy famoso por su presentación de festivales flamencos por toda la geografía del Sur, en los tiempos de los grandes genios, y por las ondas de las emisoras. Alfonso se fue a Madrid, y sigue haciendo su vida en la capital de nuestro país, y José María tomó otros derroteros. En Valencina todo el mundo lo quería por ser tan cercano al pueblo. Mi hija vive allí y, cada vez que iba a ver a mis nietos, me lo encontraba en los diversos tabancos hablando al personal de sus cosas. Su cuartel general era la Venta del Bobito -en cuyo parque le han erigido un monumento-, la Peña Bética, "El Titi", "El Chispa"... Un personaje singular que no puede clonarse. Me encantaba hablar con él, disfrutar de su sabiduría, y hasta colaboré con él para una conferencia que tenía que dar en el Aula de Cultura sobre el erotismo, para la que me pidió que le dictara algunas de las miles de letras que conservo en mi archivo. Como el de la vieja que cantaba de esta guisa:

A una cuarta del ombligo
tengo un letrero que dice:
Hasta aquí me llegó el pito
en mil novecientos quince.
¡Ay, qué tiempos más bonitos!

Y nos descojonábamos los dos al mismo tiempo que caía otra Cruzcampo bien fresca.

Recuerdo que, en uno de los patios de la Universidad de Sevilla, él presentó el libro de letras para el cante originales de José el de la Tomasa, "Alma de Barco", propiciado por él cuando estaba dentro de la Fundación Machado. Fui al acto con el concertista de piano flamenco José Romero. El patio estaba lleno total. José María se llevó hablando de una forma genial, totalmente de memoria, sin un papel en la mano, durante cerca de una hora, desentrañándonos el poder linguístico de la copla andaluza. ¡Un genio!


Con Juan Alberto Fernández Bañuls publicó un libro esencial sobra la copla: "La poesía flamenca lírica en andaluz" (Sevilla-1983). Fue director de la IV Bienal de Flamenco "Ciudad de Sevilla", aunque todo salió de regular para mal, lo que suele pasarle a quien hace tantas cosas, y aparte de colaborar con Manu Sánchez, cuando estuvo un poco tieso, realizó dos hermosos programas para TV: "Caminos del Flamenco" y "El Arriate" al que ponía su voz de agua, para las letras que elegía José María, mi admirada Mari Carmen de Las Casas.

Ya, cada vez que voy a Valencina, y estuve el pasado jueves, creo que me lo voy a encontrar por los sitios de siempre para hablar de nuestras cosas, charlar con los artistas, hablar de poesía con el hijo de Alfonso Grosso y tomarnos las cervezas que creíamos convenientes. Pero ya no está por sus quicios, ya no aparece por la esquina de su calle que da directamente al "Bobito", ni por su aledaña Peña Bética. Estará por otros cielos -no ni ná, como decía-, convenciendo a Dios de que el mejor lenguaje del mundo es el andaluz, a pesar de las barbaridades que hayan dicho algunos gilipollas catalanes. 

Estés donde estés, querido y reverenciado José María, mi fuerte abrazo. Nadie se muere nunca cuando alguien te lleva peremne en el recuerdo.


viernes, 23 de febrero de 2018

DESDE MI TORRE: LA PÉRDIDA DE DOS GRANDES AMIGOS ARTISTAS


Tuve la suerte de conocer y charlar mucho con Antonio Fraguas "Forges" con motivo de la firma del primer libro que publicó: "El libro del Forges" (Ediciones 99. Año 1972). Por regla general, para la empresa que trabajé hasta mi jubilación, yo era el encargado de diseñar los espacios de firmas, y la verdad que era un placer hacerlo. No recuerdo cuántos fueron a lo largo de mi vida laboral, pero sí recuerdo con especial cariño los que realicé para Henri Charrièrre "Papillón" -cuyo libro guardo en  mi biblioteca con una dedicatoria muy especial-; el de Juan Antonio Vallejo-Nágera para su libro "Concierto para instrumentos desafinados", que el propio autor me regaló y firmó; el de Alfonso Grosso, "Con flores a María" y, entre otros muchos, el de Forges. Cuando me enteré de que venía a firmar no tuve duda para el diseño de un espacio que, por aquel entonces era muy amplio. Reproduje en el stand sus cosas, sus dibujos, sus "basilias", sus "marianos", sus "náufragos", y la mesa de firma era como una mesa de comics de las que él dibujaba: hundida y a punto de caerse. Le encantó el montaje con todo el espacio lleno de "bocadillos" que él se inventaba. Como agradecimiento, me regaló este dibujo de 45x45 cms. y me dedicó el libro con un recuerdo muy especial. Estuvimos todo el día juntos, y puedo dar fe de su gran talante como persona, de su bonhomía  y de su serio gran sentido del humor.

Dios ha querido llevárselo aún joven, tal como ahora se cuentan los años. Pero Antonio nos ha dejado un gran magisterio, el legado de un compromiso integral, la lección de enfrentarse a los poderes fácticos y gubernamentales con una actitud muy honrada. 

En el cielo que estés, querido amigo, que el dios de los humoristas, tan comprometidos como tú, te arrime a su lado y te ponga una gran mesa de dibujos llena de lápices y rotuladores.


Y el mismo día se me ha ido también otro gran amigo, el escultor y gran artista y gran conversador Venancio Blanco, un salmantino que parecía haber nacido en la Cava de los Gitanos de Triana. Tuvimos la suerte de coincidir en Córdoba, cuando aún yo no residía en ella, y el ayuntamiento nos invitaba para ser miembros del Jurado del Concurso Nacional de Arte Flamenco. Nuestra charpa de amigos era inmejorable: Ángel Marín, Rafael Salinas, Pilar López... Los ratos que nos dejaba libres la presencia en el Concurso, los disfrutábamos a tope, y ya digo que Venancio era uno de sus grandes participantes en las ocurrencias y en los chistes. A él le gustaba que yo le contase esas ocurrencias que nadie se espera, y, como si fuese a hacer un boceto, apuntaba los que más le gustaba, seguro que para hacerlos correr en sus grupos de amigos.

No hay que hablar de su larga biografía, ni de sus numerosas exposiciones, ni de sus innumerables premios y distinciones. Aparte porque a él no le gustaba hablar de sí mismo.

Tiene obras en todos los países, pero para mi barrio, Triana, se hizo inmortal con esa imagen en bronce que preside El Altozano: Juan Belmonte, con el pecho hueco para que desde él los trianeros podamos contemplar la Giralda desde su hornacina.

Si insigne artista, mejor hombre, mejor persona, sencillo a carta cabal. Alcanzó los 94 años abrazado al barro, a la madera y al hierro, a todas las materias que él pudiera moldear.

También él, como Forges, ocupará un sitio privilegiado en el cielo. En mi vida, los dos tienen un lugar singular en mi corazón.


DESDE MI TORRE: MI GRAN ILUSIÓN DEL CIRQUE DU SOLEIL


Aunque este circo super especial ha venido varias veces a Sevilla, nunca había tenido la oportunidad de ver ninguno de sus espectáculos. Este año dije que no me lo perdería, pero se adelantaron mis tres hijos y fue su regalo conjunto de Reyes. A lo mejor escribo estas líneas para los que habéis gozado de su presencia alguna vez. Mi compañera y yo estábamos ayer como niños con zapatos nuevos en un Domingo de Ramos. En Triana, en su antiguo Charco de la Pava, donde antes tenían sus muelles los areneros, y las chatarrerías y hornos de ladrillos llenaban los espacios, donde "El Canela" tenía su espacio de venta para ofrecerte cerámicas y balcones de palacios derribados y de casas señoriales que cayeron con su piqueta. Inolvidable y extenso Charco de la Pava en el que se daba cita el flamenco en las noches sin prisas de Manolo Caracol. Ese lugar en el que me montaba mi abuelo en la barca de un compadre para atravesar hasta la orilla de Tomares, lugar de campos y comidas en mis domingos de niño, de bambas entre las moreras, de amores prometidos en una juventud que yo ansiaba cuando ya entendía que un beso tendría que ser maravilloso.

Toda esa maravilla de mi niñez de "El Torruñuelo", pegado a su linde, y de mi barriada de Santa Ana cuando ya era hombre casado, frente a frente de sus carpas, se añadió a la que el Cirque du Soleil -vamos a llamarlo el Circo del Sol- nos ofreció ayer. Es un espectáculo imposible de explicar. Hay que verlo, hay que sentirlo, hay que mamarlo, como se dice por las tierras gaditanas.

No puedes parpadear ni un momento. Si lo haces, te pierdes un cambio de escenario, un giro inesperado en el guión, una sorpresa que no esperabas.

No es un circo tradicional: el Mundial; el desaparecido de los hermanos Tonetti -que era "El Atlas"-; aquellos circos que venían a las ferias; el de Ángel Cristo con una portada sensacional de las piernas hermosas de Bárbara Rey; ni siquiera el de los grandes-grandes: El Plume, el argentino Fuera Bruta, el Oz, el de Moscú, el Krone... No, no, el Circo del Sol es totalmente distinto. Muy caro, sí, pero te alivia las tensiones. Lo mejor de lo mejor, aparte de los artistas que intervienen, la atención de cuantos intervienen para indicarte dónde tienes tu asiento, dónde los WCs, dónde las diversas entradas. Todo está medido en esa gran organización. Una botellín pequeño de agua son cuatro loros; una cosita de recuerdo del circo, la mitad de una hipoteca; un botellín de cerveza le vale 5 euros. Hay que pagar el lujo de este espectáculo genial, aunque le dejan que se traiga lo que quiera de su casa. ¡Chapó!

Desde niño he visto mucho circo, ya que en casa era como una biblia en días feriales, excelentes actuaciones: a "Pinito del Oro" en el trapecio del Mundial; a los hermanos Raul y Rosita en el Circo Trinidad, cuando lo montaban en la explanada que había en la orilla del Baturones; a Roberto Font; y a artistas de poco renombre, pero geniales, en circos de barrio que montaban en Navidad en lo que hoy es el Ambulatorio Amante Laffón aledaño al barrio del Tardón.

Pero esto es otra cosa: un espectáculo de luz y sonido, de alta sensibilidad, un cinco estrellas de los circos que tuve la oportunidad de ver a lo largo de mi vida. Una maravilla. Mi ilusión de años se cumplió gracias a la dadivosidad de mis hijos. Todo estaba lleno, y por algo será que este circo tan atípico, tan contrario a los que conocemos, enganche al personal y no deje a nadie indiferente.

(Foto José Manuel Holgado)

miércoles, 21 de febrero de 2018

DESDE MI TORRE: YA ES HORA DE QUE DIOS SE NOS APAREZCA


Si estas imágenes que nos llegan de Siria son de verdad, que lo son, a los creyentes nos asedian serias dudas de la existencia de Dios. Desde que el mundo es mundo, masacres y más masacres, genocidios, guerras mundiales con millones de muertos, y esta tercera, en pleno siglo XXI, más silenciosa, más política, pero en cuyos países mandan cuatro locos que, si no nos llevan al otro mundo, es porque temen por sus vidas, no por aquellas personas a las que dicen defender y representar.

Aún siendo muy creyente, tardaré mucho en seguir creyendo en ese Dios salvador de la Biblia mientras que Él no se nos aparezca. Desde mi nacencia, no se ha aparecido nunca. Pero la fe es la fe. Una fe teatral que se derrumba cuando veo a estos niños asesinados, cuando contemplo que nada hace la ONU, cuando ni el Papa Francisco pone voz a tantos desmanes, cuando ni a Putin ni al  genocida de Bashar al-Asad se les pone en busca y captura mundial y se les asesina públicamente. ¡Qué pena, qué gran desgracia, qué grandes asesinatos en nombre de dioses y de fronteras!


No he escuchado una sola palabra de nuestro Gobierno. Ni una sola. Y soy de los que leo más de una docena de diarios distintos y de diversas ideologías. Hasta Unicef ha emitido un comunicado en blanco al no saber qué decir. Todos estamos mudos ante este atentado contra la población civil. Todos estamos con mucho temor ante la barbarie de estos locos mundiales que campan a sus anchas. Posiblemente, sea lo mejor: que todo explote, porque también explotarán ellos, que desaparezcamos todos, porque también ellos desaparecerán, y que de lo que resulte nazca un mundo nuevo que crea en sus hombres, mujeres y niños, y crea, fervientemente, en la unidad de todos sin problemas de razas y religiones.

Tampoco he escuchado una palabra de Dios, al que alimenta la iglesia vaticana sin que nunca se nos haya aparecido. Dios como ecuación. Dios como miedo. Dios como un temor universal. Dios hostil, ingrato e implacable. Dios justiciero que prefiere asesinar a los inocentes antes de que mueran los responsables de estas matanzas. Dios, en definitiva, que todavía no ha demostrado que es Dios.

Dios no son la muchas imágenes que se sacan a la calle por la Semana Santa. Dios es -siempre nos lo han dicho- el Ser superior, lo máximo, el Redentor. ¿De quién o quiénes?

¿No va a evitar nadie esta masacre de Siria en la que nos encontramos sin salida? Todo esto está en manos de asesinos, y las matanzas las ejecutan  personas que se guardan las espaldas en nombre de no sé qué historias. Es horrible, inhumano, demasiado injusto para querer seguir viviendo. Y a las puertas tenemos el odio de Estados Unidos con Corea del Norte y Rusia, cuyos irresponsables amenazan siempre con apretar el célebre botoncito que nos haga desaparecer. Y, en España, el hambre en miles de familia, la llamada Ley Mordaza, la sarna -que ha vuelto-, la corrupción -que jamás se fue-. Pero eso sí, Dios no aparece nunca para arreglar las desigualdades, para poner cierto orden donde todo es un caos profundo, para que la justicia social -que ignoro si ha existido alguna vez- se imponga sobre los poderosos, sobre los que nos manejan y arruinan a su antojo.


¿Qué pensarán estos niños que apenas si han tenido la oportunidad para crecer, niños a los que toda la vida se les ha convertido en puras lágrimas? Yo creía, inocentemente, que todo el mundo se levantaría, que vociferarían todos los reyes del mundo, todos los gobiernos, el abundante clero de todo el universo de las prebendas y mamelas, todas las ONGs, los creyentes y los no creyentes, los vergonzantes ricos y los gerifaltes sinvergüenzas... Pero, nada, nadie. Desde hace muchísimas décadas el mundo se ha convertido en un jardín que invadir para convertirlo todo en un erial, en un campo de miserias, en un valle de horrores.

En verdad que ya es hora de que Dios se nos aparezca, aunque sólo sea en un mínimo boceto, en un esbozo, en una mínima expresión del poder que desde siempre nos han dicho que tiene el Hacedor. Mientras llega esta posible aparición -que jamás llegará-, seguiremos llorando, quedándonos impotentes, huérfanos de bondades en este mundo que va camino de una desolación total que si Dios no sabe arreglar jamás podrán hacerlo estos políticos de mierda.


martes, 20 de febrero de 2018

DESDE MI TORRE: DEL LO, LO, LO, LO A MARTA SÁNCHEZ


Muchos españoles, entre los que no me encuentro, tienen verdadera obsesión con la orfandad de letra del himno de España, la Marcha Real que compuso, al parecer, Manuel Espinosa de los Monteros, y que formalizó, allá por 1770, Carlos III. Desde entonces hasta nuestros días han sido muchos los poetas, y hasta cantautores, que han querido poner voz a esta composición musical que no tuvo otra intención desde nacencia de ser una marcha para que se lucieran desfilando los militares granaderos.

Ni Ventura de la Vega en 1843; ni el general Prim, que convocó un concurso que quedó desierto a pesar de ser cinco los participantes; ni Eduardo Marquina, en 1927; ni el gaditano José María Pemán en 1928, en la dictadura de Miguel Primo de Rivera, aunque fue la que más duró por adoptarla el franquismo con algunas variaciones; ni las versiones particulares del poeta Jon Juaristi, del cantautor Sabina y de Paulino Cubero, lograron poner letra a la Marcha de Granaderos, a la que la Constitución de 1978 aprobó como himno oficial de España. Los sonidos guturales del lolo, lolo, nana, nana o chunda chunda, o la antifranquista de Franco, Franco que tiene el culo blanco, tatachín, tachín, vencieron a todos los intentos literarios de esta marcha-himno que aún sigue sin letra y se tararea de tales formas en todas las competiciones deportivas de nuestras respectivas selecciones, notándose mucho en los enfrentamientos futbolísticos internacionales.

Marta Sánchez revolucionó las redes sociales cuando el pasado sábado, en el Teatro de la Zarzuela, cerró la actuación de su concierto cantando una versión sui géneris. La letra, por lo poco o mucho que entiendo de Preceptiva Literaria, es un auténtico bodrio, como han sido todas las anteriores desde mediados del siglo XIX. Pero, España está tan triste, está tan deseosa de un milagro que levante el ánimo de "lo español", que a Rajoy, y a su sucursal de Ciudadanos, se les ha caído la baba de la boca felicitando a Marta Sánchez por este gesto patriótico. Hasta el Ministro de Cultura se ha interesado, según ella, por hacerse con su número de teléfono para felicitarla. ¡Viva España!

No me meto en absoluto con Marta Sánchez, cuya portada desnuda de Interviú, ya hace años (1991), fue su mejor colaboración a la alegría de España, que ya estaba tomando cuerpo para los fastos del 92. La recuerdo de cuando era vocalista, rubia y muy atractiva, aunque bajita, de "Olé Olé", y poco más. No me atrevo a valorar su interpretación del himno, y me repito en el bodrio de la letra, aunque los nostálgicos quieren que la cante en la final de la Copa del Rey y los muy nostálgicos -que haberlos haylos- intenten que a partir de ahora sea la letra oficial del mismo. Y es que este es un país de locos. Por mí, como si la canta Joseliqui o El Fary. ¿Por qué cambiar la letra que ya se sabe todo el personal: el chunda, chunda, el lo, lo, lo, o el nana, nana? Si estamos así desde 1770, desde hace 248 años, ¿va a cambiar Marta Sánchez esta tradición más que secular de una marcha sin letra?

Al PP y a Ciudadanos, su franquicia, se le han saltado las lágrimas de los ojos. Al PSOE y a los demás partidos del Congreso les ha dado la misma vergüenza que a este servidor. Ayer, en la SER, Carles Francino decía que estaba hasta los mismísimos de banderas y de himnos. De verdad -palabrita del Niño Jesús- que me apunto totalmente a sus opiniones. ¡País!


domingo, 18 de febrero de 2018

DESDE MI TORRE: EL LÍO DE LA "MADRUGÁ"


Ya he comentado muchas veces en estas mismas páginas que no soy semanasantero, y de verdad que lo siento siendo sevillano por partida doble: por trianero y sevillano de fe, nacido a cincuenta metros de Santa Ana y a la misma equidistancia de la capilla de la Esperanza. He expresado mis motivos para que esto haya sido así: la demasiada religiosidad de mi padre, que me obligaba a asistir a triduos, quinarios, actos de Cuaresma, misas, rosarios eternos y un largo etcétera que me fue conformando en este estado de apatía hacia estas manifestaciones. Como artista que he sido -ya sólo soy ex de todo-, me encantan los oficios que han hecho grandes a las hermandades: plateros, bordadores, orfebres, tallistas, doradores, vestidores..., pero no toda la parafernalia que acompaña a las procesiones, no ya sólo en la Semana Santa -que sería lo lógico-, sino todos los días del año entre procesiones conmemorativas, viacrucis, traslados, coronaciones...

La "madrugá", que siempre ha sido un espectáculo de fe, también de apasionamiento y de borracheras múltiples -hay que seguir releyendo a Núñez de Herrera-, de siempre ha sido la gran noche de Sevilla en todos sus puntos cardinales, y los sevillanos siempre se han comportado con el señorío que siempre nos ha caracterizado: la fe, la seriedad y la devoción han estado durante siglos muy por encima del espectáculo.

En el 2000 las cosas se torcieron, y unos golfos, poniendo en marcha esa cosa, tan moderna como desagradable, de un juego de rol, la liaron parda. El pasado año volvió a ocurrir, aunque las autoridades salieron pronto a defenderse para aliviarse de sus responsabilidades. En los prolegómenos de esta nueva Semana Santa, el Consejo Superior de Hermandades y Cofradías se ha reunido unas cuantas veces, en jornadas interminables, para estudiar qué solución de le da a la "Madrugá": cambios de itinerarios, de horarios, inclusión de GPs, vallas antivandálicas, cierre de bares... Total, que lo mejor, a quienes les guste, es ver la "Madrugá" por Canal Sur. Es una tontería salir a la calle para que puedas llevarte un sofocón, cuando no un botellazo o un guantazo de estos niñatos.

No recuerdo si se lo leí al maestro Burgos hace un par de días que las hermandades (cofradías) deben poner un numerus clausus para los nazarenos. Lo apoyo en su idea. Pocas procesiones tienen menos de mil nazarenos y, las más famosas, llegan a cerca de tres mil. ¿Comprendéis ahora cómo me agobian estas cosas?

Pues nada, amigos, que antes, en mis tiempos de joven ir a la "Madrugá" era un gozo -lo que es la edad-, y ahora es un martirio para todos, hasta para los jóvenes.


viernes, 16 de febrero de 2018

DESDE MI TORRE: APRENDA A MASTURBARSE EN TORREMOLINOS


Pues nada, todo el mundo a Torremolinos para asistir a los talleres, con la colaboración de la Junta de Andalucía, que allí se han impartido. Tiene obsesión este PSOE andaluz con la cuestión de la masturbación, y siempre con la masturbación femenina, como si las mujeres fueran torpes de manos y no supieran qué hacer con el chichi. Ya recordamos a Bibiana Aído con el tema del mapa clitoriano. O a este Partido le cuece la entrepierna o es que el tema le sale barato y es popular, muy popular. 

Pues nada: todas las mujeres a Torremolinos, que lo paga doña Susana con el dinero de todos los andaluces. Me imagino que, de fondo, para que la pajuela salga excelente, les pondrán la célebre canción de Isabel Pantoja que cantaba con bríos, en sus años mozos, a esta localidad malagueña.  Pues lo dicho: todas las mujeres de peregrinación a estos cursos. Que les aprovechen las lecciones manuales. ¡Ay, Torre, ay Torre, Torremolinos...!

DESDE MI TORRE: ¡NO HAY DERECHO!


Después de tantísimo años de trabajo, y casi siempre mal pagado, los jubilados no tienen para nada y no pueden compararse, ni por asomo, con los de los distintos países de nuestro entorno, que emplean sus últimos años para ocio, para pasarlo un poco bien, para viajar y sentir que el Gobierno les ampara en esta última etapa. En esta España, cuyo último problema de agenda son los sociales, los viejos son unos auténticos estorbos y los culpables de que el país no esté saneado como debiera. No la tienen ellos, los llamados políticos, con unos sueldos de escalofríos, con unas jubilaciones que dan vértigo, con unos desayunos y almuerzos de trabajo (?) dignos de ser denunciados. Y mientras pasa esto: el Congreso de los Diputados/as vacío en casi todos sus escaños, y del Senado ni digamos. ¿Hablamos de la corrupción sistemática de la que viven aparte de sus gigantescos sueldos y prebendas? No se puede hablar de eso: no existe, es un invento de los periodistas, de los ácratas y de los comunistas, gente de mal vivir y trabajadores resabiados. Ellos, los políticos, santos, más que santos, personas -la mayoría sin carrera alguna-, pendientes siempre de la justicia social, de la educación, de la sanidad y, por supuesto, de sus mayores.

¿Y qué se le da como compensación a estos viejos después de toda una vida levantando un país que cogieron derribado, hundido, con miles de muertos fusilados en las tapias de los cementerios y en las carreteras de todos los pueblos y ciudades? Se les dio un dominó para que no se aburrieran los compañeros de charpa, una pensión de auténtica mierda y un futuro miserable, el de sus hijos y nietos, al que ellos mismos tienen que alimentar. ¿Este es el estado de bienestar del que tanto habla el Gobierno? Y si hablas, y chillas, y pataleas, bien puede caerte la Ley Mordaza.

La cosa no marcha bien en estos días. Todas las ciudades y pueblos van a salir a la calle a protestar por esa broma del Gobierno del 0'25. Ese día no hay dominó en la taberna cercana a casa o en el mal llamado Hogar del Pensionista. Ese día, a mí me gustaría que fuese en total silencio, los viejos quieren demostrar a los gobernantes, con una voz silenciosa que llegue hasta esa Europa que nos ha arruinado, que los corruptos de todos los partidos políticos devuelvan el dinero que se han llevado, y a ellos, a los jubilados, los 66.000 millones que han desaparecido de la hucha de sus pensiones. ¿Es que aquí nadie hay responsable? ¿De dónde, señor Rajoy, ahorran estos viejos? ¡No hay derecho!


jueves, 15 de febrero de 2018

DESDE MI TORRE: NO NI NÁ

(Gracias a Mª Carmen García Franconetti)