¿Nos tomamos hoy otras cuantas copas de refranes? Yo invito.
- Fraile cucarro, deja la misa y vase al jarro.
- Francés sin jamón ni vino, no vale un comino.
- Hacienda la de tu enemigo, en dinero o en vino.
- Hombre atrevido, odre de buen vino y vaso de vidrio, duran poquito.
- Junio, julio y agosto, ni dama ni mosto.
- La bebida moderada es salud para el cuerpo y alegría para el alma.
- La carne pone carne y el vino sangre.
- La casa envinada, medio empeñada.
- La cuba de vino, primero apreciada que mostrada.
- La cuba huele al vino que tiene.
- La mejor sopa, la que se hace en la boca.
- La moza y la bota no se han de pellizcar.
- La mujer que mucho bebe, tarde paga lo que debe.
- La mujer y el vino sacan al hombre de tino.
- La que se enseña a beber de tierna, enviará el hilado a la taberna.
- Lo que no va en vino, va en lágrimas y suspiros.
- Los valientes y el buen vino duran poco.
- Los viejos a la taberna y los mozos a la putería; al revés va el mundo de como debía.
- Mal que sana durmiendo, ya lo entiendo.
- Mala es la llaga que con vino no sana.
- Manta y cobertor no son para buen bebedor.
- Más vale vino caliente que agua fría.
- Mayo come trigo y agosto vino.
- Media vida es la candela, pan y vino la otra media.
- Ni comer sin beber, ni mear sin peder.
- Ni lugar sin taberna, ni puta sin alcahueta.
- Ni olla sin tocino, ni boda sin tamborino, ni cena sin vino.
- Ni sopa de agua, ni vino de sopa.
- Ni tu pan en tortas, ni tu vino en botas.
- Ninguno se embriaga del vino de casa.
- No hay cosa que más harte que el comer, ni otra que vino y agua que mate la sed.
- Odre de buen vino y caballo saltador y hombre rifador, nunca dura mucho con su señor.
- Orense, buen pan, buen vino y mala gente.
- Pan de trigo, aceite de olivo y de parra el vino.
- Pan de trigo, leña de encina y vino de parra sustentan la casa.
- Pan negro y vino acedo sostienen la casa en peso.
- Pan por pan y vino por vino.
- Pan que sobre, carne que baste y vino que falte.
- Pan y vino andan camino, que no mozo garrido.
- Pan y vino de casa de tu enemigo.
- Pan y vino y carne crían buena sangre.
- Pan y vino y carne quitan el hambre.
- Pan y vino, un año tuyo y otro de tu vecino.
- Para beber con uvas, más vale beber en ayunas.
- Para beber mucho, mucha oliva y poco conducho.
- Poco vino vende vino; mucho vino guarda vino.
- Pon vino y ajo crudo y verás quién es cada uno.
- Por año nuevo, trigo y vino y tocino ya es viejo.
- Puerco fresco y vino nuevo, cristianillo al cementerio.
- Puercos con frío y hombres con vino hacen gran ruido.
- Puta y borracha no es tacha; oír aquí decir allí, sí.
- Quien bina, envina.
- Quien hace casa o cuba, más gasta que cuida.
- Quien mucho come, mucho bebe; quien mucho bebe, mucho duerme; quien mucho duerme, poco lee; y quien poco lee, poco sabe y poco vale.
- Quien mucho pide y mucho bebe, a sí daña y a otros hiede.
- Quien mucho vino cena, poco pan almuerza.
- Quien poda en mayo y alza en agosto, ni coge pan ni mosto.
- Quien ramo pone, su vino quiere vender.
- ¿Quién te hizo puta? El vino y la fruta.
- Quien tiene viñas y no lagar, a sus ojos ve el mal.
- Quien tras el caldo no bebe, no sabe lo que se pierde.
- Quien vende el trigo en la era, la lana en la tijera, el queso en el cincho y el vino en el mosto, el provecho da a otros.
- Romería de cerca, mucho vino y poca cera.
- Sábalos a llover, viejas a beber, putas a putecer.
- San Julián guarda vino y guarda pan.
- San Nicolás de los vinos agudos, treinta vecinos, veintinueve cornudos. (El 30 es el cura).
- San Simón y San Judas, mata los puercos y tapa las cubas.
- Santo Domingo, mal pan y peor vino.
- Si a beodo te vieres ir, huye la compañía y vete a dormir.
- Si bebieres con el caldo, no darás al médico un puerco al año.
- Si helare en marzo, busca cubas y mazos, y si en abril, tórnalas al cubil.
- Si no lloviese en agosto, echa tu caudal en mosto.
- Si vas a Hervás, lleva pan, que vino hallarás.
- Siembra temprano, poda tardío y cogerás pan y vino.
- Sin pan ni vino no hay amor fino.
- Sobre brevas, no bebas.
- Sobre el melón, vino fellón.
- Sopa en vino no emborracha, pero agacha.
- Taberna sin gente, poco vende.
- Tenga yo cubas y caudal, y quien quisiere, viñas y lagar.
- Toda buena cena, del beber comienza.
- Tres cosas cambian la naturaleza del hombre: la mujer, el estudio y el vino.
- Tres cosas son que matan al hombre: putas, dados y cominos de odre.
- Valladolid de los vinos agudos, entran los hombres vestidos y salen desnudos; los necios, mas no los astutos.
- Vendimia en enjuto y cogerás vino puro.
- Verterse el vino es buen sino; derramarse la sal, mala señal.
- Viene San Martín en caballo chiquito, tapa la cuba y guarda el mosquito.
- Vino añejo, leche es para el viejo.
- Vino de Alaejos hace cantar a los viejos.
- Vino de Aniés, ni lo vendas ni lo des.
- Vino de San Martino, encerrado en Ávila es más fino.
- Vino de toro, sangre de cabrito.
- Vino que no has de beber, guárdalo bien.
- Vino de Villanueva, para ti hasta que mueras.
Habló el romancero y nos llenó de consejos, nos alertó de no pocas inclemencias desconocidas por los neófitos y nos deleitó en dos frases con una historia popular tan antigua como actualizada. Nos demostró, al fin, por medio de una palabra tan sencilla como fértil, qué hay que hacer o no hacer en todas las ocasiones: cómo guardar un buen vino, a quién ofrecérselo, a quién regateárselo, con quién intercambiarlo, cuándo los mostos -según el santoral y la lluvia-, dónde poner el punto de mira de nuestra hacienda...
No hay mentira aquí, en la expresión popular más culta, sino una biblia de verdades, un diccionario completísimo de hechos consumados que vuelven a repetirse de por vida, como el cangilón de una noria.
Una antigua copla decía lo siguiente:
Bien limpios, de verdad que sí, están estos cristales de los miles de refranes que surgieron del crisol del pueblo. En ellos, en la cañera mágica y grandiosa que los acuna, no sólo pueden, sino deben beber, todos aquellos que quieran saborear, sin las sustancias de los pensamientos particulares de los escribidores de turno, las esencias más genuínas de la tierra, como un mosto que sale virgen de la primera crujía de la viga. Tanto al dicho, como al mosto, el tiempo los hará viejos, sabios y olorosos.
- Fraile cucarro, deja la misa y vase al jarro.
- Francés sin jamón ni vino, no vale un comino.
- Hacienda la de tu enemigo, en dinero o en vino.
- Hombre atrevido, odre de buen vino y vaso de vidrio, duran poquito.
- Junio, julio y agosto, ni dama ni mosto.
- La bebida moderada es salud para el cuerpo y alegría para el alma.
- La carne pone carne y el vino sangre.
- La casa envinada, medio empeñada.
- La cuba de vino, primero apreciada que mostrada.
- La cuba huele al vino que tiene.
- La mejor sopa, la que se hace en la boca.
- La moza y la bota no se han de pellizcar.
- La mujer que mucho bebe, tarde paga lo que debe.
- La mujer y el vino sacan al hombre de tino.
- La que se enseña a beber de tierna, enviará el hilado a la taberna.
- Lo que no va en vino, va en lágrimas y suspiros.
- Los valientes y el buen vino duran poco.
- Los viejos a la taberna y los mozos a la putería; al revés va el mundo de como debía.
- Mal que sana durmiendo, ya lo entiendo.
- Mala es la llaga que con vino no sana.
- Manta y cobertor no son para buen bebedor.
- Más vale vino caliente que agua fría.
- Mayo come trigo y agosto vino.
- Media vida es la candela, pan y vino la otra media.
- Ni comer sin beber, ni mear sin peder.
- Ni lugar sin taberna, ni puta sin alcahueta.
- Ni olla sin tocino, ni boda sin tamborino, ni cena sin vino.
- Ni sopa de agua, ni vino de sopa.
- Ni tu pan en tortas, ni tu vino en botas.
- Ninguno se embriaga del vino de casa.
- No hay cosa que más harte que el comer, ni otra que vino y agua que mate la sed.
- Odre de buen vino y caballo saltador y hombre rifador, nunca dura mucho con su señor.
- Orense, buen pan, buen vino y mala gente.
- Pan de trigo, aceite de olivo y de parra el vino.
- Pan de trigo, leña de encina y vino de parra sustentan la casa.
- Pan negro y vino acedo sostienen la casa en peso.
- Pan por pan y vino por vino.
- Pan que sobre, carne que baste y vino que falte.
- Pan y vino andan camino, que no mozo garrido.
- Pan y vino de casa de tu enemigo.
- Pan y vino y carne crían buena sangre.
- Pan y vino y carne quitan el hambre.
- Pan y vino, un año tuyo y otro de tu vecino.
- Para beber con uvas, más vale beber en ayunas.
- Para beber mucho, mucha oliva y poco conducho.
- Poco vino vende vino; mucho vino guarda vino.
- Pon vino y ajo crudo y verás quién es cada uno.
- Por año nuevo, trigo y vino y tocino ya es viejo.
- Puerco fresco y vino nuevo, cristianillo al cementerio.
- Puercos con frío y hombres con vino hacen gran ruido.
- Puta y borracha no es tacha; oír aquí decir allí, sí.
- Quien bina, envina.
- Quien hace casa o cuba, más gasta que cuida.
- Quien mucho come, mucho bebe; quien mucho bebe, mucho duerme; quien mucho duerme, poco lee; y quien poco lee, poco sabe y poco vale.
- Quien mucho pide y mucho bebe, a sí daña y a otros hiede.
- Quien mucho vino cena, poco pan almuerza.
- Quien poda en mayo y alza en agosto, ni coge pan ni mosto.
- Quien ramo pone, su vino quiere vender.
- ¿Quién te hizo puta? El vino y la fruta.
- Quien tiene viñas y no lagar, a sus ojos ve el mal.
- Quien tras el caldo no bebe, no sabe lo que se pierde.
- Quien vende el trigo en la era, la lana en la tijera, el queso en el cincho y el vino en el mosto, el provecho da a otros.
- Romería de cerca, mucho vino y poca cera.
- Sábalos a llover, viejas a beber, putas a putecer.
- San Julián guarda vino y guarda pan.
- San Nicolás de los vinos agudos, treinta vecinos, veintinueve cornudos. (El 30 es el cura).
- San Simón y San Judas, mata los puercos y tapa las cubas.
- Santo Domingo, mal pan y peor vino.
- Si a beodo te vieres ir, huye la compañía y vete a dormir.
- Si bebieres con el caldo, no darás al médico un puerco al año.
- Si helare en marzo, busca cubas y mazos, y si en abril, tórnalas al cubil.
- Si no lloviese en agosto, echa tu caudal en mosto.
- Si vas a Hervás, lleva pan, que vino hallarás.
- Siembra temprano, poda tardío y cogerás pan y vino.
- Sin pan ni vino no hay amor fino.
- Sobre brevas, no bebas.
- Sobre el melón, vino fellón.
- Sopa en vino no emborracha, pero agacha.
- Taberna sin gente, poco vende.
- Tenga yo cubas y caudal, y quien quisiere, viñas y lagar.
- Toda buena cena, del beber comienza.
- Tres cosas cambian la naturaleza del hombre: la mujer, el estudio y el vino.
- Tres cosas son que matan al hombre: putas, dados y cominos de odre.
- Valladolid de los vinos agudos, entran los hombres vestidos y salen desnudos; los necios, mas no los astutos.
- Vendimia en enjuto y cogerás vino puro.
- Verterse el vino es buen sino; derramarse la sal, mala señal.
- Viene San Martín en caballo chiquito, tapa la cuba y guarda el mosquito.
- Vino añejo, leche es para el viejo.
- Vino de Alaejos hace cantar a los viejos.
- Vino de Aniés, ni lo vendas ni lo des.
- Vino de San Martino, encerrado en Ávila es más fino.
- Vino de toro, sangre de cabrito.
- Vino que no has de beber, guárdalo bien.
- Vino de Villanueva, para ti hasta que mueras.
Habló el romancero y nos llenó de consejos, nos alertó de no pocas inclemencias desconocidas por los neófitos y nos deleitó en dos frases con una historia popular tan antigua como actualizada. Nos demostró, al fin, por medio de una palabra tan sencilla como fértil, qué hay que hacer o no hacer en todas las ocasiones: cómo guardar un buen vino, a quién ofrecérselo, a quién regateárselo, con quién intercambiarlo, cuándo los mostos -según el santoral y la lluvia-, dónde poner el punto de mira de nuestra hacienda...
No hay mentira aquí, en la expresión popular más culta, sino una biblia de verdades, un diccionario completísimo de hechos consumados que vuelven a repetirse de por vida, como el cangilón de una noria.
Una antigua copla decía lo siguiente:
¡Echa vino, tabernero,
y limpia bien los cristales,
que venimos a beber
los amigos más cabales!
Bien limpios, de verdad que sí, están estos cristales de los miles de refranes que surgieron del crisol del pueblo. En ellos, en la cañera mágica y grandiosa que los acuna, no sólo pueden, sino deben beber, todos aquellos que quieran saborear, sin las sustancias de los pensamientos particulares de los escribidores de turno, las esencias más genuínas de la tierra, como un mosto que sale virgen de la primera crujía de la viga. Tanto al dicho, como al mosto, el tiempo los hará viejos, sabios y olorosos.
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