Son cosillas que uno escribe en cualquier servilleta o en la cuartilla más próxima y, después, las abandona en un cajón. Con el paso de los años, como un arqueólogo de papeles, uno se adentra en esas catacumbas olvidadas y, a veces, encuentra algo, con alguna fecha que tú ya creías olvidada, y que te gusta nada, o poco, o mucho.
Andando por estos sarcófagos de mis viejos papeles, me encuentro con un soneto rápido, sin pretensión literaria alguna, que le dediqué a esta guapa y genial artista madrileña-malagueña-gaditana allá por el año 2004, aunque no lo fiché -seguro que por vergüenza- hasta 2007. Una vez firmó todos sus discos en la empresa de la que yo era su Jefe de Artística y, después de un bache transitorio que pasé por una enfermedad, volví a mi actividad, y lo primero que me encontré en la agenda de trabajo fue este montaje del llamado "stand de firmas", que siempre personificábamos. Me incorporé con más vitalidad que nunca a ese trabajo que siempre ha sido mi devoción, cogí a mi equipo y le diseñamos un stand, en un plis-plas, del que se quedó maravillada, dándonos las gracias a todos. A las pocas semanas, caminaba yo en el AVE con parte de mi equipo para revisar una tienda que tenemos en Ciudad Real, y estaba sentada a nuestro lado, nos sonrió afablemente y, a pesar de la hora temprana del trayecto, nos recordó con inmenso cariño y seguía eternamente agradecida.
Quizás fue ese gesto el que me inspiró este soneto sin ambiciones, que ella, evidentemente, desconoce. Como se lo debía, catorce años después lo hago público, dedicándoselo a su sencillez, a su humildad, y a su grandiosa voz. Jamás se me olvidará en un programa de televisión -cuyo nombre no recuerdo- cuando coincidió con Serrat, que no se conocían, e hicieron a dúo el tema "Lucía". Fue inolvidable.
Para para ti, Ana María Alías, genial artista a la que alguien, tan artista como tú, supo, con notable acierto, rebautizarte como Pasión Vega:
Eres la vega verde de esperanza
que alegra mi mirada cada día
y que me trae en sus surcos la alegría
y una nube de bienaventuranza.
Tu voz le da a la mía confianza,
me la llena de cierta valentía
y es cual si fuese pura eucaristía
de Curro toreando en la Maestranza.
En tu voz, niña, bambean las pasiones.
Salen de tu garganta a borbotones
los ayes que alimenta el corazón,
que en ti, de amor hay más de una fanega,
porque hay mucha Pasión y mucha Vega
anegando de trigos tu pasión.
¡¡¡PRECIOSO!!!
ResponderEliminarClaro, breve y conciso, miarma.
Abrazete.
Gracias, Mª Carmen. Le debía este humilde homenaje a una mujer tan maravillosa. Como verás por el contador del blog, recibo muchísimas visitas, cerca de 400 cada día, pero el personal, unas veces por lo fuerte de algunos de mis artículos, y otras por falta de tiempo, o por saber nadar y guardar la ropa, me dejan huérfano de comentarios. Sólo tú te atreves, cuando puedes, a dejar tus opiniones. Gracias de nuevo.
ResponderEliminarEso es precisamente lo que me llama la atención y mucho. Tienes más seguidores "oficiales" y los oficiosos ¡Sabe Dios! El abanico de tus artículos es tan amplío como muy diverso. Me dejan solita y no lo entiendo.
ResponderEliminarYo vengo por aquí con frecuencia, contesto a todo tipo de entradas, ya sean las "duras" como a más triviales, pero por atención a mis seguidores que comentan, debo de corresponderles y tengo el tiempo muy justo ya, pero lo leo todos.
Actualmente y con lo que nos está cayendo, me viene a la memoria una cita célebre del gran humanista, Martín Luther King, algo así: "No me preocupa tanto los malos como el silencio de los buenos", (básicamente era eso).
De tu blog no me voy ni con agua caliente. Tu legado lo ven y lo seguirán viendo tu familia muy requeteorgullosa y luego estamos los demás, la que va en primera fila es una menda...
¡Viva Triana!
Un abrazete.
¡Cosas!
ResponderEliminar