lunes, 19 de octubre de 2015

DESDE MI TORRE COBALTO: CUANDO EL ARTE NO VALE UN DURO O MUCHOS MILLONES


Fue hace unos días, cuando octubre iniciaba su presencia en el almanaque de otro año. En Córdoba -donde resido, mis amigos vinieron a alegrarme la vida por unas horas, y eso no tiene precio, o el precio de muchos millones que no tengo para pagar. En la taberna de mi hermano Juan, se presentaron mi compadre con su mujer, Elisa, loreña pero más trianera que el puente; Cristina Hoyos con Juan Antonio; Pepa Montes con su marido Ricardo Miño; Juan Cembrano -más rociero que el puente del Ajolí-; Ángel Vela -el nuevo Justino Matute de esta Triana universal-; Manuel Melado, el barbero, letrista, gran poeta y mejor amigo, aparte de bético, que ese sí que es un gran título nobiliario; mi vecino y gran artista Manuel Luque "Pechete"; el gran guitarrista y cruzcampero Pepe Sacristán, con su esposa Inés; y un servidor, al que, en los postres, le acompañó su compañera Elena.

Tras el suculento almuerzo que nos ofreció Juan Peña, empezó el arte, arte de verdad, del que no hay dinero para pagar. Con la guitarra que hace poco me regaló José Luis Postigo, a cambio de un amigable truque, flamenquísima según los expertos Ricardo y Pepe, con la más absoluta normalidad comenzó la fiesta, esa fiesta que no se puede meter en un libro sobre flamencología y que normalmente suele darse de muy tarde en tarde.


Un rasgueo, unas falsetas invitadoras, y "Pechete", con su enorme afición por todo lo jondo, poniéndole voz a "Fosforito", y Cristina recitando -a la par que bailaba- un hermoso poema a la memoria de Carmen Amaya, y Manuel Melado  contando sus chistes más nuevos del repertorio sevillano, recitando algunos poemas eróticos preñados de humor, y cantando sus propias letras por "sevillanas". Hasta el anfitrión -mi hermano Juan- cantó por soleá de nuestro barrio, yo recité algo que siempre me piden los que me quieren, Pepa y Cristina bailaron con el mejor arte...


Atraídos por el ambiente que había en el salón adjunto al mesón, donde celebramos el almuerzo, unos grandes amigos aparecieron tras él: el también sevillano José María Redondo -cirujano maxilofacial- y el cantaor Juan de Juanes, cuya profesión es la de imitar a Marchena, con su más alta veneración y con una voz que nos hacía sentir al "maestro" como si estuviera allí con nosotros. Como es de suponer, nos lo pasamos en grande, que es para lo que sirve esta vida tan corta y tan traicionera a veces. Ricardo y Pepe Sacristán se intercambiaban la guitarra y todo salió a pedir de boca, como cada vez que nos juntamos para pasar un rato bueno y de arte. ¿Cuánto vale una fiesta íntima como esta? No tiene precio.






12 comentarios:

  1. Me alegro enormemente por ti, Emilio, pero de envidia me das tela marinera, miarma, ¡Qué grandes artista te acompañaron!

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  2. Son grandes artistas, y lo sabes, pero más grandes amigos, y más sencillos que san Martin de Porres.

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  3. Envidia por no haber estado presente. Un abrazo, Emilio

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  4. Compadre, llevo varios intentos de meter un comentario en esta Torre; a ver si esta es la definitiva.
    Estas reuniones, unas veces en Córdoba y otra en Triana, la hemos bautizado como "encuentros de ida y vuelta" y ya sabes que os esperamos en nuestro arrabal.
    Dale un abrazo a los amigos cordobeses.
    José Luis JIménez

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  5. Vaya, por fin apareció el comentario.... tenía un conflicto con las cuentas de google o algo parecido. No sé, a veces pasan estas cosas en el internet.
    Aprovecho, con un poco de retraso, para celebrar tu regreso a esta bella Torre.
    Un abrazo, compadre.

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  6. Cuando queráis me dices qué día nos vemos para comunicárselo a Juan Peña, a su hermano y a Pepe Sacristán, además de a mi vecino "Pechete". La verdad es que nos lo pasamos a lo grande. Ya sabes que la próxima vez hacemos la ruta del tapeo: El Cara Cartón, Las Golondrinas, La Blanca Paloma... Dice Juan que le apetece más.
    Un abrazo, compadre.

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  8. Aquí nadie ha eliminado nada. Las cosas de internet. Gracias por tu entrada. Ya tendremos tiempo para repetir una fiesta como esta en la que estés presente.
    Abrazos.

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  9. Como siempre, Emilio; son bellas ilustraciones en ese texto pesado que a veces -demasiadas- es la vida. Pues nada, ahora toca en Triana.

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  10. Cuando acordéis entre vosotros, devolvemos la visita. Juan Peña quiere que no sea un almuerzo formal, sino un tapeo general por los diversos bares.

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