España está imparable..., pero sólo en los terrenos de la corrupción. Un nuevo caso, entre tantos miles, ha salido a la palestra de los robos sistematizados a gran escala: el Caso Gowex. Aquí todos son "casos": que si el de la Gurtel, que si el de Urdangarín, que si el de los EREs, que si el caso Bárcenas... ¡Qué cantidad de casos! ¡Marca España! Cuando ante tantos estropicios el pueblo se siente triste, estafado y desesperanzado, y sólo confiamos en la gran victoria de España en los mundiales, nuestra Marca España del balón se nos hunde con los cinco chicharitos que nos endiñó Holanda. Otra pena más. Miles y miles y miles de españoles que hacen verdaderos ejercicios circenses para poder comer, no se explican la pájara que les dio a estos millonarios de la pelota que no supieron cumplir con su trabajo. Pero el fútbol, al fin y al cabo es lo de menos, una diversión colectiva y si, acaso, un sentimiento que maneja la FIFA a su placer para que se forren impunemente sus prebostes.
¡Pero la "Marca España"...! Desde el cabo de Gata hasta Finisterre, desde Ayamonte al cabo de Creus, por todas las sendas de los puntos cardinales, España está marcada, que no con "Marca", por cientos de casos de corrupción cometidos por políticos de alto rango, de rango mediano y de baja estofa. Gente del propio gobierno, banqueros, alcaldes de grandes ciudades y de cualquier mínima aldea, personal importantísimo de las comunidades autónomas, abrepuertas, abrazafarolas, recogecosas, cuñados/as, primos/as, suegros/as, amigos y amiguetes de toda la vida... ¡Marca España! Todos llegaron a la Política no a servir, sino a servirse de las arcas públicas que tan sólo llenan los pocos que tienen la suerte -y la desgracia- de poseer una nómina. Los juzgados, más lentos que una tortuga romana, porque no interesa su modernización como hicieron con Hacienda, no dan más de sí, y los "casos" se dilatan en el tiempo o se extravían los legajos. Nadie va a la cárcel, pero el dinero robado, que es lo que ha llevado a España a la bancarrota -por mucho que nos prediquen lo contrario- no aparece por ningún lado. Las cárceles están llenas de cuatro desgraciados dedicados al menudeo de droga..., ¿pero, y los gordos, los que están pringados hasta las cejas, los lobos disfrazados de cordero, los ladrones de guante blanco, los sinvergüenzas que además de engañarnos con sus gestos grandilocuentes nos han esquilmado hasta crear este desastre? ¡Marca España!
Marca España es Rajoy y su gobierno, que han hecho todo lo contrario de lo que prometieron en su campaña electoral. Marca España es esta España de una dictadura encubierta en la que se está prohibiendo hasta respirar. Marca España son las empresas que duplican el precio de sus obras después de que se le hayan adjudicado -a dedo- los proyectos. Marca España es el susto diario de levantarnos con un nuevo caso de corrupción. Marca España es que existan más de diez mil aforados a los que no puede tentar las manos de la Justicia, entre ellos el ex-rey, que debería ser ejemplar. Marca España es la mentira de que todos somos iguales ante la ley. Marca España es cuantas vergüenzas tenemos que soportar en silencio los hombres de bien que creemos que las cosas se pueden hacer de otra manera. Marca España es dejar para las nuevas elecciones lo que el gobierno no ha sabido solucionar en cuatro años. Marca España es la soledad del pueblo ante sus gobernantes, la risa irónica de Montoro, el cachondeo de un partido como el PP que va a la deriva y ya no tiene conejos, como la iglesia, para sacar de la chistera. Marca España son los desahucios, la aniquilada clase media, la muerte del llamado estado de bienestar -que sólo es justicia social-, la imposible ley de transparencia, la disolución de todos los derechos de los trabajadores en nombre de una crisis inexistente que sólo los ricos -amos del mundo- inventaron para que seamos sus esclavos. Marca España es ver a la clase media almorzando en los comedores sociales: Cáritas, parroquias, asociaciones vecinales y en la casa de los abuelos. Marca España es ver a las criaturitas buscar algo de comida o de ropa en los contenedores, aunque Ana Botella, alcaldesa de Madrid -evidentemente a dedo-, tan pagada ella de sí misma, quiera multarlas con 700 euros. Marca España son los silencios de los políticos ante sus meteduras de pata -léase Esperanza Aguirre, el hijo de Gallardón y algunas docenas más-. Marca España es la abolición de la ley de Dependencia, las tasas injustas de la Justicia, la burocracia que no acaba, el incremento de los archivos policiales, la modificación de la ley del aborto...
No, no, la Marca España no la inventó aquella selección de fútbol tan triunfadora que ganó un mundial y dos eurocopas, ni el toro de Osborne puesto en visibles colinas, ni la imagen arrogante del "Tío Pepe" en nuestras carreteras y en la señera Puerta del Sol. La Marca España -Espannnña- la inventaron los políticos, los que en nombre de España segaron las arcas de su solar, secaron sus ubres y desertizaron sus activos. Y ahora, cuando queremos darnos cuenta, cuando el pueblo se da cuenta del engaño, los políticos -todos- quieren justificarse, intentan prohibir hasta la libre opinión, y amenazan -hasta con cárcel- a los desanimados. Menos mal que esta operación será barata: sólo hay que poner vallas y concertinas a lo largo de nuestro periplo geográfico, autorizar de nuevo el garrote vil y resucitar a la Inquisición. Desgraciadamente, esta es la Marca España que nos define. Una pepla, la definía Cádiz en los tiempos de la invasión napoleónica. Una mierda le puso siempre de nombre el pueblo español.
Este es el Emilio que conozco, que no se puede expresar más objetivamente y de manera inequívoca nuestra actual situación. Una muy valiente reflexión, muy oportuna que llega a los adentros de cada uno que lo lea.
ResponderEliminarSin insultos, (que jamás fue eso propio de ti), tremendismos, demagogia, mala leche, o exageraciones. Has plasmado la tremenda e insufrible realidad que muchísimos compartimos contigo. Mi comentario es el primero entre otros que vas a tener, estoy segura.
Una pluma tan valiosa como la tuya, es imprescindible para el interés general, especialmente ahora. No se puede hablar más claro, miarma. Muchas gracias.
¡Cuanto me alegro de tu regreso, querido amigo!
Un fuerte abrazo.
Mari Carmen.
Querida Mari Carmen: Sabes que no me callo lo que no debo callarme. Me da pena cuando hablo con alguien. Todos los españoles estamos desanimados y nos sentimos engañados por estos pelandruscos de políticos que nos están robando por la cara a base de impuestos y que nos están haciendo la vida imposible. Ellos viven en una España que no es la real. Si tuvieran alguna vergüenza, saldrían sin escoltas a la calle y daría la cara. No, es mejor sacar a un batallón de antidisturbios, por si las moscas. Cuando lleguen las elecciones, se pasearán por las plazas de abastos, se harán fotos descamisados, sonreirán a las cámaras y volverán a engañarnos. ¡Marca Espannnnnya!
ResponderEliminarTu ausencia no te ha hecho perder ni un ápice del ímpetu por la verdad. Sigues siendo un comentarista político-social que ya nos gustaría leer en los periódicos de rango, si alguno queda...
ResponderEliminarBienregresado, Emilio...
Tenía ganas de la vuelta, Ángel. Si puedo ayudar ben algo, al menos a que se reflexione, pues así seguiré haciéndolo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hago mío, con su permiso, el comentario de Carmen García Franconetti. "Una pluma tan valiosa como la tuya, es imprescindible para el interés general, especialmente ahora. No se puede hablar más claro, miarma. Muchas gracias."
ResponderEliminarNo es muy cómoda tanta sinceridad, pero hay momentos como los que estamos viviendo que es totalmente justa y necesaria.
ResponderEliminarGracias a ti por leerme.