No sé si por aquello de que ayer vino mi hija Myriam para que Irene y Pablo viesen por primera vez a su prima Lola, si por el buen rato que pasamos, como siempre, o si porque rodeado de tantos niños desanduve en sueños los tiempos pasados, anoche, cuando estaba tomándome mi "Cruzcampo" reglamentaria en el hermoso bar que mi amigo Diego Jordano ha abierto en la mismísima Plaza de Los califas, donde ofrecen cine en verano, me dio por entrar -él, además, me invitó- para disfrutar como un crío viendo una de las últimas películas de la factoria Disney: "Monstruos University". Siempre me han encantado las películas de dibujos animados, desde que mis padres me llevaban al San Telmo, al Estrella o al Avenida. Las películas de dibujos -aunque con la edad creamos lo contrario- no tienen cuatro días.
Quise ir el viernes, pero la cola daba la vuelta al coso taurino; ayer, tampoco pudo ser posible por lo mismo; y hoy, aunque el anillo estaba repleto de padres y "locos bajitos" -Serrat dixit-, al menos se pudo encontrar una silla para distraerse con estos personajes que, aunque realizados ya con las nuevas técnicas de los ordenadores, a mí siguen pareciéndome entrañables. Me reí a carcajadas con algunos "gans" y disfruté de lo lindo. No tomé nada durante la película, ni siquiera me compré el clásico paquete de pipas. El cuerpo me apetecía, como hace muchos años que no lo hacía, con relajarme ante la gran pantalla, a pesar de no ver una película de las llamadas de "tesis". No las hay mejor que las que te hacen pasar un buen rato, intentar olvidar los problemas cercanos -que la mayoría de las veces ni te pertenecen-, y disfrutar a gusto.
Anoche me fui a la cama soñando con monstruos y maléficos de la animación. Otros días, me voy pesaroso y triste por tantos aquellos reales que te amargan la vida cada dos por tres.
Me ha pasado igual, hay películas que te sacan de la rutina y olvidar por un momento el cúmulo de preocupaciones que nos embarga. Un abrazo.
ResponderEliminarJosé Abad
Me lo pasé bomba viendo la película. Tenía ganas de gozo, el que te quita cuando lees la prensa, escuchas la radio o ves la televisión.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti.
Me debo a mi mismo llevar a mis nietas al cine, a ver lo que ellas quieran. Siempre hay un contratiempo, alguna cosa más importante, otras veces cansancio. Habrá que pasar por encima de todo eso y regalarles (regalarme)lo mismo que tu has hecho, Emilio. Una visita a lo de siempre. Un saludo y mi admiración.
ResponderEliminarQuerido José Luis: Tengo cierta amistad con los que llevan este cine de verano en la plaza de toros cordobesa. En verdad es que es un éxito rotundo cuando ponen películas infantiles, que, además, son de reciente estreno, por lo que los niños están deseando verlas. Las colas de estos días podrían hacernos creer que estaban poniendo "El último cuplé" a finales de los 50.
ResponderEliminarMis nietos están de vacaciones, pero les he dicho a sus padres que cuando regresen me los dejen algunos días. Ni que decir tiene que la asignatura del cine de verano será obligatoria.
Un abrazo.