Aparte de la ingeniosa broma que trasluce la foto, sí hago un comentario. ¿Se han planteado los partidos lo caro que sale imprimir sus papeletas y meterlas en nuestros buzones? Esas sí que van al contenedor de seguro. ¿Nos creen tan tontos que no sabremos buscar la que queramos, si es que queremos, en el propio colegio electoral? España no está para estos despilfarros.
Esta urna es ideal y en ella podemos unificar los votos para el senado, las diputaciones y el parlamento europeo; aunque al ritmo de gasto público que llevamos y con el paro subiendo ya mismo tendremos que echar también aquí las de los gobiernos autonómicos. Lo que comenta Andrés Raya es una realidad, lo que ocurre es que, al fin y al cabo, las campañas de los partidos que nos atascan los buzones de panfletos y papeletas las pagamos entre todos; o sea que a ellos no les importa el gasto. ¿Hasta cuándo durará esto, Emilio? Estoy hasta el gorro de financiar a los partidos políticos, los sindicatos, a los católicos y otras religiones, a las infinitas y más que dudosas ONGs, a las cámaras, a las asociaciones de empresarios, a los funcionarios que no trabajan, a los políticos chorizos, al rey y su familia...¿Todos estos no caben en este contenedor? En el último año no hago más que pagar impuestos y multas. ¿Hasta cuándo?
Estamos volviendo a los tiempos franquistas, del hambre y las rogativas. Hoy lo he pensado cuando Gallardón ha tenido que recurrir a la Virgen de la Almudena pidiéndole que arregle esto. Hemos pasado de un estado totalmente laicista a volver a sacar a cristos y vírgenes en rogativa.Se lo han llevado todo, todo, toooooooodo, sin que nadie haya pagado por ellos. Tan sinvergüenzas son unos y otros. Pero ahora, pregunto: ¿Existe todavía en España la Justicia?, porque lo que pasa es totalmente lamentable. 10.000.000 millones de votos en blanco sería una buena lección. ¿Cómo lo traducirían al mundo?
Algunos querrían contenedores de este tipo, pero con mayor capacidad para echar en ellos a muchos de los políticos profesionales que conocemos. Otros contenedores estarían destinados a los banqueros, y con ellos a ese monstruo sin faz que se llama, siempre en plural, "mercados"; otros a los que no entienden el futuro sin guerras de exterminio y expolio, creando a sus propios enemigos... Y así. Al final del recuento se habrá resuelto el problema.
Todo en este momento es triste, Ángel, lamentablemente triste. Nos quieren robar la sonrisa, pero les va a costar trabajo cercenar la mía. ¡No hay mal que cien años dure! -dice el refrán. ¡Ni cuerpo que lo resista!, -dijo el pueblo, siempre tan sabio.
Nací en un corral, llamado de "Los Sargueros", un 18 de Julio de 1949, cuando abundantes eran la hambre y la tristeza. El milagro es que también reinaba la alegría derredor de los anafes comunes, de la miseria conjunta y compartida, de las esperanzas -pocas, pero gratas- y de las desesperanzas: las orfandades, próximas y prójimas, las lágrimas, los lutos...
Todo aquel universo era como un pan candeal comunitario.
Hoy, cuando apenas si conozco al vecino de al lado, mi corazón me lleva hacia la infancia, a recordar aquel patio con su higuera en el centro, los perfiles de hombres y mujeres y niños que lo habitábamos derredor de una pobre Cruz de Mayo, en los jaraneros bautizos y en los entrañables días de la Navidad, cuando por el amplio portón se colaban las voces de los campanilleros y el olor a aguardiente y pestiños caseros inundaba su vientre.
Hoy he querido subirme a la torre azul cobalto que quedaba a pocos metros de mi casa, en la cava gitana, y que a todos nos amparó. Y me subo a ella para mirar mejor el horizonte, el río, el caserío, la Ciudad, las serenas lomas del Aljarafe cercano. Pero, también, para compartir con todos vosotros no sólo parte de aquella infancia de posguerra, sino la visión de la historia que, día a día, ha ido pasando por mis ojos, mis manos y mi corazón.
Desde esta atalaya hablaré de mis recuerdos de infancia, juventud, madurez y vejez. Y me he prometido hacerlo con la mayor honestidad de mi pensamiento para que todos -a favor o en contra de mis opiniones- dejéis el mensaje sincero de vuestro compromiso.
Mi horizonte, como el de todos vosotros, está lleno de verdes y de grises. Alguna vez se alumbrará con un sentido poema; otras, se adornará con mi amplias memorias del Flamenco; y muchas con la impronta personalidad de las propias ideas del mundo que vivimos, que no acobardarán siglas políticas ni pedirán opciones de gobierno.
Siempre, en mis páginas, estarán la vida y el horizonte abiertos.
¡Mirad la torre, única y precisa, tan bañada de luz, tan azulada, que mar se hizo en mis ojos su alborada en la niñez, tendida a la sonrisa!
¡Contempladla despacio, que la prisa no va con su silueta enamorada de ríos y aljarafes, de dorada ráfaga iluminaria que la alisa!
¡Miradla con los ojos del encanto, cual si tanto mirar se hiciese llanto por disfrutar su esbelta filigrana...
que quien llena de amores la mirada siempre tendrá la vista iluminada con el azul cobalto de Sant'Ana!
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Aparte de la ingeniosa broma que trasluce la foto, sí hago un comentario. ¿Se han planteado los partidos lo caro que sale imprimir sus papeletas y meterlas en nuestros buzones? Esas sí que van al contenedor de seguro. ¿Nos creen tan tontos que no sabremos buscar la que queramos, si es que queremos, en el propio colegio electoral? España no está para estos despilfarros.
ResponderEliminarPor ahí puede haber un ahorro muy grande. Tal como tú bien dices: las papeletas van del buzón a la basura inmediatamente.
ResponderEliminarEsta urna es ideal y en ella podemos unificar los votos para el senado, las diputaciones y el parlamento europeo; aunque al ritmo de gasto público que llevamos y con el paro subiendo ya mismo tendremos que echar también aquí las de los gobiernos autonómicos.
ResponderEliminarLo que comenta Andrés Raya es una realidad, lo que ocurre es que, al fin y al cabo, las campañas de los partidos que nos atascan los buzones de panfletos y papeletas las pagamos entre todos; o sea que a ellos no les importa el gasto.
¿Hasta cuándo durará esto, Emilio? Estoy hasta el gorro de financiar a los partidos políticos, los sindicatos, a los católicos y otras religiones, a las infinitas y más que dudosas ONGs, a las cámaras, a las asociaciones de empresarios, a los funcionarios que no trabajan, a los políticos chorizos, al rey y su familia...¿Todos estos no caben en este contenedor? En el último año no hago más que pagar impuestos y multas. ¿Hasta cuándo?
Estamos volviendo a los tiempos franquistas, del hambre y las rogativas. Hoy lo he pensado cuando Gallardón ha tenido que recurrir a la Virgen de la Almudena pidiéndole que arregle esto. Hemos pasado de un estado totalmente laicista a volver a sacar a cristos y vírgenes en rogativa.Se lo han llevado todo, todo, toooooooodo, sin que nadie haya pagado por ellos. Tan sinvergüenzas son unos y otros. Pero ahora, pregunto: ¿Existe todavía en España la Justicia?, porque lo que pasa es totalmente lamentable. 10.000.000 millones de votos en blanco sería una buena lección. ¿Cómo lo traducirían al mundo?
ResponderEliminarAlgunos querrían contenedores de este tipo, pero con mayor capacidad para echar en ellos a muchos de los políticos profesionales que conocemos. Otros contenedores estarían destinados a los banqueros, y con ellos a ese monstruo sin faz que se llama, siempre en plural, "mercados"; otros a los que no entienden el futuro sin guerras de exterminio y expolio, creando a sus propios enemigos... Y así. Al final del recuento se habrá resuelto el problema.
ResponderEliminarTodo en este momento es triste, Ángel, lamentablemente triste. Nos quieren robar la sonrisa, pero les va a costar trabajo cercenar la mía.
ResponderEliminar¡No hay mal que cien años dure! -dice el refrán. ¡Ni cuerpo que lo resista!, -dijo el pueblo, siempre tan sabio.