CAVAS
FUNERAL
(Fragmento)
In memoriam del Excmo. Sr. Don Francisco Rodríguez Marín, que tanto sabía de estos duendes.
De Andalucía en Sevilla;
y de Sevilla, en Triana;
y de Triana, en la yema:
un corral de la Cava;
y en el corral, un porche;
y en el cielo, ya alta,
una luna de enero,
muy redonda y muy blanca.
En medio del corral, como una virgen,
al abrazo del fuego crepita una carrasca;
toda una galería de churumbeles
la rodea y la salta.
Hay una gigantesca madreselva
que tapiza en total una fachada,
y varias prendas de un cordel pendientes
simulan una guarida de fantasmas.
Una teoría de puertas chiquitujas
y renegrecidas; tal, medio enterrada.
Asfixia de macetas
en todas las ventanas.
Y de la Cava de los Civiles al río,
bajo la luna, rebrillando plata,
línea de bailaora, se perfila la torre
de Señora Santa Ana.
En el porche, en un ángulo del fondo,
un terraplén de brasas.
(En aquella penumbra, como el ojo de un cíclope;
como un tesoro que se revelara).
En el centro, una artesa boca abajo,
de muy mesa echa plantas;
y por aquí y allí, sillas de anea,
tal cual serijo y piedras (que no faltan).
Sarampión de salitre
padecen las murallas;
y en la oquedad de una, a media altura,
arde una "mariposa" en una lata.
Por la puerta sin puerta,
la luna (femenina) curiosea a sus anchas;
y acusando relieves, calando dimensiones,
por los muros y el techo, las sombras se desbandan.
Una boda de rumbo ha concentrado en ésta
la Ciudad de la Gracia
el hueso de la fruta,
la natita del agua;
los más limpios cuarteles
de la regia prosapia
de todos los primillos de Jerez y los Puertos,
de la Viña y Triana,
del Mercadillo y de Santa María,
de Málaga y Granada;
y en esta noche, como despedida,
en ese corralillo de la Cava.
Eloy Muñoz Martí
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