TIC, TAC…TOC
Tic, tac, tic, tac,
sonaba siempre el reloj
y a su compás yo marcaba,
pausadameeeeeeeeeente,
el latir del corazón.
En la juventud,
cuando esperaba al amor,
qué lento se hacía su ritmo,
t i i i i i c, t a a a a a c…,
qué eterno se hacía su son.
Y en la vejez
qué rápido es mi reloj
y cómo marca los tiempos,
recordándome
que el próximo paso es toc.
Emilio Jiménez Díaz
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