domingo, 19 de diciembre de 2010

DESDE MI TORRE: LA DADIVOSIDAD DE JUAN CEMBRANO


No, yo no estoy ahí. Bueno, estoy, pero haciendo la fotografía de estos amigos que pasamos una jornada inolvidable hace unos días. Siempre me pasa lo mismo, me pierdo estar en las instantáneas de los más felices momentos. De izquierda a derecha están Ángel Vela, José Luis Jiménez, José Antonio Rodríguez y Juan Cembrano. Como verán, recortado sobre la ventana, hay un alambique, que sigue activo y se dedica a la destilación de un aguardiente glorioso que se hace en un lugar hermosísimo de Carmona y se llama "Los Hermanos". Precisamente, es José Antonio Rodríguez su propietario, que te habla con tal cariño del proceso, de las horas de trabajo para destilar, de la leña preferida para dar calor al alambique que, si por él fuera, estaríamos borrachos todo el día. Una labor, en verdad, totalmente meritoria, ya que, como se decía antiguamente de los pavos, este aguardiente singular, riquísimo, está criado a mano.

Pero mi palabra principal va para Juan Cembrano, que es el que cada año propicia que vivamos estos momentos irrepetibles. Este año se ha sumado José Luis, y creo que no lo ha pasado mal. La liturgia, que no es otra la palabra, comienza cuando me recogen en Santa Justa a las 11 de la mañana, y de allí directamente a la destilería que regenta José Antonio Rodríguez. La dadivosidad de Juan Cembrano no tiene límites, y siempre quiere que nos llevemos media destilería a casa pagando de su bolsillo. De ese lugar encantador de Carmona a El Viso del Alcor para degustar el rico menudo de Casa Oliva y traernos alguna tarrina de repuesto. Durante el almuerzo hablamos de lo humano y lo divino, y siempre está Triana en nuestros labios. Cuando me devuelven a Santa Justa, yo voy repleto de amistad y de regalos y Juan Cembrano siempre vuelve a Triana con la cartera vacía.

Es un día al año, pero ciertamente inolvidable.

10 comentarios:

  1. Dos cosas: Creo que Juan Cembrano es primo de Emilio Sáenz ¿no?
    La segunda cosa: Gracias por invitarnos a tantos actos. Todo estaba buenísimo.

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  2. Ciertamente fue una jornada entrañable. Descubrir esta destilería de Carmona y comprobar el cariño y la pasión con que José Antonio Rodríguez gobierna el negocio fue un gran hallazgo. Y por supuesto compartir con vosotros esas charlas sobre Triana fue un placer.

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  3. A Caty: Efectivamente, el dadivoso Juan Cembrano es primo de los Sáenz.
    Pues si, Emilio, nuestra ruta sólo pasa por dos destinos, pero qué destinos. Y Juan nos lleva, nos pone villancicos para el camino, nos invita... Eso de la amistad en él es un ejercicio continuo. Tanto entre los olores a aguardiente de Carmona como en el regusto grasoso de El Viso, a Juan se le aprecia mucho y por eso nos atienden tan bien.
    Y tendremos que ir pensando en formar parte, en el futuro, de una expedición trianera para que Caty pase a la dimensión real.

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  4. Otro día culquiera me parece bien, pero ese día no. Ese día es totalmente nuestro. Las viejas costumbres no deben jamás modificarse.

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  5. Ah, ¿y no dices que este año se ha sumado JOsé LUis? Veo que las viejas costumbres depende de cómo se miren. Algo de misoginia, me parece...De todas formas, no te preocupes, yo no bebo anís...de momento.

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  6. Yo tampoco lo bebo. Las viejas costumbres dependen de cómo se miren, dices. Y es verdad. Yo no he invitado a José Luis. No me apetecería pasar un día de relax contemplando a Ángel y a ti en una polémica contínua. Tú de seguro que tienes tus reuniones, algunos de nosotros tenemos las nuestras. Así de sencillo. Jamás ha ido mi mujer ese día, ni la de Juan, ni la de Ángel. Cada cosa en su sitio.
    Si quieres programar un microbús para ir a Rute o a Carmona yo te ayudaré. Pero ese día, querida Caty, es sagrado.

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  7. Pues cualquiera dice nada...
    ¡Y vaya fama! Y todo por tratar de darle colores a los temas en blanquinegro del blog...
    ...Pues yo si bebo anís, y en estas fechas más.

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  8. Y haces muy bien. Si yo pudiera también lo haría. Entenderás que lo de la polémica es broma...

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  9. Tus temas, por su interés, se prestan en muchas ocasiones a animarlos con opiniones, notas y comentarios con personales enfoques. Y las controversias se dirimen con espaditas de aquellas que nos costaba un real en el puestecillo de la esquina. Y todo dentro de las reglas de la Caballería...

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  10. Pero bueno, Emilio ¿de verdad te has tomado en serio que yo quería ir con vosotros a Rute, Carmona o donde sea que celebréis vuestras sagradas reuniones? Es lo que nos pasa a la gente de Cádiz, que nos toman en serio y, claro... fíjate el disgusto que te has llevado imaginando uno de esos días de relax teniendo que aguantar polémicas y disputas. Líbreme Dios de turbar ese merecido descanso con estériles discusiones que empañan el entendimiento y que alejan a las almas nobles del disfrute del yantar, la amistad y la contemplación de las bellezas que los artistas han dejado hechas por los siglos de los siglos.
    Además, cuando vaya a discutir con Ángel, si él está de acuerdo, quedaremos los dos en un sitio donde no molestemos a nadie con nuestras polémicas y dejaremos bien claras las reglas de la discusión, con su tiempo contado y, quién sabe, si al final la cosa no resulta divertida y hay gente que quiere apuntarse...

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