
Como este Niño es un sol,
yo le voy a hacer de hojalata
-porque parezca de plata-
un tambor.
Un tambor, para que asuste
Un tambor, para que asuste
con su pon, porón, pon, pon,
a Herodes, que es un cobarde,
y le dé miedo su son.
Un tambor con dos palillos,
Un tambor con dos palillos,
de fresno fresco y en flor,
que al llegar la Primavera
siempre florezcan de amor.
Un tambor, el más sonoro
que retumbe alrededor,
Un tambor, el más sonoro
que retumbe alrededor,
anunciando por sí mismo
que nació su Salvador.
Tambor del Niño Jesús,
Tambor del Niño Jesús,
de plata, no de hojalata,
para que lo escuches tú.
Emilio Jiménez Díaz
"Un manojo de estrellas para tu Navidad" (2006)
Ilustración mexicana
Emilio Jiménez Díaz
"Un manojo de estrellas para tu Navidad" (2006)
Ilustración mexicana
Nunca leí tanto verso navideño en tiempo propicio... Si la poesía otorga especialidades, una de las tuyas es esta.
ResponderEliminarSon mis cosillas, Ángel. Sabes que me divierto con estas cosas, y la fábula navideña da mucho juego.
ResponderEliminar