(Aunque las polémicas de otras personas no es un tema que se recoja en este blog, en este caso, y por la importancia de que un crítico de los medios de comunicación se vea vetado en otro medio por unas opiniones que, al fin y a la postre, a él sólo pertenecen, doy publicidad a lo que me ha enviado Manuel Martín Martín, crítico flamenco de el diario "El Mundo", y que tanto colaboró conmigo en las páginas flamencas "Correo Flamenco" de "El Correo de Andalucía" -medio impreso que es el que lo ha vetado- y en la revista "Sevilla Flamenca".
El tema es que el redactor jefe de cultura de "El Correo", Felipe Villegas González, le pide a Manuel Martín un escrito con estas palabras. "Estimado Manuel, según lo que acabamos de hablar, te preciso que nos gustaría contar con tus impresiones/consideraciones acerca de la canditatura del flamenco, cuál es tu pálpito, qué crees que deparará de conseguirse... Tú mismo. Serían unos 1.500 caracteres con espacios incluidos. Y necesitaríamos una foto tuya de carita. Mil gracias". Escrito al que contesta Manuel Martín Martín con su artículo el día 13 de noviembre, recibiendo dos días más tarde, el lunes día 15, esta contestación que reproducimos de Felipe Villegas: "Manuel, lo siento mucho pero no publicaremos tu artículo porque te pedía una valoración sonre la canditatura del flamenco, si se lograría o no y las razones por la cuales se podría lograr, pero has introducido consideraciones como las que haces sobre la Agencia fuera de lugar en lo que se pretende. Lo siento, de verdad: Felipe Villegas").
El artículo que envió Manuel Martín Martín es el siguiente , y ahora que cada cual saque sus conclusiones:
El tema es que el redactor jefe de cultura de "El Correo", Felipe Villegas González, le pide a Manuel Martín un escrito con estas palabras. "Estimado Manuel, según lo que acabamos de hablar, te preciso que nos gustaría contar con tus impresiones/consideraciones acerca de la canditatura del flamenco, cuál es tu pálpito, qué crees que deparará de conseguirse... Tú mismo. Serían unos 1.500 caracteres con espacios incluidos. Y necesitaríamos una foto tuya de carita. Mil gracias". Escrito al que contesta Manuel Martín Martín con su artículo el día 13 de noviembre, recibiendo dos días más tarde, el lunes día 15, esta contestación que reproducimos de Felipe Villegas: "Manuel, lo siento mucho pero no publicaremos tu artículo porque te pedía una valoración sonre la canditatura del flamenco, si se lograría o no y las razones por la cuales se podría lograr, pero has introducido consideraciones como las que haces sobre la Agencia fuera de lugar en lo que se pretende. Lo siento, de verdad: Felipe Villegas").
El artículo que envió Manuel Martín Martín es el siguiente , y ahora que cada cual saque sus conclusiones:
La UNESCO dará el sí porque la solicitud me parece tan obvia como ambigua, pues si el flamenco es un legado inmaterial y vivo que forma parte de nuestra identidad cultural y que se basa en una tradición como garantía de su evolución y creatividad, es un insulto a la inteligencia que la Junta de Andalucía vea la panacea, precisamente, en el organismo que no lo consideró en 2005 obra maestra del Patrimonio Oral de la Humanidad porque el Gobierno de ZP no contemplaba un plan de conservación y de actuación.
También es de Perogrullo acreditar ahora su proyección exterior, evidente desde hace siglo y medio con Silverio. Y más aún reclamar que es Patrimonio de la Humanidad, confirmado por el largo millar de flamencos foráneos, incluido Japón, donde hay más academias que en toda Andalucía, o Rótterdam, que en 1985 creó la primera cátedra de flamenco en un Conservatorio de Música.
¿Qué ganamos, por tanto, con este aval? Salvo el etiquetado, nada, porque si la puridad de lo jondo no está en vías de extinción como sostienen los lumbreras de la Junta, cómo creer que con la nominación vendrán unas subvenciones que, en su caso, serán para los mismos y no para auditar las tropelías de la Agencia para el (Sub)Desarrollo del Flamenco, tal que dificultar el tejido creativo y la industria, excluir a las voces disidentes, practicar el nepotismo, promover el clientelismo y no considerar que es la obra de arte la que tiene un valor, y no los dividendos electorales que producen los fieles al régimen.
Manuel Martín Martín
Verdaderamente, Emilio, tienes razón: es muy grave en una democracia que se den casos de censuras o vetos. Como dicen siempre en los programas de televisión: supuestamente.
ResponderEliminarTambién tengo que decir que Emilio es muy valiente al denunciarlo, no todo el mundo se atrevería a hacerlo. Yo misma, no denunciaría públicamente el ser objeto de veto o censura. No lo haría por miedo.
Pero, seguramente, ocurren cosas de éstas y no nos enteramos. En este caso, el veto o censura es reconocido, no está oculto, pero quizá haya ocasiones en las que todo quede escondido y ni siquiera se pueda denunciar. Como en otras cosas, los medios tienen un papel tan determinante en todo que un veto o una censura de un medio no puede dejarse de lado. Por eso Emilio lo denuncia, porque es un abuso de poder.
Imaginemos que alguien escribe un libro. Y que la editorial que lo ha editado lo envía a los medios. Imaginemos que un medio (una persona de un medio) decide vetar el libro y no reseñarlo siquiera. Sería algo prácticamente indemostrable, pues no todos los libros se reseñan. El autor, probablemente, ni siquiera llegaría a enterarse del veto. Salvo que se lo contara la propia editorial. Casos como éste seguramente ocurren y no nos enteramos. Porque todos los días no hay un Emilio que decida denunciar las cosas que están mal en un blog.
Pero estas cosas pasan. Y, la mayoría de las veces, la persona vetada, supuestamente, ni siquiera llega a saber por qué ese veto. Puede ser un comentario que a alguien no le guste, puede ser un olvido, puede ser una entrevista en la que un cantaor diga que no lee tal o cual periódico, tal o cual día de la semana, en fin, miles y miles de cosas...
Pero los vetos son muy feos, la censura es muy fea. Y, al final, se sabe todo...
Verdaderamente, como dice Emilio, un veto o una censura en democracia es algo condenable. Los medios de comunicación no son ya el cuarto poder, son el primer poder, y usar el veto o la censura en ellos, son abusar de ese poder. En este caso, el veto o la censura, han sido reconocidos y, además, Emilio lo ha denunciado valientemente en su blog. No todo el mundo denuncia estas cosas. Yo misma, nunca denunciaría públicamente haber sido objeto de veto o censura por parte de un medio. Tienen demasido poder y demasiada capacidad para hacer daño, aunque uno no espere nada ni tenga pretensiones.
ResponderEliminarPero estas cosas existen, claro que existen, por eso hace bien Emilio en hacerse eco de ellas. Pueden ocurrir a nuestro alrededor y no enterarnos. Pueden pasar a gente que no sepa siquiera que les está ocurriendo. Existen el veto, la censura, el ostracismo (ese vacío a tu alrededor que no sabes explicar).
Imaginemos que alguien escribe un libro. Un libro de flamenco, por ejemplo. La editorial envía el libro a los medios, como suele hacerse. Pero el libro no sale reseñado en determinado medio. El autor puede pensar ¿qué pasa? Quizá el libro no haya interesado al medio (o a la persona de ese medio que se dedica a ese tema concreto) o quizá... El autor puede llegar a enterarse, si la editorial se lo cuenta, que ha sido vetado, que le han dicho que no hablarán nunca de ningún libro de ese autor. Claro, esto es indemostrable, seguramente es un conversación por teléfono, no un papel escrito (como en el caso que Emilio denuncia). El autor no entenderá, quizá, supuestamente, por qué ha sido vetado: será por un olvido, un comentario, una entrevista a alguien en la que ese alguien cuente que no lee determinado periódico en determinado día... Quién sabe. El veto está ahí y puede ocurrir en muchas ocasiones sin que se denuncie.
Por eso es una suerte que Emilio denuncie estas cosas y que estas cosas se sepan. Aunque, incluso cuando se oculta, al final llegan siempre a saberse...
Es lo que pasa, Emilio, cuando a uno le dan la ocasión de desahogarse. Martín parece que la estaba esperando, y el director de El Correo tendría que haber supuesto la respuesta de Manuel Martín Martín sobre el asunto del que se le pide su opinión. Creo que el fallo no es, ni mucho menos, de tu amigo y compañero crítico de El Mundo.
ResponderEliminarPero lo peor es que me han bloqueado el blog sobre este tema. Las opiniones de Caty, muy interesantes, no han podido salir, y así ha pasado con otros editoriales. Manuel Martín está investigando el tema. ¿Censura en tiempos de democracia? ¡Mal estamos!
ResponderEliminarSon cosas que no entiendo a estas alturas. Ya veremos -espero- que ha ocurrido...
ResponderEliminarEstoy en contra de todos los vetos y todas las censuras. Creo que no son admisibles en una democracia. No siempre se pueden denunciar esos vetos o censuras. En este caso, Emilio Jiménez, que es una persona independiente (con lo difícil que es serlo) ha recogido en su blog un hecho que, de ser cierto, no responde a lo que todos deseamos que sea nuestra convivencia.
ResponderEliminarEs verdad que, en este caso, hay una constancia clara de que una opinión no se publica por un motivo concreto. Hay otras ocasiones en las que los vetos o censuras no obedecen a motivos ideológicos o políticos, sino que tienen o pueden tener otros trasfondos. Pero todos son censurables.
Hay ocasiones en que la persona que sufre el veto, o la censura o el ostracismo, ni siquiera puede demostrarlo, ni siquiera puede poner blanco sobre negro, porque son cosas muy difusas.
Imaginemos, por ejemplo, que alguien escribe un libro de flamenco. Y que la editorial que lo ha publicado lo envía a todos los medios. Imaginemos que uno de estos medios a través de la persona que recibe el libro y que se encarga de hacer la crítica decide que no sale nada, porque hay un veto o censura contra la persona que lo ha escrito. Esa persona no llegaría nunca a saber que está vetado, pero la cuestión estaría ahí. Muy triste.
Quiero felicitar a Emilio por su valentía. Es una persona valiente que denuncia con datos y que no anda con subterfugios. También quiero felicitarlo por su generosidad, porque pone los asuntos sobre la mesa sin beneficio para él. Y, por último, quiero felicitarlo por su capacidad para olvidar lo negativo y poner en valor lo positivo.
Y en cuanto a la censura y los vetos, sé mucho de eso y deseo que no haya nadie que los sufra. Quiero creer que otra visión de las cosas es posible y quiero creer que los medios de comunicación, que no son ahora el cuarto poder sino el primero,no abusan nunca de ese poder.
Por fin se ha levantado la guillotina de la censura. Sin saber por qué -cosa que también les ha ocurrido a otros, según Manuel Martín- no se podía escribir ni un sólo comentario de este tema en mi blog. Es la primera vez que ha pasado.
ResponderEliminarYo no soy valiente, Caty, sino un hombre que cree en la libertad. Y si no crees en ella desde la Democracia: ¿Qué podemos esperar?
Gracias por tu opinión sobre este tema.