miércoles, 20 de octubre de 2010

DESDE MI TORRE: ¿PARA CUÁNDO UNA LEY AGRADABLE?


Yo soy fumador y no me alegro de ello, pero de ahí a que me tengan como un apestado va un abismo. Sé, sin que me lo tenga que decir el gobierno, donde puedo y no puedo fumar. Y me chincho y aguanto. Pero no soporto la manía persecutoria de un gobierno que sí que no nos deja respirar con tanto falso intervencionismo. Se sentaron las bases de los lugares en los que se prohibía el uso del tabaco, los hosteleros cumplieron las leyes gastándose un pastón en acondicionadar los reservados de sus locales: mamparas, extración especial de humo, nuevos acondicionadores de renovación de aire, etc. Pero no, esto no bastaba. Había que empeñarse sí o sí en quitar a los fumadores de enmedio de la forma que fuese, que siempre se suele hacer de una forma coercitiva: por decreto ley.

Ya, cuando todos nos habíamos acostumbrados a estas normativas, más leña al mono. No se puede fumar en ningún bar, aunque se hayan hecho obras costosas para el espacio de fumadores, pero, además, no nos dejarán fumar fuera de los recintos hospitalarios por aquello del mal ejemplo comparativo. Ahora bien, si usted va a los toros o al fútbol, se fastidia con el fumador que tiene al lado, porque eso no se prohibe. ¿Cómo se va a prohibir fumar el clásico puro en los toros, ni el cigarrillo en el fútbol para calmar los nervios? Pero si usted estos nervios los tiene destrozados porque está acompañando en el hospital a un familiar durante dos o tres semanas, con sus días y su noches, y aprovecha la visita de alguien para bajar a fumarse un pitillo en las grandes explanadas que tienen los hospitales: nati turati, y como tampoco lo dejan en el bar..., pues eso: a joderse por decreto ley o a coger por el cuello al guardia de seguridad que le llama la atención en ese gran espacio al aire libre.

Dejan abortar a tutiplén sin que los padres puedan intervenir, y en contra de todas las asociaciones antiabortistas; permiten todas las más grandes aberraciones que nos podamos imaginar; tienen en las puertas a más de seis millones de parados..., y los que te rondaré, morena; están dejando el país hecho unos zorros; roban por todos los lados y bajo las siglas de todos los partidos..., pero eso no cuenta. ¿Cómo van a dictar ellos un decreto ley para suprimir la inmunidad parlamentaria, para que quien toque el "cazo" vaya a la cárcel por aquello también del "mal ejemplo comparativo", para eliminar los miles y miles de teléfonos corporativos, los coches oficiales, los amuerzos y cenas con sus "pinceladitas" roblenianas a costa del tesoro público...?

El lema es joder al personal de una u otra forma. Cuando lleguen las elecciones todo volverán a ser promesas que jamás se cumplirán, volverán los descamisados como las golondrinas de Bécquer, se pondrá de moda nuevamente la pana proletaria, chillarán en los estrados de los estadios como jamás gritaron contra las injusticias que ellos mismos propician... Y vuelta a empezar.

¿Para cuándo una ley agradable como la de que el paro no exista bajo ningún concepto? ¿Nos pondrán, por fin, después de tantas promesas en este sentido, una policía de barrio para que no se multipliquen los robos ni las palizas callejeras como hoy pasa? ¿Seremos respetados por los burócratas de turno cuando necesitemos de su asistencia? ¿Seremos algunas vez hombres libres sin que el gobierno nos demuestre tanto cariño con la dictadura del intervencionismo?

Está claro que nos van a quitar de fumar, pero cuando esto pase en enero, con lo cabreado que está ya el personal, se nos va a poner una cara de mala leche que veremos si no se refleja en las urnas.

2 comentarios:

  1. Emilio, esto no tiene nada que ver con el blog, pero te quería comentar que en mi centro está de profesor Emilio Sáenz.

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  2. Ni con el tabaco, porque Emilio no fumaba. No sé si ahora lo hace. Es un pedazo de artista, aparte de una maravillosa persona. ¡Aprovéchate de él... en el sentido cultural de la palabra!
    Buena adquisición. Él perteneció conmigo y otros compañeros al Patronato fundador de la Bienal, aunque ahora a todos nos olviden.

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