El mundo del flamenco llevaba bastante tiempo esperando el relevo de Francisco Perujo en la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco. Y ha llegado con forma y nombre de mujer: María Ángeles Carrasco, hasta ahora coordinadora de la Agencia y, al parecer, siempre aspirante a esta plaza. Además, se ha nombrado un consejo asesor que estará presidido por el cantaor Antonio Fernández Díaz "Fosforito", Olga de la Pascua -directora del Centro Andaluz de Flamenco-, Juan Manuel Suárez Japón -rector de la Universidad Internacional de Andalucía-, el filólogo Antonio Carmona y la antropóloga Cristina Cruces Roldán. A excepción de la directora del CAF, todos son antiguos amigos y hemos coincido en muchísimas ocasiones. Vayan, pues, mis mejores felicidades para ellos, en la seguridad que darán lo mejor de cada uno en esta labor que, según su Presidente, es totalmente altruista.
Pero... Yo siempre me he preguntado para qué ha servido y sirve esta Agencia de denominación tan larga si no es para que nada se escape al control del partido en el gobierno. Siempre he esperado que alguien del mismo me responda a esta duda. Por un lado, los artistas están que trinan -siempre trabajan los mismos-, las agencias de contrataciones están subsistiendo como pueden -por lo que también trinan-, y los aficionados de toda la vida trinamos todos porque siempre ha existido el flamenco, y con mucha dignidad, sin necesidad alguna del protectorado político. Parece que la única meta de esta Agencia, que tantísimo dinero tiene que costar mantener, aparte de hacer algunos ciclos que siempre llegan a los mismos lugares y que no todo el mundo tiene ocasión de disfrutar, es conseguir que el Flamenco sea reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Venga, empujemos todos para que así sea. Y cuando se logre: ¿se transformará en algo la verdadera substancia del flamenco?, ¿trabajarán y ganarán más los artistas más modestos?, ¿variará el ritmo de las soleares, el compás de las bulerías, los ayes de las seguiriyas? ¿tendremos que ponernos alguna distinción los aficionados en la solapa?
Llevo cerca de 40 años metido en este lío de la divulgación del Flamenco, y jamás se han necesitado políticos para protegerlo. Fue la época más grande y hermosa de los excelentes festivales, de la eclosión de las peñas y de los recitales de alto contenido en estas entidades. Todo era altruísmo y pasión por el flamenco, generosidad, afición cuajada de vivencias. Se hacían grandes homenajes sin que los organizaran las instituciones: a "El Perrate", "El Sordillo", "El Niño de la Calzá", "Quincena del Centenario de Manuel Vallejo", Romerito de Jerez, "Bambino", Gabriela Ortega. Puedo decir que un hombre solo: Pulpón, hizó más por el flamenco en su vida que todas las agencias andaluzas para el desarrollo, etc. que se puedan inventar. Es más, a quien es amante del Flamenco, un aficionado de verdad, para nada le hace falta el proteccionismo de ningún organismo estatal o regional. Todo está inventado. La afición es exclusiva del corazón y no sabe de siglas. Al Flamenco no hace falta canalizarlo, y si no que se lo pregunten a mi amigo "Fosforito", el flamante Presidente del consejo asesor de expertos de esta "cosa". Él sabe mucho de este "difícil mundo" -tal como lo definía Manuel Barrios-, así como del desprecio olímpico que la Junta de Andalucía tuvo con él en varias ocasiones, al menos dos que yo recuerde. Me explico en punto y aparte.
Cuando gracias a la habilidad de Francisco Vallecillo -y la dejación del ayuntamiento de Córdoba- éste consigue registrar el dominio "La Llave de Oro" a favor de la Junta de Andalucía en 1984, del que él era asesor de Actividades Flamencas, todos los aficionados pensábamos que por fin se iba a acabar la eterna polémica de las "Llaves", esa que al parecer jamás mereció Manuel Vallejo y sí El Nitri y Antonio Mairena. Todos creíamos que se había acabado el juego y que los tres "camelos" anteriores iban a enterrarse definitivamente. Nada ya de polémicas y ríos de tinta de filias y de fobias. La "Llave" -parafraseando la coplilla popular- en el fondo del mar de la memoria. Pero no, la Junta, tan lista, tan llena de asesores y de expertos, de los que no doy nombres porque algunos están muertos y otros han sido eternos embusteros de la crítica pagada, se deja caer con la concesión de la cuarta, y a título póstumo -¡toma del frasco, carrasco!- a José Monge Cruz "Camarón de la Isla" en el año 2000. Para nada había servido que "Fosforito" luchase por ella en 1962, ni su ingente obra, ni su más que demostrada experiencia, ni su enorme e interesante discografía. Aquellos "ilustrados" reavivaron la llama y se la concedieron a Camarón sin más, por decreto, ocho años después de muerto. Y a "Fosforito", para callar la polémica levantada, se la conceden 5 años después, en 2005, "Llave" que, por simple dignidad, si yo hubiese sido el cantaor pontanés, jamás hubiese aceptado. Ahí, de todas a todas, me decepcionó tanto el amigo y el maestro que jamás lo he felicitado por ese galardón que, si nunca tuvo valor, bastante menos después de los tejamanejes del gobierno andaluz. En dos siglos se dieron amigablemente tres, y en tan sólo cinco años se concedieron por decreto dos. ¡Viva Cartagena!
Cuando se inaugura la Fundación de Arte Flamenco de Jerez de la Frontera en el antiguo Palacio de Pemartín, a la que asistí, y se preveía un movimiento político, ya hace de esto 22 años, el primer director debería de haber sido "Fosforito", del que todos los "expertos" conocían que no estaba pasando ni un buen momento cantaor ni económico. Ahora, cuando tiene 78 años de edad, se le ofrece un caramelo sin remuneración. Si él lo ha aceptado así, fenomenal y nada que objetar. Cada uno es libre de ponerle cotas a su vida. Lo que jamás comprenderé es que Antonio, que lleva más de 60 años de artista, y que ha ganado muchísimo dinero a cambio de su arte y su dignidad en el escenario sin "agencia andaluza para el des....", se meta ahora en un conglomerado de esta clase sin darse cuenta de que están utilizando su nombre como mascarón de proa de un galeón que todavía no ha llegado a ningún puerto después de tantos años de travesía. Claro está que la vanidad, y más a ciertas edades, nos hace ciegos.
Después de este repasillo que he creido necesario para exponer mi postura, vuelvo al principio: mis felicidades a la nueva directora de la Agencia, María de los Ángeles Carrasco, y al Consejo Asesor de Expertos presidido por "Fosforito", y mi ánimo para que se planifiquen y cumplan muchos proyectos -que jamás tienen por que ser caros- y más que a Japón, a Estados Unidos, al Liceo, etc., el flamenco se lleve a todas las localidades andaluzas, absolutamente a todas, para devolver la ilusión a los viejos aficionados y abrirle las pupilas a esa gran parte de una juventud que sólo está aficionada a los festivales de "las botellonas".
No sé hablar de otra forma y bien que lo siento. Pero hablando en plata -y no es por don Paulino, que es el que ha nombrado al excelente equipo- se entiende la gente.
(En la fotografía de la agencia EFE, Paulino Plata, Bibiana Aido, María de los Ángeles Carrasco y Fosforito)
Pero... Yo siempre me he preguntado para qué ha servido y sirve esta Agencia de denominación tan larga si no es para que nada se escape al control del partido en el gobierno. Siempre he esperado que alguien del mismo me responda a esta duda. Por un lado, los artistas están que trinan -siempre trabajan los mismos-, las agencias de contrataciones están subsistiendo como pueden -por lo que también trinan-, y los aficionados de toda la vida trinamos todos porque siempre ha existido el flamenco, y con mucha dignidad, sin necesidad alguna del protectorado político. Parece que la única meta de esta Agencia, que tantísimo dinero tiene que costar mantener, aparte de hacer algunos ciclos que siempre llegan a los mismos lugares y que no todo el mundo tiene ocasión de disfrutar, es conseguir que el Flamenco sea reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Venga, empujemos todos para que así sea. Y cuando se logre: ¿se transformará en algo la verdadera substancia del flamenco?, ¿trabajarán y ganarán más los artistas más modestos?, ¿variará el ritmo de las soleares, el compás de las bulerías, los ayes de las seguiriyas? ¿tendremos que ponernos alguna distinción los aficionados en la solapa?
Llevo cerca de 40 años metido en este lío de la divulgación del Flamenco, y jamás se han necesitado políticos para protegerlo. Fue la época más grande y hermosa de los excelentes festivales, de la eclosión de las peñas y de los recitales de alto contenido en estas entidades. Todo era altruísmo y pasión por el flamenco, generosidad, afición cuajada de vivencias. Se hacían grandes homenajes sin que los organizaran las instituciones: a "El Perrate", "El Sordillo", "El Niño de la Calzá", "Quincena del Centenario de Manuel Vallejo", Romerito de Jerez, "Bambino", Gabriela Ortega. Puedo decir que un hombre solo: Pulpón, hizó más por el flamenco en su vida que todas las agencias andaluzas para el desarrollo, etc. que se puedan inventar. Es más, a quien es amante del Flamenco, un aficionado de verdad, para nada le hace falta el proteccionismo de ningún organismo estatal o regional. Todo está inventado. La afición es exclusiva del corazón y no sabe de siglas. Al Flamenco no hace falta canalizarlo, y si no que se lo pregunten a mi amigo "Fosforito", el flamante Presidente del consejo asesor de expertos de esta "cosa". Él sabe mucho de este "difícil mundo" -tal como lo definía Manuel Barrios-, así como del desprecio olímpico que la Junta de Andalucía tuvo con él en varias ocasiones, al menos dos que yo recuerde. Me explico en punto y aparte.
Cuando gracias a la habilidad de Francisco Vallecillo -y la dejación del ayuntamiento de Córdoba- éste consigue registrar el dominio "La Llave de Oro" a favor de la Junta de Andalucía en 1984, del que él era asesor de Actividades Flamencas, todos los aficionados pensábamos que por fin se iba a acabar la eterna polémica de las "Llaves", esa que al parecer jamás mereció Manuel Vallejo y sí El Nitri y Antonio Mairena. Todos creíamos que se había acabado el juego y que los tres "camelos" anteriores iban a enterrarse definitivamente. Nada ya de polémicas y ríos de tinta de filias y de fobias. La "Llave" -parafraseando la coplilla popular- en el fondo del mar de la memoria. Pero no, la Junta, tan lista, tan llena de asesores y de expertos, de los que no doy nombres porque algunos están muertos y otros han sido eternos embusteros de la crítica pagada, se deja caer con la concesión de la cuarta, y a título póstumo -¡toma del frasco, carrasco!- a José Monge Cruz "Camarón de la Isla" en el año 2000. Para nada había servido que "Fosforito" luchase por ella en 1962, ni su ingente obra, ni su más que demostrada experiencia, ni su enorme e interesante discografía. Aquellos "ilustrados" reavivaron la llama y se la concedieron a Camarón sin más, por decreto, ocho años después de muerto. Y a "Fosforito", para callar la polémica levantada, se la conceden 5 años después, en 2005, "Llave" que, por simple dignidad, si yo hubiese sido el cantaor pontanés, jamás hubiese aceptado. Ahí, de todas a todas, me decepcionó tanto el amigo y el maestro que jamás lo he felicitado por ese galardón que, si nunca tuvo valor, bastante menos después de los tejamanejes del gobierno andaluz. En dos siglos se dieron amigablemente tres, y en tan sólo cinco años se concedieron por decreto dos. ¡Viva Cartagena!
Cuando se inaugura la Fundación de Arte Flamenco de Jerez de la Frontera en el antiguo Palacio de Pemartín, a la que asistí, y se preveía un movimiento político, ya hace de esto 22 años, el primer director debería de haber sido "Fosforito", del que todos los "expertos" conocían que no estaba pasando ni un buen momento cantaor ni económico. Ahora, cuando tiene 78 años de edad, se le ofrece un caramelo sin remuneración. Si él lo ha aceptado así, fenomenal y nada que objetar. Cada uno es libre de ponerle cotas a su vida. Lo que jamás comprenderé es que Antonio, que lleva más de 60 años de artista, y que ha ganado muchísimo dinero a cambio de su arte y su dignidad en el escenario sin "agencia andaluza para el des....", se meta ahora en un conglomerado de esta clase sin darse cuenta de que están utilizando su nombre como mascarón de proa de un galeón que todavía no ha llegado a ningún puerto después de tantos años de travesía. Claro está que la vanidad, y más a ciertas edades, nos hace ciegos.
Después de este repasillo que he creido necesario para exponer mi postura, vuelvo al principio: mis felicidades a la nueva directora de la Agencia, María de los Ángeles Carrasco, y al Consejo Asesor de Expertos presidido por "Fosforito", y mi ánimo para que se planifiquen y cumplan muchos proyectos -que jamás tienen por que ser caros- y más que a Japón, a Estados Unidos, al Liceo, etc., el flamenco se lleve a todas las localidades andaluzas, absolutamente a todas, para devolver la ilusión a los viejos aficionados y abrirle las pupilas a esa gran parte de una juventud que sólo está aficionada a los festivales de "las botellonas".
No sé hablar de otra forma y bien que lo siento. Pero hablando en plata -y no es por don Paulino, que es el que ha nombrado al excelente equipo- se entiende la gente.
(En la fotografía de la agencia EFE, Paulino Plata, Bibiana Aido, María de los Ángeles Carrasco y Fosforito)
Interesante reflexión, Emilio. La Agencia es uno de los instrumentos de control de esta "dictadura" a la que nos tienen sometidos. Desconozco el interés que puede tener por el Flamenco la nueva directora, pero me da la impresión que esto será un nuevo trampolín político. Mientras que la Junta de Andalucia anuncia a bombo y platillo su interés por el Flamenco, miles de artistas siguen a la espera de una oportunidad. La Agencia, al igual que muchos ayuntamientos, dilapidan el dinero "sin ton ni son";como ejemplo La noche Blanca de Córdoba, noche que deja "sin blanca" las arcas municipales para el resto del año. Cada vez queda menos dinero para Agencias y promociones políticas y tal vez tendremos que volver a la época que tú mencionas, donde las peñas y los aficionados de verdad eran los motores del Flamenco.
ResponderEliminarPodía haber dicho más cosas, pero he querido quedarme sólo en el tuétano. A nadie se le ha faltado al respeto. No me ha gustado nunca el Flamenco encorsetado por la Política. El Flamenco es libre, así nació y así debe seguir siendo. Como decía mi amigo "Paulus": "Libre el potro que corre por la marisma/ que no sabe de yugos, cuerdas ni bridas./ ¡Ay, quién pudiera ser como el potro libre por las arenas!
ResponderEliminarLa Agencia se me asemeja a los departamentos de Cultura y Arte que tenía el Frente de Juventudes en la época de Franco. ¡Control, control y más control!
¡Qué alejado debe estar el flamenco de todo eso!