martes, 22 de junio de 2010

PAULINO GONZÁLEZ JIMÉNEZ: A LA CHITA CALLANDO

A LA CHITA CALLANDO

Cuando menos se espera el dolor llega
que es preciso llorar de vez en cuando
para que el corazón se vuelva blando
de cuando en vez. El llanto besa y riega

nuestro campo interior. Calma y sosiega
hasta alegrarte por estar llorando:
porque el dolor a la chita callando
es en la vida nuestro alfa y omega.

No hay que huirle al dolor de cada día
que el dolor junto al gozo es necesario
como lluvia de mayo en la sequía.

Si a la chita callando un martes trece
con negror oscurece el calendario,
el miércoles la luz reaparece.

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