
Cuando menos se espera el dolor llega
que es preciso llorar de vez en cuando
para que el corazón se vuelva blando
de cuando en vez. El llanto besa y riega
nuestro campo interior. Calma y sosiega
hasta alegrarte por estar llorando:
porque el dolor a la chita callando
es en la vida nuestro alfa y omega.
No hay que huirle al dolor de cada día
que el dolor junto al gozo es necesario
como lluvia de mayo en la sequía.
Si a la chita callando un martes trece
con negror oscurece el calendario,
el miércoles la luz reaparece.
es en la vida nuestro alfa y omega.
No hay que huirle al dolor de cada día
que el dolor junto al gozo es necesario
como lluvia de mayo en la sequía.
Si a la chita callando un martes trece
con negror oscurece el calendario,
el miércoles la luz reaparece.
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