Vamos a ir apurando parte de las canciones más conocidas y recordadas de Conchita Piquer. Ya dije que su repertorio es tan largo que es muy difícil escoger lo mejor, entre otras cosas porque el rastreo puede ser siempre subjetivo. Tenemos que tener también en cuenta que parte de sus canciones sonaron o gustaron bastante más en la versión de otras artistas, por lo que, cuando llegue la hora de ellas las recordaremos, citando, por supuesto, la primera intérprete. Pero hay canciones que son Piquer-Piquer y que nadie superó porque tenían el marchamo de sus grandes obras. Una de ellas, por ejemplo, es esta que vamos a poner a continuación: "Lola Puñales", de Quintero, León y Quiroga, grabada por la artista el año 1948, incluyéndola en la película "Me casé con una estrella", y rodada en 1950 bajo la dirección de Luis César Amadori con el acompañamiento masculino del actor Luis Sandrini, que fue estrenada en 1952:
Entre la gente del bronce que cantaba y que bebía/ brillaba Lola Puñales;/ era una rosa flamenca que a los hombres envolvía/ igual que los vendavales./ Vino primero don Pedro, marqués,/ enamorado y galán,/ pero la Lola con mucho saber/ lo despreció por don Juan./ Y así la Puñales, perdiendo y ganando,/ trataba a los hombres de mala manera,/ hasta que una noche la fueron matando/ los ojos de un hombre que dijo a su vera:// ¿Quién ha encendío esa vela/ en tus ojeras de petenera,/ Lola Puñales?/ Que aunque no quieras, Dolores,/ matas de amores a los mejores/ y más cabales./ Sin saber cómo ni cuándo/ tú te vas a enamorar,/ con el fuego estás jugando/ y te tienes que quemar,/ y verás, sentrañas mías,/ lo que son ducas mortales/ cuando llores de agonía/ y te den las claritas del día/ sin dormir, Lola Puñales.// Con fatiguitas de muerte y sudores de agonía/ lloraba Lola Puñales,/ porque aquel hombre moreno se llevó pa toa la vía/ la rosa de sus rosales./ Mucho "te quiero y me muero, mujer",/ mucho "te juro por Dios",/ y si te vi no me acuerdo, después/ de que en sus brazos cayó./ Corrió como loca buscando la reja/ en donde de otra los besos bebía/ y un grito de muerte se oyó en la calleja/ mientras que unos ojos quedaban sin vía.// Vayan los jueces pasando,/ vayan firmando, que está esperando/ Lola Puñales./ Que no me importa esta pena/ ni ir a la trena, que estoy serena/ y en mis cabales./ Lo maté a sangre fría/ porque se burló de mí/ y otra vez lo mataría/ si volviera a revivir./ Conque apunte el escribano/ que al causante de mis males,/ por jurar cariño en vano,/ sin siquiera temblarle la mano,/ lo mató Lola Puñales.
Hubo un tiempo, quizás por las rarezas de Conchita Piquer o por querer cambiar de estilos de canciones, que se separa de Quintero, León y Quiroga y estrena composiciones de otro trío genial, el formado por Ochaíta,Valerio y Solano, aunque volvió más tarde a sus raíces. Una de las más hermosas canciones que le escriben a la artista, el año 1953, es "A Ciegas", que incluye en su espectáculo "Salero de España", estrenado ese mismo año en el Teatro Álvarez Quintero de Sevilla. Es una hermosísima canción de la que se han hecho muchas versiones, siendo extraordinaria la que recientemente ha realizado de ella Miguel Poveda (2009):
Yo muchas noches sentía,/ cercano ya el día,/ tus pasos en la sala./ "Gracias a Dios que has llegado,/ que no te ha pasado/ ninguna cosa mala."/ En tus manos un aroma/ que trasminaba como el clavel,/ pero yo lo echaba a broma/ porque era esclava de tu querer./ "Que me he entretenido.../ las cosas del juego."/ Y yo te decía/ cerrando los ojos/ lo mismo que un ciego:// No tienes que darme cuenta,/ a ciegas yo te he creido,/ yo voy por el mundo a tientas/ desde que te he conocido./ Llevo una venda en los ojos/ como pintan a la Fe;/ no hay dolor como esta gloria/ de estar creyendo sin ver./ Mi corazón no me engaña/ y a tu caridad se entrega./ ¡Duerme tranquilo, sentraña,/ que te estoy queriendo a ciegas.// No sé qué mano cristiana/ abrió una mañana/ mi puerta de repente,/ luz que cortó en mil pedazos/ como un navajazo/ mi venda de la frente./ Me quitaron la ceguera/ con un cuchillo de compasión/ y hoy va solo por la acera/ sin lazarillo mi corazón./ "Todo eso es mentira,/ lo afirmo y lo pruebo"./ Y yo te decía queriendo ponerme/ la venda de nuevo:// No tienes que darme cuentas,/ que no te las he pedido;/ quien va por el mundo a tientas/ lleva los rumbos perdidos./ Yo me clavaré en los ojos/ alfileres de cristal/ por no verme cara a cara/ contigo y con tu verdad./ Mientes de noche y de día/ y a jurarme en falso llegas.../ ¡Sigue mintiendo, alma mía,/ para yo quererte a ciegas!
Quintero, Rafael de León y Quiroga le escribieron una hermosa canción-romance "Cárcel de oro" (1956) para su último espectáculo "Puente de coplas" que la artista estrenó en el Teatro Apolo de su tierra en marzo de 1957. Al ser, como otras, una de las joyas del género, fue muy versionada por artistas de su época y artistas actuales. Pero nadie, ni siquiera Rocío Jurado, le dio el empaque de la Piquer.
Cuando tú me diste amparo no era más que una gitana/ con un traje de volantes y una enagua almidoná,/ y me vi por tu cariño, de la noche a la mañana,/ convertía en una reina de brillantes coroná./ Pero a mí desde el principio me cansaba tu ternura,/ me agobiaba aquel encierro que me impuso tu pasión,/ y una noche en que tus celos me colmaron de amargura/ con la hiel de mis palabras yo maté tu corazón:// Tanto decirme te quiero, te quiero,/ yo no lo puedo aguantar,/ como un pájaro me muero, me muero,/ necesito libertad./ Abre puertas y cerrojos/ que me dé la luz del sol,/ que están ciegos ya mis ojos/ de tinieblas y dolor./ Por mi madre yo te imploro y te lloro/ que no pienses más en mí;/ no te quiero, no te adoro,/ yo no sirvo pa vivir/ en esa cárcel de oro.// Y con prisa por dejarte yo me fui por los caminos,/ con mis coplas y mis sueños y mis ansias de vivir/ y al momento mis volantes se enredaron entre espinos/ y los nardos y las rosas fueron cardos para mí./ Del vinagre que ahora bebo la culpita sólo es mía/ y maldigo hasta la hora que probé la libertad./ Pordiosera de cariño te suplico noche y día/ que en la cárcel de tus brazos tú me vuelvas a encerrar.// Vuelve a decirme te quiero, te quiero,/ vuelve a decirlo, por Dios,/ sin oírlo yo me muero, me muero/ como un nardo sin olor./ Pa borrarte los agravios/ que te hice padecer,/ si pudiera de mis labios/ me arrancara hasta la piel./ Vale más que los tesoros del moro/ tu cariño para mí./ Por tu madre yo te imploro/ que me encierres pa vivir/ en esa cárcel de oro.// (Estribillo final) A una fragua yo me echara/ pa salir purificá,/ si de nuevo tú en mi cara/ te volvieras a mirar./ Vale más que los tesoros del moro/ tu cariño para mí./ Por tu madre yo te imploro/ que me encierres pa vivir/ en esa cárcel de oro.
Sería totalmente imposible para el trabajo que estamos pretendiendo hacer de recordar las más importantes canciones que pasaron por nuestras vidas a lo largo del siglo XX, poner todas y cada una de las coplas. Sólo hemos intentado escoger desde el inicio las que, por una causa u otra, han quedado impresas en la memoria del pueblo. No quieren decir que sean las mejores de cada intérprete, pero sí las más significativas bien por el tema o por la época en que se estrenaron. La obra de Conchita Piquer completa, y de otras artistas, nos llevaría semanas y semanas, pero no ha sido ese nunca nuestro propósito. Muchos títulos se quedan fuera de este trabajo, pero las canciones que hemos puesto creo que es valiosa muestra para mejor entender la historia de la copla.
Para terminar con estos capítulos de Conchita Piquer, de la gran artista valenciana, vamos a hacerlo con la canción que, tal y como explicamos, la retiró de los escenarios en Isla Cristina, el 13 de enero de 1958, cuando llevó allí su espectáculo "Puente de coplas". Con letra y música de su gran trío de autores, la última canción que cantó la Piquer sobre la escena fue esta hermosa habanera titulada "Mañana sale":
Tiene el color del semblante/ de una virgen de marfil,/ lleva en los labios un cante/ y en la mano un quince mil./ De un coche de dos caballos/ sale una voz con corona:/ "Si quieres, rosa de mayo,/ seré el vasallo de tu persona"./ Palabras que lleva el viento/ y luto en el corazón.../ La calle del Sacramento/ sintió el lamento/ de su pregón.// ¿A quién le vendo la suerte?/ ¡Mañana sale y está premiado!/ (Mis ojos tienen que verte/ por tres puñales atravesado)./ ¡La fortuna pa mañana!/ ¿Quién me compra un quince mil?/ (Te repiquen las campanas/ a la hora de morir)./ ¡Cuatro series! ¡Qúe bonitas!/ ¡Voy tirando los caudales!/ ¡Son de doña Manolita!/ ¿Quién me compra este penita?/ ¡Mañana, mañana sale!// Yendo de juerga en su coche/ con corona de marqués,/ le dieron muerte una noche/ en la calle Lavapiés./ Nadie el motivo sabía,/ nadie conoce la clave./ La niña que le vendía/ la lotería sí que lo sabe./ Quizás que un mismo cuchillo/ vengó una doble traición./ Envuelto en su mantoncillo/ va el estribillo de este pregón:// ¿A quién le vendo la suerte?/ ¡Mañana sale y está premiado!/ (A mí me dieron la muerte/ con los puñales que te han clavado)./ ¡La fortuna pa mañana!/ ¿Quién me compra un quince mil?/ (Que me doblen las campanas/ y me entierren junto a ti)/ ¡Cuatro series! ¡qué bonitas!/ ¡Voy tirando los caudales!/ ¡Son de doña Manolita!/ ¿Quién me compra esta penita?/ ¡Mañana, mañana sale!// (Estribillo final) Y en el filo de la aurora,/ desde Sol a Chamberí,/ nadie sabe por qué lora/ pregonando un quince mil./ ¡Cuatro series! ¡qué bonitas!/ ¡Voy tirando los caudales!/ ¡Son de doña Manolita!/ ¿Quién me compra esta penita?/ ¡Mañana, mañana sale!
Entre la gente del bronce que cantaba y que bebía/ brillaba Lola Puñales;/ era una rosa flamenca que a los hombres envolvía/ igual que los vendavales./ Vino primero don Pedro, marqués,/ enamorado y galán,/ pero la Lola con mucho saber/ lo despreció por don Juan./ Y así la Puñales, perdiendo y ganando,/ trataba a los hombres de mala manera,/ hasta que una noche la fueron matando/ los ojos de un hombre que dijo a su vera:// ¿Quién ha encendío esa vela/ en tus ojeras de petenera,/ Lola Puñales?/ Que aunque no quieras, Dolores,/ matas de amores a los mejores/ y más cabales./ Sin saber cómo ni cuándo/ tú te vas a enamorar,/ con el fuego estás jugando/ y te tienes que quemar,/ y verás, sentrañas mías,/ lo que son ducas mortales/ cuando llores de agonía/ y te den las claritas del día/ sin dormir, Lola Puñales.// Con fatiguitas de muerte y sudores de agonía/ lloraba Lola Puñales,/ porque aquel hombre moreno se llevó pa toa la vía/ la rosa de sus rosales./ Mucho "te quiero y me muero, mujer",/ mucho "te juro por Dios",/ y si te vi no me acuerdo, después/ de que en sus brazos cayó./ Corrió como loca buscando la reja/ en donde de otra los besos bebía/ y un grito de muerte se oyó en la calleja/ mientras que unos ojos quedaban sin vía.// Vayan los jueces pasando,/ vayan firmando, que está esperando/ Lola Puñales./ Que no me importa esta pena/ ni ir a la trena, que estoy serena/ y en mis cabales./ Lo maté a sangre fría/ porque se burló de mí/ y otra vez lo mataría/ si volviera a revivir./ Conque apunte el escribano/ que al causante de mis males,/ por jurar cariño en vano,/ sin siquiera temblarle la mano,/ lo mató Lola Puñales.
Hubo un tiempo, quizás por las rarezas de Conchita Piquer o por querer cambiar de estilos de canciones, que se separa de Quintero, León y Quiroga y estrena composiciones de otro trío genial, el formado por Ochaíta,Valerio y Solano, aunque volvió más tarde a sus raíces. Una de las más hermosas canciones que le escriben a la artista, el año 1953, es "A Ciegas", que incluye en su espectáculo "Salero de España", estrenado ese mismo año en el Teatro Álvarez Quintero de Sevilla. Es una hermosísima canción de la que se han hecho muchas versiones, siendo extraordinaria la que recientemente ha realizado de ella Miguel Poveda (2009):
Yo muchas noches sentía,/ cercano ya el día,/ tus pasos en la sala./ "Gracias a Dios que has llegado,/ que no te ha pasado/ ninguna cosa mala."/ En tus manos un aroma/ que trasminaba como el clavel,/ pero yo lo echaba a broma/ porque era esclava de tu querer./ "Que me he entretenido.../ las cosas del juego."/ Y yo te decía/ cerrando los ojos/ lo mismo que un ciego:// No tienes que darme cuenta,/ a ciegas yo te he creido,/ yo voy por el mundo a tientas/ desde que te he conocido./ Llevo una venda en los ojos/ como pintan a la Fe;/ no hay dolor como esta gloria/ de estar creyendo sin ver./ Mi corazón no me engaña/ y a tu caridad se entrega./ ¡Duerme tranquilo, sentraña,/ que te estoy queriendo a ciegas.// No sé qué mano cristiana/ abrió una mañana/ mi puerta de repente,/ luz que cortó en mil pedazos/ como un navajazo/ mi venda de la frente./ Me quitaron la ceguera/ con un cuchillo de compasión/ y hoy va solo por la acera/ sin lazarillo mi corazón./ "Todo eso es mentira,/ lo afirmo y lo pruebo"./ Y yo te decía queriendo ponerme/ la venda de nuevo:// No tienes que darme cuentas,/ que no te las he pedido;/ quien va por el mundo a tientas/ lleva los rumbos perdidos./ Yo me clavaré en los ojos/ alfileres de cristal/ por no verme cara a cara/ contigo y con tu verdad./ Mientes de noche y de día/ y a jurarme en falso llegas.../ ¡Sigue mintiendo, alma mía,/ para yo quererte a ciegas!
Quintero, Rafael de León y Quiroga le escribieron una hermosa canción-romance "Cárcel de oro" (1956) para su último espectáculo "Puente de coplas" que la artista estrenó en el Teatro Apolo de su tierra en marzo de 1957. Al ser, como otras, una de las joyas del género, fue muy versionada por artistas de su época y artistas actuales. Pero nadie, ni siquiera Rocío Jurado, le dio el empaque de la Piquer.
Cuando tú me diste amparo no era más que una gitana/ con un traje de volantes y una enagua almidoná,/ y me vi por tu cariño, de la noche a la mañana,/ convertía en una reina de brillantes coroná./ Pero a mí desde el principio me cansaba tu ternura,/ me agobiaba aquel encierro que me impuso tu pasión,/ y una noche en que tus celos me colmaron de amargura/ con la hiel de mis palabras yo maté tu corazón:// Tanto decirme te quiero, te quiero,/ yo no lo puedo aguantar,/ como un pájaro me muero, me muero,/ necesito libertad./ Abre puertas y cerrojos/ que me dé la luz del sol,/ que están ciegos ya mis ojos/ de tinieblas y dolor./ Por mi madre yo te imploro y te lloro/ que no pienses más en mí;/ no te quiero, no te adoro,/ yo no sirvo pa vivir/ en esa cárcel de oro.// Y con prisa por dejarte yo me fui por los caminos,/ con mis coplas y mis sueños y mis ansias de vivir/ y al momento mis volantes se enredaron entre espinos/ y los nardos y las rosas fueron cardos para mí./ Del vinagre que ahora bebo la culpita sólo es mía/ y maldigo hasta la hora que probé la libertad./ Pordiosera de cariño te suplico noche y día/ que en la cárcel de tus brazos tú me vuelvas a encerrar.// Vuelve a decirme te quiero, te quiero,/ vuelve a decirlo, por Dios,/ sin oírlo yo me muero, me muero/ como un nardo sin olor./ Pa borrarte los agravios/ que te hice padecer,/ si pudiera de mis labios/ me arrancara hasta la piel./ Vale más que los tesoros del moro/ tu cariño para mí./ Por tu madre yo te imploro/ que me encierres pa vivir/ en esa cárcel de oro.// (Estribillo final) A una fragua yo me echara/ pa salir purificá,/ si de nuevo tú en mi cara/ te volvieras a mirar./ Vale más que los tesoros del moro/ tu cariño para mí./ Por tu madre yo te imploro/ que me encierres pa vivir/ en esa cárcel de oro.
Sería totalmente imposible para el trabajo que estamos pretendiendo hacer de recordar las más importantes canciones que pasaron por nuestras vidas a lo largo del siglo XX, poner todas y cada una de las coplas. Sólo hemos intentado escoger desde el inicio las que, por una causa u otra, han quedado impresas en la memoria del pueblo. No quieren decir que sean las mejores de cada intérprete, pero sí las más significativas bien por el tema o por la época en que se estrenaron. La obra de Conchita Piquer completa, y de otras artistas, nos llevaría semanas y semanas, pero no ha sido ese nunca nuestro propósito. Muchos títulos se quedan fuera de este trabajo, pero las canciones que hemos puesto creo que es valiosa muestra para mejor entender la historia de la copla.
Para terminar con estos capítulos de Conchita Piquer, de la gran artista valenciana, vamos a hacerlo con la canción que, tal y como explicamos, la retiró de los escenarios en Isla Cristina, el 13 de enero de 1958, cuando llevó allí su espectáculo "Puente de coplas". Con letra y música de su gran trío de autores, la última canción que cantó la Piquer sobre la escena fue esta hermosa habanera titulada "Mañana sale":
Tiene el color del semblante/ de una virgen de marfil,/ lleva en los labios un cante/ y en la mano un quince mil./ De un coche de dos caballos/ sale una voz con corona:/ "Si quieres, rosa de mayo,/ seré el vasallo de tu persona"./ Palabras que lleva el viento/ y luto en el corazón.../ La calle del Sacramento/ sintió el lamento/ de su pregón.// ¿A quién le vendo la suerte?/ ¡Mañana sale y está premiado!/ (Mis ojos tienen que verte/ por tres puñales atravesado)./ ¡La fortuna pa mañana!/ ¿Quién me compra un quince mil?/ (Te repiquen las campanas/ a la hora de morir)./ ¡Cuatro series! ¡Qúe bonitas!/ ¡Voy tirando los caudales!/ ¡Son de doña Manolita!/ ¿Quién me compra este penita?/ ¡Mañana, mañana sale!// Yendo de juerga en su coche/ con corona de marqués,/ le dieron muerte una noche/ en la calle Lavapiés./ Nadie el motivo sabía,/ nadie conoce la clave./ La niña que le vendía/ la lotería sí que lo sabe./ Quizás que un mismo cuchillo/ vengó una doble traición./ Envuelto en su mantoncillo/ va el estribillo de este pregón:// ¿A quién le vendo la suerte?/ ¡Mañana sale y está premiado!/ (A mí me dieron la muerte/ con los puñales que te han clavado)./ ¡La fortuna pa mañana!/ ¿Quién me compra un quince mil?/ (Que me doblen las campanas/ y me entierren junto a ti)/ ¡Cuatro series! ¡qué bonitas!/ ¡Voy tirando los caudales!/ ¡Son de doña Manolita!/ ¿Quién me compra esta penita?/ ¡Mañana, mañana sale!// (Estribillo final) Y en el filo de la aurora,/ desde Sol a Chamberí,/ nadie sabe por qué lora/ pregonando un quince mil./ ¡Cuatro series! ¡qué bonitas!/ ¡Voy tirando los caudales!/ ¡Son de doña Manolita!/ ¿Quién me compra esta penita?/ ¡Mañana, mañana sale!
Pues mañana nosotros seguiremos con una mujer que viene pegando fuerte y que empieza a incomodar a Conchita Piquer desde hace algunos años, hasta el punto de que la valenciana le "robó" algunas de sus más hermosas canciones. Nos referimos a la artista sevillana Juanita Reina, otra gran señora de la canción y la escena.
(En la fotografía, Conchita Piquer)
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