lunes, 17 de mayo de 2010

CANCIONES POR NUESTRAS VIDAS: ANTERIORES A 1936 (6)

Una de las más grandes artistas de los inicios del cuplé, el chotis y la tonadilla fue la sevillana Pastora Rojas Monge, de quien dijo don Jacinto Benavente, al verla actuar: ¡Esta Pastora vale un imperio!, quedándole ya para siempre este hermoso nombre artístico.

Debutó siendo una chiquilla en el Salón Japonés de Madrid, haciéndolo en el Salón de Actualidades el 3 de marzo de 1904 con una canción picantona titulada "Luis", con letra de Eduardo Montesinos, aunque algunos la atribuyen a Álvaro Retana, y música de Pedro Badía, logrando un éxito tremendo porque Pastora unía a su voz pequeña, pero sensual, la inmensa gracia de su baile y sus gestos:

Manolita con su novio/ en un tándem se marchó,/ pues la chica a los pedales/ tiene una gran afición./ Se dirigieron a El Pardo/ con atroz velocidad/ pero en medio del camino/ se tuvieron que apear./ Por eso la chica, siempre/ que va con su novio Luis/ de paseo a cualquier lado,/ nunca cesa de decir:// ¡Luis"... ¡Luis!/ ¡Por Dios, no aprietes tanto!/ ¡Luis!... ¡Luis!/ ¡Ten compasión de mí!/ Pues con tanto ejercicio/ me vas a consumir.// Hacia la verde enramada/ fueron para descansar/ y sentados en el suelo/ él se quiso aprovechar./ Manolita le miraba/ sin sentir indignación,/ procurando estar alerta/ ante tanta insinuación./ Y, sin duda, Manolita/ se debió de figurar/ que seguían en el tándem,/ pues decía sin cesar:// Estribillo// Cuando el día se hizo noche/ a su casa ella se fue/ y, pensando en su Luisito,/ se durmió en un dos por tres./ Y hoy me ha dicho una vecina/ que la chica se creyó,/ al soñar, que iba en el tándem/ con su novio de excursión,/ pues pasó toda la noche/ sin dejar de suspirar,/ exclamando con voz tierna/ como ya no cabe más:// ¡Luis!... ¡Luis! ¡Por Dios, no aprietes tanto!/ ¡Luis!... ¡Luis!/ ¡Ten compasión de mí!/ Pues con tanto ejercicio/ me vas a consumir.

Tras esta composición, con letra de J. Huete Ordóñez y música de Martí, estrenó en el Teatro Romea, el año 1909, el pasodoble "Viva Madrid":

Yo soy la flor y nata/ de los Madriles,/ yo soy la quintaesencia/ de lo juncal./ Desde Cuatro Caminos/ a Ministriles/ derrocho por las calles/ mi gracia y sal./ Fíjese "usté" en las curvas/ y en el hechizo/ que describe al ceñirse/ mi pañolón/ y, encerrado en sus flecos,/ le garantizo/ que me llevo prendido/ su corazón.// Por eso los hombres, al verme pasar,/ llenos de entusiasmo,/ locos de ilusión,/ me arrojan su capa/ al ver mi pisar/ y dicen: -¡Salero!/ ¡Que viva lo garboso,/ que viva tu madre, tu padre, tu abuela/ y el cura gracioso que te bautizó!// Llevo en mis venas sangre/ de los chisperos,/ de la mano le guardo/ su fiel amor/ y de los curtidores/ zaragateros/ su donaire y gracejo,/ su alma y valor./ Yo soy la descendiente/ de aquellas majas,/ que el dos de mayo dieron/ a Napoleón,/ con sus uñas, sus dientes/ y sus navajas,/ la Libertad y Patria/ una lección.

De ella nos decía Ángel Zúñiga en "Una Historia del Cuplé" (1954) que Pastora "Era el nervio incomparable, el gesto bravío de la calle, el arrebato ardiente, y por causas oscuras e impenetrables, misteriosamente señorial. Sí; en Pastora existió siempre el orgullo de la hembra, de la mujer española que sabe hasta dónde puede alargar el brazo y hasta dónde la manga. Por eso, su figura se imponía en la escena, sin descomponerse jamás, aun entregada al frenesí del baile en el que nunca se perdía. Su sentido de lo popular la llevó a creaciones de cuanto elemento pudiera constituirse como representativo de un pueblo, aún dentro del valor epidérmico de la tonadilla. De ahí que pudiera pasar por madrileña y bonita quien era morena y sevillana, como quiso el poeta. El desplante chulón, la gracia soberana con que jugaba con el mantón de Manila, los timos y las salidas chisperas se hicieron naturales en boca de Pastora".

"Su Majestad el chotis", con letra de Eduardo Montesinos y música del sevillano Manuel Font de Anta, gran músico que había compuesto para Raquel Meller, la Argentinita, la Goya o la propia Pastora, y que fue un inconmesurable compositor con marchas procesionales tan importantes y eternas como "Amargura" (1918) y "Soleá dame la mano" (1924), aunque la estrenó una tiple cómica como Úrsula López, y la cantó también "la Fornarina", y la versionaron muchas artistas, entre ellas Sara Montiel, quien le dio fama universal fue Pastora, madrileña en Madrid y sevillana internacional. Ella derrochaba gracia y talento, armonía y gestos, en este chotis que tanto gustaba a los apasionados de este género en aquellos años:

Como yo soy castiza y madrileña de corazón,/ siento gran repugnancia/ por los twistes y los fox-trots,/ porque donde está el chotis,/ cuando se baila con ilusión,/ se siente una "trastorná" y "arrobá"/ sin poderlo remediar.// Que no pué sé,/ que no pué sé/ bailar el chotis/ sin dar vueltas al revés./ Muy cimbreao/ como se baila en el Callao/ porque el chotis se baila aquí en Madrid/ lo mismo en la Vistilla/ que en Chamberí.//

Pastora Imperio se codeó con las más importantes figuras de la época desde sus inicios. Ya, desde 1905, forma cuarteto con "La Fornarina", Amalia Molina y "La Bella Chelito", compartiendo escenario en al Gran Kursaal -inaugurado en 1906, año de los esponsales de Alfonso XII- con Paquita Escribano, Anita Delgado -que sería Maharaní de Kapurthala en 1908-, y la gran artista holandesa Margaretha Geertruida , más conocida como Mata-Hari, fusilada nueve años más tarde, en 1917, por acusación de espionaje durante la primera guerra mundial.

Otro de su grandes éxitos fue el titulado "La nieta de Carmen", que los autores Eduardo Montesinos y Manuel Font de Anta dedicaron a la memoria de Bizet: Tralaralara, tralaralara.../ Unos ojos ardientes/ brindando amores,/ brindando amores,/ la peineta adornada/ con muchas flores./ ¡Soy de Sevilla!/ ¡Soy de Sevilla!/ y me llaman Carmela/ "La Gitanilla"/ Ay, ay, ay/ Tengo el corazón gitano/ tengo el alma trianera/ y llevo en mis venas sangre/ de Carmen la cigarrera...

Un precioso homenaje fue el que le dedicó la letra de Antonio Graciani, con música de Font de Anta, "El color de mis ojos", en cuya interpretación Pastora ponía toda su gracia y arte al servicio de la canción que la piropeaba: Porque a Dios le dio la gana/ en sus divinos antojos,/ he nacido yo gitana/ sin tener negros los ojos,/ Fue acaso sin darse cuenta/ porque me los vino a dar/ del color de la tormenta/ y de las aguas del mar.// Son verdes verdes mis ojos/ de un raro verdor/ son verdes mis ojos/ porque quiso Dios.

Quizás uno de los pasodobles que fueron puntuales en su época pero apenas transmitidos para nuestra memoria actual, fue el que con letra de Mariño y música de Luna se titulaba "Jardín de España" que, según los cronistas de su tiempo, ella llegaba a interpretar, tanto en el cante como en el baile, de manera genial: España de mis amores/ de sol y flores de alegría,/ tierra de aromas embriagadores,/ donde he nacido:/ ¡España mía!/ Por ti deliro,/ y en ti respiro,/ que eres mi vida,/ que eres mi cielo,/ y porque te quiero,/ bajo tu cielo/ gritar siempre:/ ¡Viva España! ¡Viva España!...

No nos podemos olvidar de "El Amor Brujo" que Manuel de Falla compuso inspirada en ella y que se estrenó en el Teatro Lara de Madrid el 15 de abril de 1915. Por mucho empeño que le pusieron todos, compositor, Pastora, el decorador Nestor de la Torre y todos los que intervenían, aquello supo más a fracaso que a éxito. Más tarde, tras su vuelta a la escena en 1934, después de abandonarla en 1928, el "Amor Brujo" sí logró un éxito memorable con la compañía de Antonia Mercé "La Argentina" y el vallisoletano Vicente Escudero. En la primera versión sólo logró salvarse Pastora gracias a la plasticidad de su danza, a su gran expresión y a su sentido racial de lo "jondo": Lo mismo que er fuego fatuo,/ lo mismito es er queré.../ le juyes y te persigue,/ le llamas y echa a correr.../ ¡Malhaya los ojos negros/ que le alcanzaron a ver!/ ¡Malhaya el corazón triste/ que en su alma quiso arder!/ Lo mismo que er fuego fatuo/ se desvanece er queré...

Cuando reapareció en 1934 en el Teatro Coliseum de Madrid, estrenó un pasodoble biográfico, titulado "Retrato lírico", con letra de Álvaro Retana y música de José Casanova, que enardeció a todos los públicos que estaban deseosos de su reaparición: Mucha gente se pregunta/ que cómo será Pastora,/ y yo voy a ver si puedo/ hacer mi retrato ahora./ Tengo los ojos muy verdes,/ y el pelo como la mora,/ y estoy un poco más gruesa/ de lo que se estila ahora./He querido y he gozado,/ he triunfado y he sufrido,/ pero siempre he perdonado/ a todo el que me ha ofendido.// Con la mirada muy alta/ y andares de emperaora/ siempre el orgullo de España/ ¡Esa es Pastora!...

Una de sus más importantes canciones, un pasodoble que tanto Lola Flores como Isabel Pantoja versionaron a su gusto, adaptando la letra original de Bolaños y J. Marco, fue "Cuna cañí", con música del almeriense de Adra Ángel Ortiz de Villajos: Bautizá con manzanilla/ cerca del Guadalquivir/ tiene un trono esta chiquilla/ que la llaman en Sevilla/ la gitanilla cañí./ Tengo la carne morena/ porque el sol me la quemó,/ igual que la Macarena,/ esa Virgen que es tan buena,/ ¡Virgen de mi devoción!// Sevillana, sevillana/ es la tierra en que nací/ del mundo la soberana/ por ser mi tierra gitana/ la cuna de lo cañí...

Con esa gracia espontánea que Dios le concedió, hizo una obra maestra de un tema de Graciani y Larruga titulado "Trianerías", donde ella le echaba todo el arte y la casta que llevaba dentro y sabía imprimir a sus interpretaciones. Con el aire más gitano/ que se reparte en Triana,/ hoy me ha dicho un sevillano,/ muy bajito en mi ventana/ ¡Paisana!/ Por las cruces de esta reja/ yo me he de casar contigo/ y que me caiga una teja/ si es mentira lo que digo./ ¡Trianerías!/ que dicen mil por su boca/ ¡Trianerías!/ que a cualquiera vuelven loca./ ¡Trianerías!...

Todos los intelectuales, artistas, músicos y pintores estaban enamorados de Pastora, y muchos fueron los que dejaron su semblanza escrita, o en las notas de un pentagrama, o en el lienzo de de un cuadro, o en la terracota que habría de ser bronce algún día: Antonio Machado, los Álvarez Quintero, Valle-inclán, Benavente -que ya le dejó su nombre artístico, tal como hizo con Imperio Argentina-, Villaespesa, Pérez de Ayala, Romero de Torre, Emilio Carrere..., hasta se decía que Manuel de Falla enfermó gravemente por el amor, no correspondido, que le tenía a esta sevillana singular nacida en La Alfalfa. En 1917, el poeta almeriense Francisco Villaespesa retrata una de las célebres tertulias que mantenían: Es hora de beber... Manuel Machado/ con elegancias de banderillero,/ apura un vaso de vino de jerez dorado,/ mientras Gómez Carrillo,/ aspecto y corazón de mosquetero,/ apura con ilusión un cigarrillo,/ al lado del pintor Julio Romero./ A su lado, indolente,/ sobre el verde diván arellenado/ está Antonio Machado, y con su rictus grave, adusto, serio,/ de padre mercedario,/ devora en un diario/ líricos ditirambos a la Imperio;/ la gitana ideal, que cuando avanza/ agitando en el aire su melena/ de tempestad, parece que en la escena/ es el alma española la que danza.

Singular Pastora. Genial Pastora Imperio. Tanto y tanto nos dejó como herencia que volverá a aparecer por estas páginas sencillas que sólo pretenden traer a la memoria las canciones que pasaron por nuestras vidas.


(Óleo de Pastora Imperio por José Villegas)

7 comentarios:

  1. Me están gustando mucho los textos sobre artistas de diferentes épocas que estás haciendo. Resulta difícil comentarlos porque contienen mucha información y son muy interesantes todos. Pero no quiero dejar pasar este de Pastora Imperio, no solamente por el texto en sí, que me parece ajustadísimo, sino por la ilustración, el retrato que el extraordinario pintor José Villegas hizo de la artista, en unas claves plásticas que prepararán el camino a las vanguardias españolas. Siempre he considerado que este artista, a la misma altura creativa que los impresionistas franceses y con mucha mejor capacidad técnica, ha estado infravalorado,siguiendo esa costumbre tan nuestra de menospreciar lo cercano. Este retrato es una muestra clave de lo que digo y, para mí, como he expresado en otras ocasiones, el mejor retrato de la historia pictórica del flamenco junto con el que Moreno Galván hizo a Perico el del Lunar.

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  2. Me encanta que te esté gustando esta historia de las canciones que han ido jalonando nuestra vida desde inicios del siglo XX. Se me había olvidado poner en el blog quién había hecho el retrato de Pastora. Ya está corregido. Al César lo que es del César. Estoy de acuerdo contigo en que ha esta generación de pintores se infravaloró: Villegas, Arpa, García Ramos... Y después nos quejamos de todo.

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  3. "en que a esta" generación... La "h" está de más. Las prisas del ordenador, o mejor dicho, de quien lo maneja.

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  4. "Trianerías" es también el título de una comedia de Muñoz Seca y Pérez Fernández, creo recordar que estrenada en 1919, y casi olvidada después por la dificultad que representaba poner en el escenario a más de sesenta personajes."Giraldillo de Comedias" y su entusiasta e inolvidable director, Juan Rodríguez Recio, lo intentó, pero no encontró las ayudas necesarias. No estaba bien visto este tipo de teatro por "los políticos modernos". Era la ocasión de recordar a nuestro amigo Juan...

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  5. Fue también, ciertamente, el título de un sainete en dos actos y seis cuadros de Muñoz Seca y Pedro Pérez Fernández, que se estrenó en el Teatro Apolo de Madrid el 23 de enero de 1919 y pudo ver su versión en Barcelona 12 años más tarde, en 1931.

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  6. Maravilloso actor Juan Rodríguez Recio.Nunca olvidaré como llenaba el escenario y cuantas veladas que ya no volverán.

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  7. Gran actor y gran persona, amante cien por cien del teatro y dadivoso para llevarlo allí adonde se le reclamaba.

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