jueves, 6 de mayo de 2010

ANTONIO GALA INAUGURA LA XXVII CATA DEL VINO DE CÓRDOBA

Con un discurso muy a sus modos y maneras, bellísimo en su prosa, riquísimo en su historia, preñado de amor a su ciudad adoptiva de Córdoba, y enriquecido con unos toques de humor geniales, Antonio Gala inauguraba ayer al mediodía la XXVII Cata del Vino de la Denominación Montilla-Moriles dedicada a su persona.

Fue una oratoria amena dedicada a exaltar el potencial de Córdoba en esta materia, que supo habilmente entremezclar con la historia vínica de Noé, el pasaje evangélico de las bodas de Caná, la religión de los primeros dioses báquicos, algunos "rubaiyat" del poeta persa Omar Kheyyam y un poema de su propia cosecha dedicado a esta ciudad en la que se siente como en su casa.

Hizo una encendida apología defendiendo a Córdoba como Capital Cultural para el 2016 y quiso explicar a quién perteneció el bastón que en esta ocasión le acompañaba, que era el único que tenía "Manolete", regalo de un aficionado mexicano, y que doña Angustias, la madre del gran torero, quiso que tuviese para siempre Antonio Gala.

Estaba tan a gusto que afloró en él esa vena irónica que poseen los grandes creadores, y se permitió algunas licencias ciertamente muy comprometidas para nada favorables a algunas ciudades españolas. Licencias que bien pudo guardarse porque en el corpus de su discurso nadie las hubiese tenido en menos. Estuvo brillante, genial, dicharachero y cordial, gozando en un ambiente que sentía fiel y seguidor de su palabra: sonora y precisa, como casi siempre.

2 comentarios:

  1. Interesante acto dionisiaco, como lo definiría Antonio Gala, en el que "sufrí" en mis carnes la calidad de los generosos de Montilla-Moriles, acompañados con unas raciones, también generosas, de viandas de la tierra.
    El discurso de Gala estuvo en su linea habitual de brillantez, pero tal vez debería de haberse olvidado de la reflexión que realizó del Islam.
    Lo mejor de la jornada fue tu compañía y la de tus queridos amigos cordobeses, sobre todo la de Juan Peña.

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  2. Yo también me alegré enormemente de que disfrutáseis con mis amigos de Córdoba y, por supuesto, con la compañía de mi hemano Juan Peña, que aparecerá por este blog dentro de muy poco para dejar constancia -vosotros lo habéis sabido- de su arte y generosidad sin límites.
    Lo de la referencia de Antonio Gala al Islam y a Granada fue una metedura de pata. Por eso comentaba yo que tuvo "licencias que bien pudo guardarse".
    Tendremos que pasar más momentos como estos. Son los que verdaderamente merecen la pena.

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