"CHURUMBAQUE", EMILIO Y "NIÑO SEVE"
Patrocinado por Caja Duero, hemos tenido la oportunidad de estar tres días en capitales que, aunque muy castellanas: Valladolid, Salamanca y Zamora, tienen una gran afición al Arte Flamenco de nuestra tierra. En esta ocasión, el ciclo ha girado en torno al Fandango, con mi palabra como breve disertación sobre el tema, los cantes del cordobés Rafael Espejo "Churumbaque", y la guitarra de Severiano Jiménez Flores "Niño Seve".
Tres días y tres llenos consecutivos con un silencio respetuosísimo para la palabra y para el cante, refrendados al final con sinceras y grandes ovaciones. ¡Qué forma más hermosa de saber escuchar y sentir! ¡Cuánto tendríamos que aprender muchas veces en Andalucía de ese respeto que el flamenco merece!
Concretamente, el primer día, desde Madrid, se llegó a escucharnos nuestro bloguero y vecino trianero del corral de nacencia José Luis Jiménez, y se quedó mudo, sorprendido de que en Valladolid pudiese haber una afición tan grande y tan entendida en esta difícil materia, de cómo lo sentían, de cómo lo vivían, y de qué forma aplaudían dando las gracias por una hora y cuarto de intensa emoción. Lo mismo ocurrió el día 15 en el hermoso auditorio de Salamanca, y el 16 en el más pequeño y coqueto de Zamora. Tuvimos la ocasión de comprobar que, junto a los cabales aficionados de siempre, había muchas mujeres y un ejemplo de una juventud entusiasta.
Tres días y tres llenos consecutivos con un silencio respetuosísimo para la palabra y para el cante, refrendados al final con sinceras y grandes ovaciones. ¡Qué forma más hermosa de saber escuchar y sentir! ¡Cuánto tendríamos que aprender muchas veces en Andalucía de ese respeto que el flamenco merece!
Concretamente, el primer día, desde Madrid, se llegó a escucharnos nuestro bloguero y vecino trianero del corral de nacencia José Luis Jiménez, y se quedó mudo, sorprendido de que en Valladolid pudiese haber una afición tan grande y tan entendida en esta difícil materia, de cómo lo sentían, de cómo lo vivían, y de qué forma aplaudían dando las gracias por una hora y cuarto de intensa emoción. Lo mismo ocurrió el día 15 en el hermoso auditorio de Salamanca, y el 16 en el más pequeño y coqueto de Zamora. Tuvimos la ocasión de comprobar que, junto a los cabales aficionados de siempre, había muchas mujeres y un ejemplo de una juventud entusiasta.
"Churumbaque", seguido fielmente por la joven guitarra de "Niño Seve", se entregó cada día con una voz clara y rotunda, no ciñéndose solamente al tema, en el que dio entrada a la malagueña, a la minera, la cartagenera y los fandangos naturales, sino haciendo también un desarrollo de las cantiñas -incluyendo las alegrías de Córdoba-, la soleá, la seguiriya y la bulería.
Qué duda cabe que estos ciclos, breves en tiempo, son inmejorables para fijar mejor el contenido del "palo" elegido, y esenciales para que el público se quede siempre con el regusto de haberle sabido a poco. La conjunción entre los tres ha sido natural e importantísima, porque todos estábamos pendientes de que nada fallase en tan sencilla como hermosa singladura.
Vaya nuestro agradecimiento a Caja Duero por estos ciclos, las gracias a los aficionados de estas tres capitales y a Oscar Prieto, enviado de Montoya Producciones, tan alentador siempre para atender nuestros pequeños caprichos de sonidos y puesta en escena, aparte de haber sido un sensato conductor que nos llevó y nos trajo, a pesar del horrible tiempo, con mano de seda.
Vaya nuestro agradecimiento a Caja Duero por estos ciclos, las gracias a los aficionados de estas tres capitales y a Oscar Prieto, enviado de Montoya Producciones, tan alentador siempre para atender nuestros pequeños caprichos de sonidos y puesta en escena, aparte de haber sido un sensato conductor que nos llevó y nos trajo, a pesar del horrible tiempo, con mano de seda.
Son innumerables las veces, que por motivos profesionales, he estado en Valladolid y nunca imaginé que en esta ciudad pudiese haber afición al Flamenco. No sabes lo que me alegro de haber acudido a escucharos y comprobar los sentimientos y emociones que El Flamenco es capaz de mover, incluso por tierras castellanas. El silencio maestrante y el respetuoso agradecimiento de la multitud de aficionados que llenaron el auditorio de Valladolid, merecen una profunda muestra de admiración por mi parte.
ResponderEliminarComo andaluz y aficionado al Flamenco fue una grata sorpresa poder comprobar que nuestra mayor seña de identidad está viva y que cuenta con seguidores en tantos lugares recónditos.
Me gustaría saber cuánto dinero invierte la Junta de Andalucía en actos flamencos fuera de nuestra frontera andaluza porque tal vez sea mas interesante invertir en actos como este ciclo, patrocinado por Caja Duero, que en convencer a la Unesco de que el Flamenco es patrimonio de la humanidad.
El ciclo, además de arte y respeto, ha sido de mucho nivel. Emilio abrió el acto con una disertaciòn didáctica acerca del fandango, magistralmente ilustrada con infinidad de letras y algunas semblanzas muy emocionantes como la que le dedicó a Paco Toronjo. Churumbaque y "Niño Seve" culminaron con una fantástica actuación en la que especialmente me gustaría destacar los cantes por minera y cartagenera
Amigos Emilio, el pasado miercoles disfrutamos con tú presencia en Valladolid, la magistral lección que diste del Fandango, dando un recorrido de las zonas y cantaores mas representativo, cariñoso el recuerdo a Paco Toronjo, voz bravia don las las hubiera, aunque,confieso a todos los que allí estuvimos; no nos hubiera importado el haber estado 2 o 3 horas más, cosas de la programación. Churumbaque y el Niño Seve, estuvierójn a la altura del conferenciante, ¡¡ que ya es decir!!, me alegro por todos. Emilio, de la impresión que os llevasteis de mi cviudad. Espero que mas pronto que tarde poder verte en Valladolid.La minera que canto Curumbaque, fue de Lámpara.
ResponderEliminarPedro Sanz.
Nosotros sí que disfrutamos de vuestra afición, de vuestro silencio durante la actuación y de vuestros sinceros y largos aplausos.
ResponderEliminar"Churumbaque" estuvo genial, por algo ha sido el último galardón de la "Lámpara Minera" en el Festival de La Unión, y el "Niño Seve", pese a su juventud, le acompañço con magisterio.
Deseo volver pronto a Valladolid. Lo único que sntí es que no hubieras podido quedarte con nosotros, por tus causas familiares, compartiendo el hermoso rato con el que nos obsequió don Daniel Vaquero.
Un fuerte abrazo, y a seguir plantando afición flamenca, como tú bien sabes, por tu hermosa tierra.
Felicidades Emilio por ese periplo que has hecho.
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