Corre, vuela, tropieza, se zambulle,
salta barreras, muerde burladeros;
si Dios está con él, torea luceros,
si no, bizquea, brinca, esprinta y huye.
Si está bien en sí mismo se recluye
y renacen, olores, los romeros;
si está mal, escuchar gritos groseros
y esquivar proyectiles, no le influye.
Él es el Arte puro y gracia loca,
con un miedo cerval que se desboca
y que ya desbocado, no hay quien frene.
El que cuando hacia el toro, erguido, avanza,
y sus manos desmaya en la Maestranza
hasta el Guadalquivir va, y se detiene.
ALFONSO USSÍA
"Versos prohibidos", 1996
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