viernes, 9 de abril de 2010

PUÑALADA DE HIELO ES NO TENERTE, EMILIA


Mejor que no te hubiera conocido aquel día lejano
porque hoy no lloraría por tu abismal ausencia
ni echaría de menos tu hueco entre la vida
que aún siendo sólo tuya nos ha matado a todos.

Deseo que Dios no ponga en un casual encuentro
más gente como tú en el parco breviario de mis días,
que ya no me presente a nadie dando rosas
como las tuyas, que matan marchitándose.

No quiero conocer a otra persona que se parezca a tí,
aurora de dulzura, de alegría y de vida,
porque después te deja el corazón temblando, casi yerto,
deseando hacer con ella el camino imposible del regreso.

Ya no es necesario saber de nadie más, no me interesa
conocer la bondad, porque en tí la sentí con mucha hondura,
ni conocer la historia de otra gente a tí tan parecida,
porque si pasa, como Dios te mandó que te pasara,
mi corazón no aguantaría el peso de la viga.

Puñalada de hielo es no tenerte por siempre con nosotros.

5 comentarios:

  1. Querido Emilio: Sólo desde lo más profundo de un corazón herido puede escribirse esta elegía. Es difícil expresar lo que se siente ante la perdida de un ser querido y pocas cosas pueden reconfortarte. Te mando un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Sois mis amigos, y por eso os puedo confesar, aunque sé que lo habéis adivinado, que me salió así, de pronto, llorando encima de mi mesa, tan cuajada de lutos.
    Muchas gracias a todos

    ResponderEliminar
  3. Conocí a Emilia a través tuya, hace ya tanto... Siempre me sorprendió su extrema dulzura. He ido a buscar una foto en Torres Macarena de 1991 donde estamos con ella, en un grupo increíble, en torno al también llorado Manolo Centeno. Emilia era una estrella y su luz siempre alumbrará a tantos que la quisieron y la quieren. Siento tu pena, Emilio, la siento y la entiendo.

    ResponderEliminar
  4. Tengo esa foto de aquellos años hermosos. Si no la encuentras te mando una copia.
    El día anterior de su funeral, envié correo a la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco y al Presidente de la Federación de Peñas. Nadie apareció, no enviaron ni siquiera a un subalterno y ni siquiera tuvieron la vergüenza de enviar un mínimo ramo de flores. ¡De pena!

    ResponderEliminar