Mi día más feliz de la Feria es aquel en el que me encuentro con el gran tesoro de mis nietos: Daniel, Pablo, Sara e Irene. Cómo disfrutan ellos y cómo disfruto yo reflejándose en ellos aquel niño que fui.
Estar con ellos es mi mejor copa de manzanilla, mi mejor visión del ferial, mi tiempo mejor invertido. Esta será la nueva cantera para que la Feria siga siendo siempre eterna. Por eso, a base de ejemplos, hay que enseñarles modales, explicarles pacientemente ese derroche de luz, de color y alegría; intentar que se cuelen por sus pupilas niñas esos contrastes de albero, lonas listadas, farolillos, carruajes...; que por sus oídos entren los manantiales de las voces alegres, la algarabía callejera, el ritmo de las "sevillanas" y el inconfundible pisar de los cascos de los caballos.
Cuando yo ya no esté, ellos serán los encargados de recordarme, de llevar a la memoria aquellos años en los que el abuelo se convertía, por unas horas, en un niño como ellos, disfrutando con su alegría. Nada para mí mejor en la Feria que esa cita puntual del martes en la que, con ellos, me reencuentro con mi propia infancia.
Estar con ellos es mi mejor copa de manzanilla, mi mejor visión del ferial, mi tiempo mejor invertido. Esta será la nueva cantera para que la Feria siga siendo siempre eterna. Por eso, a base de ejemplos, hay que enseñarles modales, explicarles pacientemente ese derroche de luz, de color y alegría; intentar que se cuelen por sus pupilas niñas esos contrastes de albero, lonas listadas, farolillos, carruajes...; que por sus oídos entren los manantiales de las voces alegres, la algarabía callejera, el ritmo de las "sevillanas" y el inconfundible pisar de los cascos de los caballos.
Cuando yo ya no esté, ellos serán los encargados de recordarme, de llevar a la memoria aquellos años en los que el abuelo se convertía, por unas horas, en un niño como ellos, disfrutando con su alegría. Nada para mí mejor en la Feria que esa cita puntual del martes en la que, con ellos, me reencuentro con mi propia infancia.
Seguro que te recordaran todos los años que vengan a la Feria. Mi hija Elena, con menos de 4 años, reconoce su Fería, su olor, su color y sobre todo su música y no creo que olvide esos paseos por la Fería en brazos de sus padres.
ResponderEliminarA tus nietos no le falta un detalle y su indumentaria mejora considerablemente aquel trajecito con sombrero que llevabas tú de pequeño. Es la prueba evidente de que los tiempos han cambiado. Tus nietos respetarán a su Fería como esta se merece; tu ejemplo y enseñanza serán fundamentales.
Parece que el día ha mejorado y vamos a poder disfrutar de otra buena jornada de feria. Brindaremos por ti y por todos los "blogeros" que no puedan estar en la Feria.
Junto al domingo del Corpus Chico de Triana y el de Ramos, es mi día más grande. Fíjate que de dos que comenzamos, la Lola y yo, nos hemos convertido en nueve y, si metemos a mi yerno Jaime y a mi nuera Sara -a los que quiero con locura-, en once personajes que no tienen desperdicios en la generosidad y la gracia. Espero que algún día mi hijo Emilio me traiga un nieto. Te aseguro que, sabiendo como es él, sería el calco justo de tres generaciones.
ResponderEliminarNo os olvidéis de brindar por todos nosotros la primera copa de manzanilla, y la primera "cañailla" que degustéis brindadla también. ¡Ay, qué me gustan!
Tus nietos son preciosos, Emilio. Te felicito.
ResponderEliminarGracias a Dios que no se parecen físicamente al abuelo, y que la belleza de Loli ha podido más. De mí sí tienen el placer de maravillarse por todo.
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