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¿Se ha dado cuenta el gobierno (?) y en este caso el ayuntamiento sevillano de que en España hay cerca de cinco millones de parados, sin contar con los que el Ministerio del Trabajo merma de las personas que están en cursos de formación, con lo cual la cifra, de por sí ya escalofriante, se nos pondría en casi siete millones, y que más del veinte por ciento de esos parados pertenecen a la comunidad andaluza, y que el mismo tanto por ciento son de nuestra ciudad: esa ciudad de las personas (en paro) y de la sostenibilidad (por el miedo)?
No hay que ir a estudiar economía a una ciudad extranjera para darse cuenta de que lo que se está haciendo aquí es insostenible, muy lejos de lo que nuestros gobernantes mantienen, o mejor dicho, "mientenen".
Por regla general, es decir, siempre, cuando se asigna una obra, normalmente a dedo -porque aunque haya un concurso son las mismas empresas-, ya va hinchado el presupuesto por aquello de las derramas a proveedores, las cenas con las pinceladitas de Jabujo, Sanlúcar e Irán, los regalitos varios..., y pongan ustedes todos los etcéteras de gastos, que de seguro acertarán por muy inverosímiles que puedan parecerles. Lo que el gobierno, ni los presidentes de las comunidades, ni estos alcaldes (?) como el de Sevilla puede consentir ni permitir es: primero, admitir un proyecto de ampliación innecesario, o necesario, pero bastante menos importante que quitar el paro de la ciudad, de un Palacio de Congresos (FIBES) por un total, y hablo en pesetas para que se disfrace menos la cifra, de 13.144.490 millones sin IVA, ya que el sobrecoste añadido ha sido de 1.800.030. Y segundo: nuestra ciudad, lastrada desde hace tantos años en materias sociales, con tan sabidos escándalos de proyectos grandiosos que ni se acaban ni pueden acabarse: las setas de la Encarnación, el "mediometro", el tranvía hacia ninguna parte y muchas cosas más, no puede permitirse el lujo de querer comer en plato de lujo cuando no hay nada que echarle encima. Este revival de Felipe II, que es Monteserín (PSOE), se ha convertido en un señor feudal, creyendo que todos los demás, a base de prohiciones y de impuestos, somos sus lacayos. ¿Quién sería este pobre hombre si vuelve a sus consultas médicas? Nadie. Por eso el propio partido no puede quitárselo ni con agua caliente. ¡Y encima vive en Triana, vaya joya para el barrio!
¿Saben estos políticos cuántas viviendas de Protección Oficial pueden hacerse con 79 millones de euros? ¿Cuánto paro puede quitarse de Sevilla con tantísimo dinero? ¿Tan necesaria era esa ampliación del Palacio que los sevillanos no pueden visitar por el coste de las entradas y porque están más tiesos que Monteseirín si nadie le da una "mamela política" cuando deje la alcaldía?
Es el Palacio de Congresos de los grandes eventos -jamás con jornadas de puertas abiertas- adonde acuden los elitistas de todo el país, que son en realidad los amos de la ciudad. El Palacio de la SIMOF; de la Feria del Desembalaje (?); del Salón Factory del Automóvil (cuando nadie tiene dinero ni para pagar el "sellito" y pasar la ITV); de Ferrantur; de Mobiliaria (que para qué, si nadie tiene piso ni dinero para amueblarlo); de la Feria del Outlet, del Salón Erótico de Andalucía (cuando sería necesario sólo escuchar a doña Carmela en una conferencia en Vélez-Málaga); el Palacio de Mercartes (cuando no nos llega ni para una mesilla de IKEA); el de Sicab (que está uno como para comprarse un caballo); el de la Sevilla de Boda (cuando estamos volviendo otra vez a las celebraciones con la arroba de mosto y aceitunas), el del Parque del Ocio (que ese sí que puede tener resultado con más de un tercio de los sevillanos ociosos, por el paro, las veinticuatro horas del día)...
Cuando llegue a inaugurarse la ampliación del Palacio de Sevilla (FIBES), ese que ha costado, sobrevalorado por no se sabe qué -yo sí lo sé, y usted también- 13.144.490 millones de pesetas, esa cifra que me empeño en repetir, yo le rogaría a ese alcalde que se va, que no se va, que medio se queda, que ahora es médico y mañana practicante, y que pasado mañana, después de ponerlos a su capricho quiere retirar todo el mobiliario urbano del centro, que la primera Feria en el recinto sea la "Gran Feria Auténtica del POPAEIN". ¿Que qué es eso en esta época de tantas siglas? Pues la que está auténticamente de moda y no engaña a nadie porque esos índices tiene que mostrarlos el gobierno mensualmente: LA FERIA DE LOS POBRES, PARADOS E INDIGENTES, por supuesto de la ciudad de Sevilla y, como Zapatero -primer responsable-, Rajoy, Llamazares y demás no se dejen de monsergas e insultos entre ellos y no empiecen a trabajar, por primera vez en sus vidas, de toda España. La antigua admirada Grecia, cuando aquí salten las alcantarillas, va a ser un paraíso comparado con nosotros.
Tomen nota del día y de la hora que, con un triste y amargo cachondeo, dije esto en nuestro blog.
¡Somos ricos, Emilio, somos ricos...! Lo que ocurre es que eso sólo lo saben los políticos. Si no fuera así cómo se iba a sostener este despilfarro. España es rica, muy rica; Andalucía más y Sevilla ni te digo... Cómo van pensar lo contrario los que se llevan (del verbo "llevar-se por la cara) en el sobre diez veces más que cualquier "ciudadano o ciudadana". Lor ricos sólo ven riqueza...
ResponderEliminarDigo yo que cualquier día le tendrán que venir a ellos las vacas flacas, aunque se vayan forrados de sus cargos. Lo que no es de recibo es este despilfarro cuando el paro está rozando límites extremos y cuando hay un millón trescientos mil hogares en los que ninguno de sus miembros trabajan. Y lo que me da vergüenza es que no haya un tribunal que revise estas cuentas y que impute a los que sean si hay indicios de que estas están con un sobrecoste fuera de lo normal. El tema del caso de las "setas de la Encarnación" es vergonzante, de 52 millones en que se presupuestó va a pasar de sobra de los 125. ¡País!, como diría Forges.
ResponderEliminarLas cifras del paro y la indecencia e inmoralidad de los políticos que nos gobiernan me producen un escalofrio aterrador.
ResponderEliminarEl otro día, mientras estaba viendo los maravillosos cuadros de la Exposición de Murillo, pensaba lo mal que estaba aquella sociedad del siglo XVII en Sevilla. Esas largas colas de tullidos, hambrientos y niños mendigos fueron denunciadas magistralmente por Murillo. Pero han pasado casi 400 años y en las calles de nuestra ciudad sigue habiendo muchos mendigos, niños consumiendo alcohol en los parques públicos y como antaño, políticos que se enriquecen a costa del pueblo ¡Solo nos falta un genio como Murillo!
Hoy está la técnica y basta para meterse en internet y tener datos y fotos al momento de cada una de las cosas que a tí, a mí y a mucha gente nos aterran.
ResponderEliminarYo he vivido de cerca muchas de esas situaciones cuando era un crío. Pero no hay derecho a que las siga viviendo en pleno siglo XXI, dándonos cuenta, además, de cómo roban por la cara los políticos que todos conocemos. Si fuésemos un país serio, muchos de estos sinvergüenzas estarían en la cárcel, o al menos en el paro. Lo malo es que cuando hacen las cosas mal, los ascienden. ¡Por delante de todas las materias está el Partido, que no es otra cosa que el ¡¡PODER!! omnívoro!
Creo que veis todo con los ojos del Bautista... que pena dais... si, mucha pena...
ResponderEliminarQuien ve riquezas?? solo los que estais aqui que os habeis aprovechado de los que gobiernas y luego dais puñaladas por la espalda...
Seguid como hasta ahora, seguid manupulando, seguid desinformando, seguid mintiendo... al final cada uno recoge lo que siembra... al tiempo.
Siempre es una (des)vergüenza tener que esconderse detrás de un anónimo. No hace falta ser adivino para intuir que usted es de los que están arrimado al pesebre socialista. El tiempo, me parece, le quitará la razón. ¡Y ojalá que así no hubiese sido, porque yo creía en ellos!
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