Ahí tienen a mis padres en la Feria de Abril de 1948, aún de novios, tres meses antes de unir sus vidas, cuando todo sonreía a su alrededor. El telón de fondo tiene migas. La guitarra es más larga que una hipoteca y el vestido de mi madre tiene más volantes que las consultas de la seguridad social. Este tipo de fotografías le tenían que encantar a mi padre, ya que tengo una amplia colección de ellas. ¡Qué le gustaban estos telones y el caballo de un retratista! Tan tiesos como tenían que estar en aquellos años de penurias, no sé si le estará cantando a mi madre aquella letra por soleá que cantaba "El Arenero": "Retratero, retratero,/ hágame usté un retratito/ que cueste poco dinero".
Con qué poco se conformaban entonces nuestros padres en la Feria: una foto de recuerdo, un papelón de pescaíto frito, una botellita de vino y una vuelta en los caballitos del sube y baja. Hoy, si no estás en "taco", como dicen "Los Morancos", mejor que te quedes en casa. La feria -como diría Baroja- es una feria de vanidades. Pelandruscas de medio pelo de esas que salen tanto en la telebasura; condes, marqueses y numerarios, más tiesos que la mojama de segunda de Isla Cristina; señoritos de postín con menos clases que la academia de don Francisco de la calle Betis; famosos y famosillos; toreros y torerillos, apoderados y mangantes, quieren ser los dueños de la Feria y, como son tan analfabetos, no saben que los amos de la Feria de Sevilla, con sus lacayos correspondientes, con sus enanos velazqueños de criados, con los mejores coches de caballos, las más solicitadas barreras de la Maestranza y los mejores langostinos recién traidos de Sanlúcar para ellos, son los políticos, los nuevos "condes-duques" de Olivares, los que ayer dejaron el arado y se metieron en los surcos de unas siglas. Mis padres, en aquel 1948, eran más felices que todos estos infelices a los que sólo amparan los comprados votos.
Con qué poco se conformaban entonces nuestros padres en la Feria: una foto de recuerdo, un papelón de pescaíto frito, una botellita de vino y una vuelta en los caballitos del sube y baja. Hoy, si no estás en "taco", como dicen "Los Morancos", mejor que te quedes en casa. La feria -como diría Baroja- es una feria de vanidades. Pelandruscas de medio pelo de esas que salen tanto en la telebasura; condes, marqueses y numerarios, más tiesos que la mojama de segunda de Isla Cristina; señoritos de postín con menos clases que la academia de don Francisco de la calle Betis; famosos y famosillos; toreros y torerillos, apoderados y mangantes, quieren ser los dueños de la Feria y, como son tan analfabetos, no saben que los amos de la Feria de Sevilla, con sus lacayos correspondientes, con sus enanos velazqueños de criados, con los mejores coches de caballos, las más solicitadas barreras de la Maestranza y los mejores langostinos recién traidos de Sanlúcar para ellos, son los políticos, los nuevos "condes-duques" de Olivares, los que ayer dejaron el arado y se metieron en los surcos de unas siglas. Mis padres, en aquel 1948, eran más felices que todos estos infelices a los que sólo amparan los comprados votos.
Es que esos telones de fondo tenían su gracia... y los comentarios tuyos con la colección de comparaciones que ofreces más aún. Me he tenido que reir... Es verdad, en medio de tanta estrechez se sabía lo que era la felicidad más limpia; es la que se aprecia en la mirada de tus padres. Y nadie puede ser feliz teniendo que estar constantemente mirando hacia atrás con recelo, no vaya a venir un mal empujón y lo saque del rail de oro y mentiras, que esta y no otra es la vida de los políticos de hoy. Y sálvese quien pueda... si hay alguno.
ResponderEliminarTenían muchísima gracia. Todavía me quedan algunas fotografías que iré publicando. La Feria de hoy cada día es menos del pueblo llano y,ademas está perdiendo mucho de su idiosincracia con tanto visitante foráneo. Menos mal que los que tenemos nuestra edad pudimos gozar de aquellos años inolvidables de esplendor en el Prado de San Sebastián.
ResponderEliminarEn cuanto a los políticos, creo que hay muy pocos que puedan salvarse.
Tienes toda la razón en lo que dices de la Feria de Sevilla. Estos días lo estaba yo pensando: la omnipresencia de los políticos y cómo los perjudicados de todos son los ciudadanos de a pie. Sin ir más lejos, los perjudicados de la huelga de Tussam, que todos los años por este tiempo aparece y que únicamente hace daño a la gente que tiene que coger el autobús. No sé cómo, si son trabajadores, no se dan cuenta del daño que están haciendo a su clase...
ResponderEliminarPor otro lado, basta ver las crónicas sociales para entender el tema: los políticos son los reyes del mambo y aprovechan el tema sin tener en cuenta colores ni siglas, todo el mundo a por el jamón y el vino gratis. Con coche oficial, que es como mejor se va a cualquier sitio. Y el pueblo, de figurante.
Anoche iban por Triana los de los caballos: los pobres animales, reventados y ellos paseando por el asfalto para lucirse, sin entender de coches o de peatones, a fardar todo lo posible. Una pena. Feudalismo puro, me pareció.
Ese tipos de fotos, hablando de otra cosa,también las conozco yo y tengo algunas de ésas. Tu padre se parece mucho a ti y espero que podamos ver más porque tienen mucho encanto y tus comentarios les vienen al pelo.
Mi querido amigo,acabo de llegar de darme un garbeo por el Centro de Sevilla en un dia de fiesta casi clandestino.Yo me he enterado en la calle que era fiesta local.
ResponderEliminarY después de pasar por la Bodeguita San José,por Salazar,por Morales y ver cerrada la magnífica "tienda-taberna" del santanderino bético Trifón y vacía la Bodeguita Romero,todo muy triste, me he venido para la casa aún estando en ese beatífico estado de "Rodriguez", a prepararme un fastuoso arroz con bacalao (que ya está reposando y como en éstos casos que pasa como en la mili que tiene uno hambre sicológica he echado un puñaíto de más,aquí tiene Vd un platito si gusta) ,regado por un magnífico vino cordobés "en rama" del que hay que ir a por él.
Y todo éste preámbulo viene a cuento porque ,aún descontando el pequeño detalle de que ya no tenemos 20 años,estoy completamente de acuerdo con su comentario.Tanto que al verme en Sevilla libre y con un duro gracias a Dios en el bolsillo, he preferido lo acogedor de mi tabernita casera antes que ésta Feria que ,como tantas cosas,está perdiendo sus esencias y por tanto su razón de ser.
Lo de su foto de torero impagable.
Un cordial saludo.
Emilio, me gustó mucho la foto de tus padres y es una lástima que la feria esté perdiendo su identidad. Ojalá conserve o recupere su esencia y espero algún día visitar tan famosa festividad.
ResponderEliminarY es verdad, los turistas, la migración y en general los jóvenes que se forman en el mundo de la televisión basura, terminan por deformar cualquier tradición, además claro, de la cuota de los malos gobernantes.
He leído en un periódico que este año han usado focos ahorradores de luz en la Feria, que iluminan poco, además de reducir el número de farolillos para aminorar el consumo de electricidad, jejeje, no se como les fue y si el objetivo pasa por el tema ecológico o el gasto del ayuntamiento, pero creo que para este tipo de eventos, la iluminación es fundamental.
Estuve en España casi un mes, en abril de 1994 y tuve la torpeza de visitar otros lugares en vez de Sevilla. Me arrepiento.
Saludos desde Lima
Tal vez deberían de editar una guía que enseñe cómo estar en la Fería; una guía para no hacer el mamarracho y para que no se vean los plumeros. Sevilla no se merece que por nuestra Feria se paseen tantos personajes indignos, ni con lacayos ni solos. Lo peor de todo es que se han convertido en una auténtica atracción de fería y ahora está de moda retratarse con el primer político que entre en la caseta.
ResponderEliminarMe quedo con los retratos antiguos que nos estás mostrando en el blog, tienen mucho más encanto.
Hoy me he tomado el día libre y no he pisado la Feria, pero mañana estaré de nuevo. Tendremos que seguir luchando con esta plaga y mostrar al mundo entero las maravillas de nuestra Feria de Abril.
Se ven muchos mamarrachos, más de los que caben en la ciudad efímera de lonas y farolillos. Políticos, gente de la telebasura, industriales con suerte, locutores con más fama que fe en lo que cuentan, alucinados...
ResponderEliminarLa Feria siempre será la Feria, pero hoy día está tan ordenada y reglamentada para hacerle la puñeta al personal que cualquier día ponen una barrera en las entradas para dejar pasar sólo a los pudientes.
Este año he visto tanto pijerío que me ha dado vergüenza ajena. Mira que el invento de ponerle una funda de plástico a los sombreros de ala ancha por cuatro gotitas de mierda que caían. Aquello, en vez de la Feria de Abril, parecía una montería en Adamuz. Ese pijerío sobra en la Feria, que es del pueblo llano, de esos que no tienen caseta y llevan el ambiente a la calle, y que de seguro se gastan más que esos nuevos "marqueses sevillanos", más tiesos todos que el junco de un cohete. Y con esto de la cercanía del AVE ni te cuento: todas las furcias y maricones de la telebasura se meten aquí... ¡Y con una estampa...!