lunes, 8 de marzo de 2010

TRIANA PUNTO Y APARTE: LA SOLEÁ DE TRIANA (y 9)


Uno de los grandes artífices de que la Peña "La Soleá de Triana" tirase con bríos para adelante, fue este gran aficionado y excelente cantaor de Villanueva del Ariscal: Manuel Márquez "El Zapatero", zapatero no de apodo, zapatero de banquilla, de los que ejercían en una humilde accesoria cercana a la plaza. Lo conocí a través de mi compadre Paco Parejo. Fuimos a Villanueva a la caída de la tarde y allí estaba él, con su peto, sus leznas, sus zapatos para arreglar, los cueros marcados, la radio sonando con temas flamencos y las estantería llenas de carpetas de recortes de periódicos, revistas, cintas de cassettes...

Cuando Paco Parejo me lo presentó -entonces ya llevaba yo mi página semanal flamenca en el diario"Nueva Andalucía-, a Manuel parecía que se le había aparecido la Virgen. Tenía todos mis artículos guardados con exquisito mimo y, como no puede ser de otra manera, nos fuimos a la casi aledaña Peña Bética y entre copa y copa hablamos de lo que nos interesaba: el Flamenco. Fue una buena primera toma de contacto a la que siguieron varias y cada vez con más intensidad. No he visto tan gran aficionado como él, aparte de ser un cantaor muy completo, pero sobre todo en el mundo inmenso de los cantes por soleá, de los que conoce docenas de matices diferentes. Él era parte del alma de aquellos inicios de nuestra peña trianera y no faltaba nunca a la cita semanal y cuando se terciaba un rato de buen cante. Desde entonces, prácticamente yo iba a Villanueva casa semana para verlo, para charlar con él y, por supuesto, para escucharlo, hasta que tuve la suerte de que un amigo común, Pepe Gutiérrez, me cedió una casa en pleno campo, a las afueras del pueblo, para que pasase los veranos, y aquello se convirtió en la gran sucursal al aire libre de nuestra Peña. En el jardín de esa casa montábamos nuestras veladas flamencas cuando se nos ocurría, y por ella pasaron Antonio Mairena, Manolo Sanlúcar, El Niño de Pura, Paco Ortega, el malogrado Fernando Góngora..., y todos los artistas de Villanueva y sus cercanías. ¡Qué noches más exquisitas!

Pues bien, cuando Márquez hizo el servicio militar en Tablada, cogía el tranvía y se iba al Altozano, a escuchar a los cantaores que se daban cita en "La Cabaña", una desaparecida taberna muy grande y famosa, justo al lado de la farmacia de Aurelio Murillo, y allí se fue consolidando su afición y escuchó cantar muchas veces a "El Sordillo de Triana", de cuyos cantes ha sido su legítimo heredero. ¡Cómo pellizca todavía Márquez cuando tira por esos registros! ¡Cómo eriza los vellos con esa escalofriante salida "Merecía esta serrana que ardiera en vivas candelas.."! ¡Cómo, a pesar de la edad que tiene se puede llevar una hora cantando por soleá sin repetir ni una sola...! Mi compadre le hizo una letra que lo definía a la perfección: "Zapatero en Villanueva/ y ministro adonde vaya/ no sé que tiene este Márquez/ que traspasa las murallas".

Andando el tiempo, tuvimos la oportunidad de llevar estos cantes de Triana por todos sitios. Yo hacía una exposición de los cantes trianeros y "El Zapatero" daba un recital a la altura del mejor profesional. Recuerdo tres recitales en Córdoba para no olvidarse jamás de la memoria, uno en Bodegas Campos y dos en el Círculo de la Amistad. El público parecía que estaba asistiendo al nacimiento del cante por soleá. En 1982, junto con "El Arenero" y "El Teta", dejó también su conocimiento y poderío, su gran sabiduría cantaora, en el disco "La Triana del Zurraque", que grabó Hispavox bajo la dirección de José Blas vega. Aunque también le gusta cantar por malagueñas, seguiriyas y fandangos, es en la soleá donde tiene su trono.

Hermosa época aquella en la que podíamos disfrutar de la liturgia del cante en el habitáculo íntimo donde se aprecia y se masca su aroma de verdad, sin micrófonos, sin proyectores, sólo el silencio y la voz desnuda que, como la de Manuel, nos trasportaba a aquella Triana vieja que no pudimos conocer.

2 comentarios:

  1. Sólo lo conozco por escucharlo en discos. Sus cantes por soleá transmiten sabor a Triana por los cuatro costados. Su presentación por Soleá puede ser la de esta letra: "En Villanueva nací y en Triana yo cantè a la sombra de un maestro que fue Manolo Oliver"
    En el disco "Triana Cantaora: Entre el barro y la fragua" no encontré ningún cante de Emilio Abadía ni de Manuel Márquez y pienso que hablar de los cantes de Triana sin contar con ellos no es procedente.

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  2. No te preocupes. El día que nos veamos te llevaré cantes del Arenero, Márquez, Abadía y Oliver.

    Un abrazo: Emilio

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