CANDADOS EN EL PUENTE
Es un gesto que los enamorados,
en las barandas del puente de Triana
-según costumbre, dicen, que italiana-,
amores sellan ciñéndoles candados.
Dejan sus iniciales como clave,
se pegan unos besos admirables,
tres abrazos que son interminables
y al río Guadalquivir tiran la llave.
Nuestro alcalde, lo mismo hacer debiera:
comprar un buen candado de primera
y grabarle en su alma el arrabal.
Mas esto que propongo es imposible.
me da la sensación que no es sensible.
Nunca la amó ni la ama ni amará.
Es un gesto que los enamorados,
en las barandas del puente de Triana
-según costumbre, dicen, que italiana-,
amores sellan ciñéndoles candados.
Dejan sus iniciales como clave,
se pegan unos besos admirables,
tres abrazos que son interminables
y al río Guadalquivir tiran la llave.
Nuestro alcalde, lo mismo hacer debiera:
comprar un buen candado de primera
y grabarle en su alma el arrabal.
Mas esto que propongo es imposible.
me da la sensación que no es sensible.
Nunca la amó ni la ama ni amará.
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