GUADALQUIVIR
Fértil, sagrada tierra. Alegre cuna:
Cazorla de cristal. Jaén envía
su límpida canción a Andalucía
oriverde y sensual. Cruza la luna
-risa de nácar, brillo de aceituna-
por Córdoba buscando la armonía
del agua y la leyenda. El sol porfía
con sus ondas de plata. No hay ninguna
corriente más hermosa. Ya Sevilla
sus esmeraldas roba y se engalana,
celosa y fiel. Cádiz se maravilla
ante su alquimia azul. Después, ufana,
Fértil, sagrada tierra. Alegre cuna:
Cazorla de cristal. Jaén envía
su límpida canción a Andalucía
oriverde y sensual. Cruza la luna
-risa de nácar, brillo de aceituna-
por Córdoba buscando la armonía
del agua y la leyenda. El sol porfía
con sus ondas de plata. No hay ninguna
corriente más hermosa. Ya Sevilla
sus esmeraldas roba y se engalana,
celosa y fiel. Cádiz se maravilla
ante su alquimia azul. Después, ufana,
Sanlúcar junto al mar le da su orilla.
Muere el Guadalquivir. Llora Triana.
Muere el Guadalquivir. Llora Triana.
¡Qué soneto! ¡Qué pena que nuestro querido e inolvidable amigo se nos fuera sin un sólo libro con sus poemas! Otra vertiente suya como escritor era el relato de humor. Nuestra revista "Triana" recogió algunos de estos relatos llenos de ingenio y ocurrencias geniales. Hay que seguir recordandolo. Gracias, Emilio.
ResponderEliminarEl nombre de nuestro común y querido amigo Manuel Pacheco saldrá muchas veces en este blog. Por suerte para todos, cuando estaba escribiendo mi libro "Triana en labios de la copla", él me envió todos sus poemas referidos a Triana, que, por supuesto, irán saliendo poco a poco en este blog.
ResponderEliminar¡Qué tremendo y clásico poeta!