DESDE MI TORRE: ¿VEINTE DÍAS CON TORRIJOS COMO ALCALDE?

Me he puesto malo hoy ante la posibilidad de que este señor, ante la inminente salida del todavía alcalde, Alfredo sánchez Monteseirín, pueda ocupar provisionalmente la alcaldía durante, al menos, 20 días. ¿Saben mis paisanos cuánto se puede hacer de malo en 20 días de gobierno de Antonio Rodrigo Torrijos? ¿Sabe Sevilla que puede desaparecer en tan corto espacio de tiempo con la inquina que este señor le tiene a la ciudad de la "sostenibilidad"?

Lo de esta palabreja viene a cuento porque en verdad es insostenible -por no decir poca vergüenza- que un indivíduo con 25.742 votos (ya me sé la cifra, querido Antonio Burgos) sea el que haya mandado en la Ciudad en esta última legislatura del PSOE, gracias al desvergonzado sistema proporcional de la ley D'Hont.

(Algo hay que cambiar en esta Ciudad de las ideas. Pero mucho en el gobierno central, que se deja hipotecar por la miseria de esta izquierda antigua, a todas luces desaparecida del mapa. ¿Dónde Anguita, dónde Rosa Aguilar, dónde tantos y tantos ideólogos vacuos que sólo han servido, gracias a la "pinza", para ahorcar las mayorías? ¿Para cuándo va a dejar Zapatero el cambio de la ley electoral y de la justicia, que son bastante más importantes que el aumento del IVA? Está viviendo España un momento dramático, sólo comparable en la historia con la ambición de sus reyes: impuestos, impuestos, impuestos, tributos sobre las escasas cosechas y, como no espabilemos, se decretará el "derecho de pernada".)

En un solo día, los japoneses efectuaron el ataque a la base estadounisense del Pacífico de Pearl Harbor en 1941. Tres días le sobraron al presidente Truman para ejecutar el mayor error de la historia moderna: la masacre contra Hiroshima y Nagasaki en 1945. ¿Nos damos cuenta los sevillanos de qué puede hacer Antonio Rodrigo Torrijos en 20 días, si ya sin mandar se ha cargado a media Sevilla? ¿Esta es la política que tenemos que soportar en la primera década del siglo XXI?

Este hombre ha demostrado ser más peligroso que un tsumami y que el terremoto del Perú con unos votos que no cubren, ni de lejos, la población de Gines.

Y llegarán de nuevo las municipales. Y él estará allí, con su caña en la mano o con su "cuchara" en la proa de la barquilla para ver lo que pesca. Como lo que interesa es el PODER, cualquiera aplastará a la mayoría con la unión de la ley D´Hont que un hábil Carrillo dejó escurrir en el Congreso.

Si los políticos fuesen serios, creíbles, señores de una democracia a la que se debe servir y de la que no deben servirse, en las próximas municipales deberían gobernar los que tengan la mayoría, sean del PSOE o del PP o de IU. Pero eso de jugar con el pueblo, a base de tratos infames, en mi lenguaje coloquial, en mi opinión, en mi sentir de hombre honrado, no es política: es un robo como una casa del sentimiento en las urnas de todos los españoles. Sevillanos, en el caso del que hablamos.

-Pero ¿Y D'hont?

-¡Pues que se vaya a tomar por culo!