Aún más allá del tiempo escapatoria/ no tenía de nacer andaluz/ mudo nací, mudo y atado siempre al nudo/ de esta maternidad obligatoria... recordaréis que dije en uno de mis poemas publicados en este blog. Hoy, me da vergüenza haber nacido en Andalucía: no por su tierra, ni por su gente, sino por los políticos que la representan y están esquilmando sus ubres. Vergüenza porque la amo sin partidismos catetos desde el cabo de Gata hasta Ayamonte, desde la Cádiz trimilenaria a los últimos confines que nos acercan a Castilla. Vergüenza porque la siento entera en el corazón, como una Dolorosa herida por los ocho puñales de sus provincias. Vergüenza cuando contemplo cómo una tierra tan fértil está tan degradada en su mano de obra esperando la misericordia del subsidio por culpa de las degradadísimas instituciones.
Parece que fue ayer cuando se escribieron, y hoy volverán a ser bestseller, la "Andalucía, ¿tercer mundo?" de Antonio Burgos, las "Cartas del pueblo andaluz" de Manuel Barrios, la "Andalucía, los 7 círculos viciosos del subdesarrollo" de Nicolás Salas" o "La novena provincia andaluza" de José María Osuna, después de que llegara para salvarnos (?) el "clan de la tortilla" que con tanto humor como desencanto relatara en "El desembarco andaluz" el gran escritor onubense Víctor Márquez Reviriego.
¿Qué han hecho estos señores políticos para que sigamos igual, o peor? ¿Dónde ha ido a parar el dinero que ha generado Andalucía en tantos años, aparte de al "Huerto del asistente" del que nos hablaba Ignacio Camacho? ¿Cómo se conforman ahora con las migajas de Zapatero cuando no paraban de apuñalar a Aznar para que devolviera la deuda histórica a Andalucía?
Nos conformamos con solares, con viejos edificios, con baldíos como moneda de cambio. Zapatero ha dado una larga cambiada a Andalucía que ni Marcial Lalanda. ¿Por qué no le hace esa afrenta a Cataluña? Pues, sencillamente, porque le hubiesen montado un cirio de padre y muy señor mío. Pero Andalucía, callada, con miedo, con terror en las carnes de que le puedan retirar a las familias las peonadas falsas, el subsidio, la ayudita familiar. Ochenta y siete mil y pico de kilómetros cuadrados convertidos en un erial. Millones de personas de talante pacífico tendiendo de nuevo la mano a las puertas de las iglesias del Poder. Andalucía, más que nunca, como un Cachorro expirante a cada paso de su vida, manteniendo con su dolor cotidiano a quienes la tienen tan esquilmada que le están robando hasta la alegría de la que hacía gala. ¡Andalucía no quiere subsidio, quiere trabajo, trabajo y trabajo!
Y ahora nos llega Griñan para erigirse en "Salvador" de esta tierra que cada día confía menos en su salvación. Y más congresos -que rima con almuerzos-, y más cambios, y más inútiles cobrando sueldos astronómicos por hacer nada. Y más jodienda -que rima con hacienda- para llenar "sus" arcas. Y Andalucía, tísica, hepática, furgón de cola de todas las encuestas. Andalucía tercermundista en la descripción de Burgos; deprimente y llorosa en las cartas que el pueblo andaluz, su gente, enviaba a Barrios; subdesarrollada no por los 7 círculos viciosos de Salas, sino por los 10.000 cargos y carguetes que comen del presupuesto; Andalucía con más de un millón de emigrantes que tuvieron que abandonar su tierra para buscar el pan en Cataluña..., pero adonde no caben más ahora. Esta es la Andalucía que nos ha dejado el desembarco socialista que nos contaba Reviriego: los que saben nadar tan bien, que además de nadar saben guardar la ropa del poder y del dinero para toda la vida.
Tenemos lo que nos merecemos. Andalucía, de siempre tan valiente, hoy tiene que añadir a su historia la hoja de la vergüenza del pago de la deuda histórica: dos milloncetes de euros para unas "pinceladitas" roblerianas al centro y unos solares para que se construyan cementerios que puedan anidar los restos que deje la pobreza y la cobardía -que jamás existió hasta hoy- del pueblo andaluz.
Parece que fue ayer cuando se escribieron, y hoy volverán a ser bestseller, la "Andalucía, ¿tercer mundo?" de Antonio Burgos, las "Cartas del pueblo andaluz" de Manuel Barrios, la "Andalucía, los 7 círculos viciosos del subdesarrollo" de Nicolás Salas" o "La novena provincia andaluza" de José María Osuna, después de que llegara para salvarnos (?) el "clan de la tortilla" que con tanto humor como desencanto relatara en "El desembarco andaluz" el gran escritor onubense Víctor Márquez Reviriego.
¿Qué han hecho estos señores políticos para que sigamos igual, o peor? ¿Dónde ha ido a parar el dinero que ha generado Andalucía en tantos años, aparte de al "Huerto del asistente" del que nos hablaba Ignacio Camacho? ¿Cómo se conforman ahora con las migajas de Zapatero cuando no paraban de apuñalar a Aznar para que devolviera la deuda histórica a Andalucía?
Nos conformamos con solares, con viejos edificios, con baldíos como moneda de cambio. Zapatero ha dado una larga cambiada a Andalucía que ni Marcial Lalanda. ¿Por qué no le hace esa afrenta a Cataluña? Pues, sencillamente, porque le hubiesen montado un cirio de padre y muy señor mío. Pero Andalucía, callada, con miedo, con terror en las carnes de que le puedan retirar a las familias las peonadas falsas, el subsidio, la ayudita familiar. Ochenta y siete mil y pico de kilómetros cuadrados convertidos en un erial. Millones de personas de talante pacífico tendiendo de nuevo la mano a las puertas de las iglesias del Poder. Andalucía, más que nunca, como un Cachorro expirante a cada paso de su vida, manteniendo con su dolor cotidiano a quienes la tienen tan esquilmada que le están robando hasta la alegría de la que hacía gala. ¡Andalucía no quiere subsidio, quiere trabajo, trabajo y trabajo!
Y ahora nos llega Griñan para erigirse en "Salvador" de esta tierra que cada día confía menos en su salvación. Y más congresos -que rima con almuerzos-, y más cambios, y más inútiles cobrando sueldos astronómicos por hacer nada. Y más jodienda -que rima con hacienda- para llenar "sus" arcas. Y Andalucía, tísica, hepática, furgón de cola de todas las encuestas. Andalucía tercermundista en la descripción de Burgos; deprimente y llorosa en las cartas que el pueblo andaluz, su gente, enviaba a Barrios; subdesarrollada no por los 7 círculos viciosos de Salas, sino por los 10.000 cargos y carguetes que comen del presupuesto; Andalucía con más de un millón de emigrantes que tuvieron que abandonar su tierra para buscar el pan en Cataluña..., pero adonde no caben más ahora. Esta es la Andalucía que nos ha dejado el desembarco socialista que nos contaba Reviriego: los que saben nadar tan bien, que además de nadar saben guardar la ropa del poder y del dinero para toda la vida.
Tenemos lo que nos merecemos. Andalucía, de siempre tan valiente, hoy tiene que añadir a su historia la hoja de la vergüenza del pago de la deuda histórica: dos milloncetes de euros para unas "pinceladitas" roblerianas al centro y unos solares para que se construyan cementerios que puedan anidar los restos que deje la pobreza y la cobardía -que jamás existió hasta hoy- del pueblo andaluz.
Ha dicho mi compadre.¡Y qué bien dicho!
ResponderEliminar¡No hay derecho, compadre, no hay derecho! Andalucía es una región más grande que muchos países europeos. Y la región más rica si su supieran administrar y potenciar sus recursos. Yo ya soy un andaluz de pasada al que sólo en cuatro días el Guadalquivir llevará mis cenizas en su oleaje: ¿Pero mis hijos, mis nietos, los andaluces jóvenes, los que aún quedan por nacer..., que heredarán de nosotros por culpa de una legión de mangantes de guante blanco?
ResponderEliminar¡Qué pena de Andalucia! ¡Qué asco de los políticos que nos gobiernan! ¡100 AÑOS DE HONRADEZ...y una MIEEEEEEERDA!
Emilio. Cuanta razón llevas en lo que dices tan bien y tan claro. Verguenza les tenia que dar, si la tuvieran, de llevar a Andalucia a la ruina mientras ellos se enriquecen. En las proximas elecciones tendremos la ocasion de demostrar si tenemos dignidad o queremos seguir viviendo con la mano puesta y permitiendo que nos sigan robando... hasta la alegría y amparados por unas leyes que los protegen.
ResponderEliminarA partir de mañana voy a iniciar una página sobre los temas de corrupción en Andalucía. No te puedes imaginar, Isabel, cuántos casos se han dado y se siguen dando con estos demócratas (?) corruptos. Pero eso sí: seguimos llenando los campos de fútbol, las plazas de toros, las calles y los bares en Semana Santa, las casetas en la Feria. ¡Aquí, por desgracia, pasamos de todo!
ResponderEliminarYa ves Emilio, buceando por internet hace unos días dí casualmente con el Cine Valencia de Triana.Respondí a tu comentario y luego quise saber más de ti. A traves de tu nombre consegui meterme en esta pagina que me ha gustado mucho porque yo tambien me averguenzo de ser española.
ResponderEliminarQue pena de pais, que un día fué tan grande y que hemos ido perdiendo poco a poco. Seguimos siendo los de la pandereta...,Por que pagamos impuestos de sucesiones en Andalucia y no Madrid ni el Pais Vasco ni en Cataluña?.- Donde van nuestros impuestos?.-
Eso y muchas cosas más,¿como tenemos a Sevilla tan sucia?.- donde esta la crisis?.-los bares y los campos de futbol estan llenos...Bueno, de ahora en adelante le seguiré. Teresa M.V.
No dejes de visitar esta página de vez en cuando, Teresa. No sé si vas a recibir calidad en los envíos, pero sí mucha sinceridad.
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