EVA CASANUEVA Y ANTONIO DEL CASTILLO
Queridos amigos en el dolor, Eva y Antonio: Perdonadme que os llame amigos sin conoceros en persona, sin habernos estrechado la mano en este largo viacrucis, sin haber llorado, físicamente, hombro a hombro con vosotros. Pero me siento Antonio. Y mi mujer se siente Eva. Y mis hijos son Marta. Y mis nietos, las próximas martas que pueden existir, cada vez con más frecuencia, en este país de locos que sólo un vidente lo maneja.
Cada vez que visito a mi hija Myriam (Marta), cuando bajo de Valencina veo a la derecha las casas de Caño Ronco, y las cañadas, y los cortados de la tierra. Y os veo a vosotros, ya sin lágrimas posibles en los ojos, y al abuelo, y a millones de españoles queriendo que, en un vuelco de pala, salga Marta a la superficie.
Nadie puede meterse en el dolor que os atormenta. Es demasiado fuerte. El Gobierno sabe lo que piensa la gente llana del pueblo y los intelectuales y muchos políticos honrados y muchos jueces, fiscales, abogados y policías a los que no ha tocado esta desgracia de cerca. Ayer, anteayer, siempre, todos somos Marta, pero hoy, más que nunca, en esta pista central del circo que es España, nos sentimos más Eva y Antonio dando un salto sin red desde el trapecio, matándonos, sorbo a sorbo, pero con el presentimiento del triunfo.
(Aquí nadie dimite. Las responsabilidades son todas de los otros. A algunos jueces se les juzga (políticamente) y "El Rafita" está en la calle. Las cárceles, hoy, están llenas de mediocridades: drogas, tirones de bolsos, desheredados, pérdidas de puntos por el carnet de conducir..., ningún alcalde, níngún político... Están hechas las leyes a la medida de quienes jamás pasarán por el banquillo...)
Lo del millón de euros que ofrece este ciudadano anónimo me da pena, me deprime, me hunde más en el sentimiento de que estamos viviendo en un país tercermundista. Alabo su acción desinteresada, porque es señal de que todos estamos con vosotros. ¿Pero quién va a delatar a quién?. Todo ha sido un fracaso desde el principio. Y por eso alabo vuestro coraje, vuestra paciencia, vuestra esperanza, vuetra fe y hasta vuestra caridad con los acusados: -¡Si sólo queremos saber dónde habéis dejado a nuestra hija...!
Cada vez que visito a mi hija Myriam (Marta), cuando bajo de Valencina veo a la derecha las casas de Caño Ronco, y las cañadas, y los cortados de la tierra. Y os veo a vosotros, ya sin lágrimas posibles en los ojos, y al abuelo, y a millones de españoles queriendo que, en un vuelco de pala, salga Marta a la superficie.
Nadie puede meterse en el dolor que os atormenta. Es demasiado fuerte. El Gobierno sabe lo que piensa la gente llana del pueblo y los intelectuales y muchos políticos honrados y muchos jueces, fiscales, abogados y policías a los que no ha tocado esta desgracia de cerca. Ayer, anteayer, siempre, todos somos Marta, pero hoy, más que nunca, en esta pista central del circo que es España, nos sentimos más Eva y Antonio dando un salto sin red desde el trapecio, matándonos, sorbo a sorbo, pero con el presentimiento del triunfo.
(Aquí nadie dimite. Las responsabilidades son todas de los otros. A algunos jueces se les juzga (políticamente) y "El Rafita" está en la calle. Las cárceles, hoy, están llenas de mediocridades: drogas, tirones de bolsos, desheredados, pérdidas de puntos por el carnet de conducir..., ningún alcalde, níngún político... Están hechas las leyes a la medida de quienes jamás pasarán por el banquillo...)
Lo del millón de euros que ofrece este ciudadano anónimo me da pena, me deprime, me hunde más en el sentimiento de que estamos viviendo en un país tercermundista. Alabo su acción desinteresada, porque es señal de que todos estamos con vosotros. ¿Pero quién va a delatar a quién?. Todo ha sido un fracaso desde el principio. Y por eso alabo vuestro coraje, vuestra paciencia, vuestra esperanza, vuetra fe y hasta vuestra caridad con los acusados: -¡Si sólo queremos saber dónde habéis dejado a nuestra hija...!
Es la voz del andaluz que cantase el poeta Pepe Hierro: No qué injusto, inhumano frío, sólo "Ojú que frío".
Estoy a vuestra disposición. Me sobra el tiempo..., y todo él lo tengo para estar con vosotros en el reencuentro con Marta, para ayudaros si es posible, para animaros a tender de plano unas leyes injustas, para estrechar vuestras manos en el dolor... ¡Todo esto es una alucinación colectiva! ¡Nadie se lo cree! ¡Cuatro niñatos se rien de esa "sostenibilidad" de la que hablan los políticos de la ciudad de las personas!
El tiempo y el silencio borran todo:/ la niebla, la mirada del vigía;/ los abogados la del policía;/ la justicia, tan ciega, fiel al modo/ del gobierno amigable, codo a codo,/ camina de Moncloa hasta el "Usía"/ con su venda de noble regalía/ que busca sus prebendas y acomodo./ Y mientras, Marta, embadurnada en lodo,/ o enterrada en la hez de un pudridero,/ o en ningún sitio, porque nadie sabe.../ Mal principio sin fin para un buen NODO,/ que si hija fuese de nuestro Zapatero/ en dos horas darían con la clave.
Con ellos o sin ellos, presiento que pronto vamos a dar con Marta para que se nos acabe este dolor colectivo, esta Pasión que estamos sufriendo todos antes de que la primera Cruz de Guía de esta Sevilla que está sufriendo con vosotros llegue a La Campana.
Un fuerte abrazo de Lola (Eva) y Emilio (Antonio)
El tiempo y el silencio borran todo:/ la niebla, la mirada del vigía;/ los abogados la del policía;/ la justicia, tan ciega, fiel al modo/ del gobierno amigable, codo a codo,/ camina de Moncloa hasta el "Usía"/ con su venda de noble regalía/ que busca sus prebendas y acomodo./ Y mientras, Marta, embadurnada en lodo,/ o enterrada en la hez de un pudridero,/ o en ningún sitio, porque nadie sabe.../ Mal principio sin fin para un buen NODO,/ que si hija fuese de nuestro Zapatero/ en dos horas darían con la clave.
Con ellos o sin ellos, presiento que pronto vamos a dar con Marta para que se nos acabe este dolor colectivo, esta Pasión que estamos sufriendo todos antes de que la primera Cruz de Guía de esta Sevilla que está sufriendo con vosotros llegue a La Campana.
Un fuerte abrazo de Lola (Eva) y Emilio (Antonio)
Impresionante artículo Emilio y cuánta verdad. Es un tema que destroza a todo el que tenga una mínima sensibilidad.
ResponderEliminarNo es un artículo. Es una vivencia. Sueño con los padres de Marta, con lo que tienen que estar pasando y cómo en nombre de no sé qué -porque eso sí que no es justicia- cuatro niñatos se están riendo de toda una sociedad que jamás sabrá a quién tiene que recurrir en casos semejantes. ¡Triste España la de hoy, muy triste!
ResponderEliminarCon lo facil que sería que estos miñatos (como comentas) que confesasen, hay muchos métodos, los vemos en las películas, pero que vá todos están a favor de ellos, de pena. Saludos
ResponderEliminarEs injusto que después de pasar la muerte brutal de su hija, ahora tenga estos padres que pasar el calvario de no dar con su cuerpo. Me pondo enfermo cuando lo pienso.
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