Anoche me acerqué al Gran Teatro de Córdoba para ver el desarrollo de la "XI Edición Premios de la Crítica Nacional de Flamenco 2009" y tuve la ocasión de compartir un rato de charla con Vicente Amigo, El Pele, Juan "El Lebrijano" y su mujer, Rafael Trenas, y con mi antiguo compañero y gran amigo Paco Herrera, al que hacía muchos años que no veía, desde que él se fue a Madrid para dirigir Radiolé y yo a Córdoba... para que todo el mundo del flamenco se olvidase de mí.
El teatro, por aquello de la lluvia y de la retransmisión televisiva del Barcelona, estaba más bien vacío. Sólo unas cuatrocientas personas, entre peñistas, miembros del jurado y artistas, se dieron cita en una noche que prometía ser muy flamenca y que terminó siendo muy aburrida. Había 36 nominados para 12 premios, tres por modalidad, aunque los galardonados ya sabían que estaban premiados con antelación y al resto de los nominados ni siquiera se les avisó si tenían que trasladarse a Córdoba. ¡Vivan las cosas bien hechas!
El teatro, por aquello de la lluvia y de la retransmisión televisiva del Barcelona, estaba más bien vacío. Sólo unas cuatrocientas personas, entre peñistas, miembros del jurado y artistas, se dieron cita en una noche que prometía ser muy flamenca y que terminó siendo muy aburrida. Había 36 nominados para 12 premios, tres por modalidad, aunque los galardonados ya sabían que estaban premiados con antelación y al resto de los nominados ni siquiera se les avisó si tenían que trasladarse a Córdoba. ¡Vivan las cosas bien hechas!
A mí me extraña -viendo los nombres del jurado, los medios donde desarrollan su trabajo y las ciudades en que habitan algunos- que hayan sido capaces de seguir a lo largo de 2009 la labor y el trabajo de estos nominados, máxime cuando, por poner un ejemplo, en el capítulo del "Mejor libro flamenco" casi ninguno de los enjuiciadores habían leído las tres obras nominadas, y no digamos nada del seguimiento que hayan podido hacer de los demás apartados. 58 miembros son muchos para ponerse de acuerdo en tantas concesiones que siempre están al filo de la raya del agua. No sé por qué -quizás peco de malintencionado- la mayoría de estos premios están más que amañados, tal vez por intereses con los medios, editoriales, instituciones y casas discográficas. Ya en el año 2007 "por una falta de claridad manifiesta en los Premios Nacionales de la Crítica Flamenca", dimitió el vicepresidente de la Asociación de Periodistas Especializados en Flamenco, el gaditano José María Castaño. Este flamencólogo decía que el Presidente, Alfonso Eduardo Pérez Orozco, "comenzó a decidir de forma unilateral cómo dar los premios, dónde, qué día, quién haría las estatuillas y, lo peor, utilizando un método de escrutinio de los votos, al que nadie, salvo él, podía acceder" continuando que "algunas de las votaciones se hacían por teléfono, claramente inválidas hasta en una república bananera". Con estos antecedentes hasta creo que no soy yo demasiado malintencionado.
Me da también mala espina que no estén como miembros del jurado, representando a medios tan importantes como El País, RNE, El Mundo o El Correo de Andalucía, entre otros, Ángel Álvarez Caballero, Manuel Ríos Ruiz, Manuel Martín Martín o mi compadre Manuel Bohórquez, quien por cierto estaba nominado y no lo llamaron por teléfono ni le enviaron un correo electrónico para decirle que no fuese a Córdoba porque el premio era para otro. ¡Viva la claridad!
Y este fue el resultado de una gala más sosa que un tomate sin sal. "Labor de difusión del flamenco en medios" a Paco Sánchez -que por cierto es miembro del Jurado-; "Mejor promoción del Flamenco" al Instituto Cervantes; "Mejor libro de flamenco" a Luis Clemente; "Mejor DVD" a Estrella Morente; "Mejor disco de cante revelación" a David Lagos; "Mejor disco de guitarra de acompañamiento" a Moraito; "Mejor disco instrumental" a Niño Josele; "Mejor productor" a Ricardo Pachón; "Mejor bailaor" a Marcos Flores; "Mejor bailaora" a La Moneta; "Mejor disco de guitarra solista" a Vicente Amigo -que no sabía ni qué premio iba a recoger y quién lo otorgaba-; y "Mejor disco de cante" a La Macanita.
Me da también mala espina que no estén como miembros del jurado, representando a medios tan importantes como El País, RNE, El Mundo o El Correo de Andalucía, entre otros, Ángel Álvarez Caballero, Manuel Ríos Ruiz, Manuel Martín Martín o mi compadre Manuel Bohórquez, quien por cierto estaba nominado y no lo llamaron por teléfono ni le enviaron un correo electrónico para decirle que no fuese a Córdoba porque el premio era para otro. ¡Viva la claridad!
Y este fue el resultado de una gala más sosa que un tomate sin sal. "Labor de difusión del flamenco en medios" a Paco Sánchez -que por cierto es miembro del Jurado-; "Mejor promoción del Flamenco" al Instituto Cervantes; "Mejor libro de flamenco" a Luis Clemente; "Mejor DVD" a Estrella Morente; "Mejor disco de cante revelación" a David Lagos; "Mejor disco de guitarra de acompañamiento" a Moraito; "Mejor disco instrumental" a Niño Josele; "Mejor productor" a Ricardo Pachón; "Mejor bailaor" a Marcos Flores; "Mejor bailaora" a La Moneta; "Mejor disco de guitarra solista" a Vicente Amigo -que no sabía ni qué premio iba a recoger y quién lo otorgaba-; y "Mejor disco de cante" a La Macanita.
Pues lo dicho. Aparte de las ausencias comentadas en el jurado, resulta que uno de los premiados es miembro del mismo, y otro no ejerce en ningún medio de comunicación. ¡Viva Cartagena!
Gracias, Emilio, por tu valentía y objetividad a la hora de enjuiciar estos premios. Como estaba nominado, no me corresponde a mí hacerlo; el próximo año, seguramente, lo haré y diré otras cuantas cosas. Sólo añadir que mi compañero y amigo Luis Clemente me comentó ayer mismo que le había extrañado el premio porque él no le ha mandado su libro a nadie. Ni yo lo tengo, que los recibo todos. No sé si los miembros del jurado lo han leído. Pero, en fin, si alguna vez han dado un premio a un disco sin que ni siquiera hubiera salido al mercado (a uno de Enrique Morente), qué quieres que te diga. Lo que no sé es qué hacen ahí algunos compañeros, la verdad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido Manolo: Yo no nací para que me compraran la voz, bien lo sabés tú que eres el que más cerca ha seguido mi labor profesional de prensa y radio. Vallecillo quiso hacerlo un día, y le dije que él mandaría en su departamento de la Junta pero que yo era el director de mi programa "Ser del Sur" y en él mandaba yo. Esos Premios de la Crítica están dados ya de antemano... y es justo, necesario y obligatorio denunciarlo. ¿Crees que estos 58 miembros se han leído tu maravilloso libro "El cartel maldito. Vida y muerte del Canario de Álora"? Lástima en verdad que compañeros como Alberto García Reyes, el propio Paco Sánchez -jurado y premiado, ¡toma ya!-, Manuel Curao o Juan Vergillos, entre otros, estén ahí, ignoro si conscientes, que sería lo peor, de que todo es un amaño.
ResponderEliminarUn abrazo: Emilio
Como he sido devoto seguidor de "Ser del Sur" durante mucho tiempo,también cuando lo llevó "su mucho más amigo",siempre con el magnetofón en ristre para grabar los domingos los resumenes de los Festivales del fin de semana ;así como también del programa de Manuel Bohórquez en Radio Aljarafe ,que era fijo lloviera , venteara o apedreara y del que guardo cosas grabadas,así como un larga charla que tuvimos por las "ondas murcianas",es para mi una gran satisfacción, gracias a éstos Interneses, poder insertar un comentario en medio de dos personas apreciadas y respetadas,sobre todo porque veo que guardan algo imprescindible para ir por la vida y que cada cual llama de una manera;hay quien le dice independencia,hay quien profesionalidad y habemos algunos que le llamamos verguenza (con o sin puntitos en la u).
ResponderEliminarSr.Emilio, detecto en sus comentarios un deje de dolor,el supurar de una herida que Vd llama "olvido". Y yo le digo, que se aplique un emplasto infalible para superar ese dolor:
Sentido común.Convencimiento profundo de lo que Vd ha hecho por y para el flamenco.Observar , difrutar desmenuzar con detenimiento su larga trayectoria y sobre todo, tener la certeza absoluta, de que los que olvidan son únicamente los que se arriman siempre al poder,al que manda,al que brilla.Los que cuando les dan una gorra se creen Almirantes.
Los aficionados,los que sienten por dentro éste arte,los que basan en él una parte importante de sus sentimientos y de su vida íntima,tenga por seguro que no lo olvidarán tan fácilmente .Y esos son muchos más que los figurones del presente.
Y Vd disimule la petulancia de darle un consejo no pedido,aunque sí sentido.
Saludos cordiales.
PD.Recuerdo que en la Taberna de los Lérida,en el Altozano,había un gran cartel con su nombre.Qué pena cambiar aquello por una zapatería.
Querido compadre. Es injusto ese olvido del que hablas, y con toda la razón. A mí me ocurriría lo mismo si me apartara un poco del flamenco, o si me fuera de Sevilla; y no he hecho ni la mitad de lo que has hecho tú por este arte. Los artistas son la mayoría de ellos unos interesados; sólo nos quieren a los críticos para sus intereses profesionales. Lo sé y lo asumo. Tú y yo hemos tenido nuestras diferencias, a pesar de ser compadres y amigos, pero siempre recordaré lo que has hecho por mí y te estaré eternamente agradecido. No es, seguramente, un gran homenaje el que te ofrezco al decirte estas palabras, el que mereces, pero te lo digo con el corazón en la mano. Sigue entregándote a los demás, que ha sido siempre tu actitud y el sentido de tu vida. Sólo se olvida lo que no se quiere, y a ti te quiere mucha gente. Te lo digo yo que ando todos los días por los caminos del flamenco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchísimas gracias por vuestras palabras. Recuerdo que en Santa Ana y en Alfarería el teléfono no me dejaba dormir: para una consulta, para la recomendación de un "niño artista", para una entrevista a alguien que lo necesitaba..., y ahora pasan por Córdoba como si habitara en ella el olvido, cuando los pocos que lo han hecho, y mientras yo los he atendido, aquí no han pagado nada y sólo han disfrutado de amistad, cariño y respeto..., y hasta se han llevado algo de recuerdo. Pero asumo, plenamente, que así es la vida de los que sólo saben vivir medrando.
ResponderEliminarPués yo Sr.Emilio que soy un enamorado de Córdoba, a la que voy desde Sevilla con relativa frecuencia para pasearla, para disfrutarla,para sentirla,tendría una gran satisfacción en convidarle a unos "mediecitos" en la Taberna que se tercie y así agradecerle tantos buenos momentos como me ha hecho pasar a través del flamenco.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Pues, vaya, se acepta la invitación. Mi correo electrónico es emiliojd@gmail.com cuando quiera venir nada más que tiene que indicármelo.
ResponderEliminarPor desgracia, todo lo que tiene que ver con el concepto "Crítica de flamenco" está desprestigiado. Creo que el desprestigio tiene que ver con que los críticos son arte y parte, además de presos de filias y fobias. No existe una crítica seria en el mundo del flamenco, porque los intereses, la mayoría de ellos mezquinos y muy relacionados con la supervivencia económica pura y dura, ha hecho que no se respete. Por supuesto, esto tiene sus honrosas excepciones, que son eso, excepciones. Estoy segura conociéndote, Emilio, que jamás hablarías mal de una obra literaria, musical, del tipo que fuera, simplemente por que sí, o porque te cae mal el tipo que la escribió. Tampoco hablarías bien de nadie porque te cayera alguna dádiva. Pero gente como tú existe poquísima, poquísima, en el mundo que se llama a sí mismo "de la crítica flamenca". Por eso los artistas no la respetan. Y hasta aquí puedo contar...
ResponderEliminarEn cuanto al olvido, eso es un tema mucho más hondo, que tiene muchísimas aristas. Quizá no olvida tanta gente, sino lo que ocurre, es que no hay tanta gente que, de verdad, nos aprecie o valore. Apuntarse al carro cuando alguien triunfa es muy fácil, lo difícil es aceptar a cada uno con sus virtudes y sus defectos. Es tan difícil que ni uno mismo se acepta del todo. En fin, filosofía pura, ya ves...
Tengo que decir, por ejemplo, que soy amigo de Paco Sánchez desde hace muchos años y que le tengo en alta estima. Una cosa es eso y otra que sea miembro del Jurado y premiado a la vez. Aquí, la mayoría de los que se apuntan a la crítica es para dar conferencias, presentar festivales, arrimarse a la mejor sardina, y llevárselo "calentito", como se suele decir ahora. Qué me gustaría una crítica totalmente independiente -caso de los críticos teatrales ingleses, que están muy bien remunerados por sus "medios", y a los que nadie conoce: ningún actor, ningún productor, ningún dueño de un teatro-. Aquí todo el mundo va a "trincar", y si hay que decir que "Lebrijano", o el que sea, cantó maravillosamente bien, aun mudo, pues se dice y ya está..., porque detrás viene la recompensa.
ResponderEliminarEn cuanto a lo del olvido, quizás haya sido una especie de pataleta infantil mía. Me enfadé porque estando tantos y tantos que dicen ser amigos míos en Córdoba, ninguno tuviese la dignidad de llamarme por teléfono para estar un rato juntos..., y cuántas y cuántas veces me han llamado en Sevilla para olvidadas tonterías. El aprecio lo tengo yo en vosotros, en los que os acercáis a este blog al que le dedico muchas horas para compatir lo que me gusta con los demás.
¡Filosofía parda!
Tienes razón en lo que comentas de la "crítica". La entrecomillo porque me parece una crítica de aficionados. Como tú bien expones con el ejemplo que citas, a ningún crítico serio se le ocurre ir alardeando de nada. Y es porque son profesionales, gente consciente de que su crítica puede machacar a un artista, hundirlo para siempre. Lo has descrito muy bien: críticos multiuso que lo mismo escriben libros, que escriben prensa (y en la prensa son críticos de libros), que presentan festivales (y en la prensa son críticos de festivales), que dan conferencias (y etc. etc.). Una confusión de papeles que no puede llevar a nada bueno. Porque hay un concepto fundamental en toda crítica, un concepto que se añade a los fundamentos de la crítica (formación, conocimiento, objetividad, veracidad, manejo de las fuentes). Ese concepto es la "independencia", que no solamente estriba en no pertenecer a ninguna camarilla sino, sobre todo, en no tener dependencias de ningún tipo, ni siquiera de tipo alimenticio.
ResponderEliminarAlgún día alguien estudiará el papel de esta "crítica polifacética flamenca" y dejará escrito el escaso favor que han hecho a este arte. No pienses que se van a escapar de ser, a su vez, criticados. Es ley de vida. Y tampoco deben pensar que no se les conoce. Todo se sabe.
Lo de tu pataleta, es de humanos. A todos nos duelen las cosas. Y no es malo decirlo. ¿Por qué va a callarse uno?
Tengo mucha documentación. ¿Nos animamos a escribir ese libro al alimón?
ResponderEliminarNo es mala idea. Ninguno de los dos debemos nada a ninguno y no tenemos tampoco nada que perder.
ResponderEliminarHagamos un esquema primario para ir analizando punto por punto cada tema. Ya hay críticas desde 1914. Sería un trabajo muy interesante que, por tus indicaciones, mi aporte, y tiempo -que es lo que tengo ahora mismo- podría dar como resultado una gran obra.
ResponderEliminarQuizás fuese yo el primero en meter mano a estos premios cuando publiqué "Flamenco Hoy, mañana ya veremos", un editorial para la revista La Flamenca (febrero de 2006). Fue el año que premiaron "Morente sueña La Alhambra" antes de que se publicase. Un año después, algunos de los que ignoraron mi crítica porque no querían perderse la excursión a Madrid a gastos pagados, denunciaron lo que años antes sabía todo quisqui: los premios de Alfonso Eduardo huelen a chamusquina. Para nada, porque hace un par de meses volví a comprobar como con dinero o "juergas programadas" se compra a la crítica sin problema alguno. También estuve presente en Cádiz, en aquel conato de Asociación de Críticos pagada por la Junta, en la que también hubo tela.
ResponderEliminarUn saludo
Pues una opinión, muy valiosa, que se une a las demás. Esperemos que esto no siga.
ResponderEliminarUn saludo.