miércoles, 24 de febrero de 2010

RINCÓN COFRADE TRIANERO: CRISTO JAMÁS MUERE EN TRIANA

Triana, herida por tantos flancos, no quiere que Cristo muera por sus calles. Desde San Jacinto a San Gonzalo, desde el Patrocinio al Puerto Camaronero, jamás encontraréis a Cristo muerto.

Triana es barrio de vida, pobre, humillado, dolorido, pero vivo.

Triana puede ser llevada ante Caifás para que silencie su palabra y su orgullo a cambio de salvarse, pero jamás abdicará de lo que es y dirá a grito abierto cual un martinete de sus fragüas: -¡Yo soy!, como el Soberano Poder de Cristo.

Triana puede ser azotada por la envidia, por la dejadez de sus munícipes, por los tópicos de las leyendas, ser amarrada a la columna de la injuria y de las sinrazones, enjuiciada para condenarla a la muerte de la desidia, pero como su Cristo, ante la Victoria de su Madre, seguirá diciendo, dolorida y ensangrentada, pero con sublime fuerza: -Ego sum qui sum.

Triana cargará con el peso de la cruz y será nazarena hasta El Gólgota, y en el sangriento camino que no le lleva a abdicar de su condición, irá como su jorobadito de su calle de Castilla y caerá tres veces con tanto peso de calumnias, como su Cristo de la calle Pureza, mas recibirá el paño húmedo de María de Magdala de Sevilla y sentirá el respiro de la gracia.

Triana será crucificada, como su Cachorro, pero nunca morirá, se quedará expirando por sus esquinas, porque, como Él, su lugar no es la capilla, su sitio no es el altar rodeado de velas, su universo está en las andas del paso y en el aire de sus calles.

Cristo enjuiciado, Cristo azotado, Cristo con la cruz a cuesta, Cristo en su tercera caída, Cristo crucificado, pero expirante, muerto no, jamás. Expirando siempre, queriendo decir la última palabra, arrastrando por sus pálpitos el último aliento de vida, pero aliento al fin, vida siempre.

Triana no quiere que Cristo se muera en su arrabal. Lo necesita. Por eso Cristo jamás muere en Triana.


(EMILIO JIMÉNEZ DÍAZ)

2 comentarios:

  1. Hermosa página para un pregón trianero...

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  2. Triana entera es un pregón: sus hombres y mujeres, sus calles, sus perfiles, su estrategia geográfica. Para ser un pregón completo, con final feliz, le sobran sus munícipes, que jamás aspiran los aromas, la gracia y los dolores del barrio.
    Gracias.

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