VIDA
El aire de la mañana
se viste de azul y oro
porque están jugando al toro
los chiquillos de Triana.
Con su mirada temprana
un muchacho los veía.
Aquel muchacho tenía
pájaros en la cabeza
y allí tuvo la certeza
de saber lo que quería.
MUERTE
Negro el toro de la vida
se igualó ante tu mirada
y la luz quedó, asombrada,
en tus ojos detenida.
¿Qué momento de tu historia
se detuvo en tu memoria?
No hubo reloj ni hubo gesto,
ni el aire anunció tu muerte:
se te puso el toro en suerte
y la rutina hizo el resto.
("El siglo de oro en la poesía taurina". Santander, 2010)
El aire de la mañana
se viste de azul y oro
porque están jugando al toro
los chiquillos de Triana.
Con su mirada temprana
un muchacho los veía.
Aquel muchacho tenía
pájaros en la cabeza
y allí tuvo la certeza
de saber lo que quería.
MUERTE
Negro el toro de la vida
se igualó ante tu mirada
y la luz quedó, asombrada,
en tus ojos detenida.
¿Qué momento de tu historia
se detuvo en tu memoria?
No hubo reloj ni hubo gesto,
ni el aire anunció tu muerte:
se te puso el toro en suerte
y la rutina hizo el resto.
("El siglo de oro en la poesía taurina". Santander, 2010)
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