No son buscadores de oro de las antiguas y abundantes películas del Oeste americano. Son buscadores del oro olímpico de cada modalidad en las Olimpíadas de Córdoba 2010. El cachondeo que se han traido estos días en el Gran Teatro de esta ciudad ha tenido un final feliz y han conseguido el Primer Premio de Chirigotas con música y parte del libreto de Rafael Cámaras, y otra parte del libreto de Emilio Jiménez. No, no soy yo, ni mucho menos. Lo que pasa es que se parece mucho a mí hasta físicamente, pero con 30 años menos, y el segundo apellido coincide con el "Moreno" de mi hija Myriam y mi hijo Pablo. Entonces fue cuando me di cuenta de que era el más pequeño de mis hijos, Emilio Jiménez Jr., que es que cuando se disfraza no lo conoce ni su progenitor. ¿A quién habrá salido?
Desde que era muy pequeño le encantaba disfrazarse, cantar, recitar... Recuerdo en una ocasión, en la boda de mi compadre Bohórquez, que se celebró en la Peña Flamenca "La Fragüa" de Bellavista, que se subió al escenario y cantó unas colombianas que yo le había escrito a la cantaora Emilia Jandra para su primer disco; o la noche del 29 de Abril de 1989, cuando con motivo de un homenaje al crítico Rafael Salinas, en la Peña "El Rincón del Cante" de Córdoba, se puso a recitarle al gran poeta Manuel Benítez Carrasco parte de su obra, con tanta gracia y desparpajo que le dedicó un autógrafo -que tengo enmarcado en mi estudio- con la leyenda "A mi compañero en la poesía y amigo en versos de infancia, Emilio Jiménez, con mi abrazo"; o en otra ocasión, en el Parque Natural de la Sierra de Cazorla, cuando venimos la madre y yo de dar un paseo y vemos un corro gigantesco en la explanada del hotel y al artista de cine Manolo Gómez Bur desternillado de risa: era el niño que estaba allí cantando y recitando, regalándole el artista un billete de 1.000 pesetas dedicado al lado, y que por supuesto también guardamos enmarcado.
Serían interminables las anécdotas que mis amigos y yo podemos contar de él. Recuerdo que una vez le hice a mis hijos un poemilla de infancia que, en unos de sus versos, decía: "La vida me dio tres hijos,/ y a los tres los quiero igual:/ a la Myriam por ser lista,/ al Pablo por natural,/ y al Emilio por artista,/ ¡pero artista de verdad!" Eso lo repetía él una y mil veces allí donde fuésemos...
Yo no sé si será artista de verdad o de mentira, pero "cara dura" le echa al asunto. Y gracia, mucha gracia sana. Pues nada, hijo, que si hubiese sabido que me iban a confundir contigo te pongo otro nombre. Mis felicidades a tus compañeros de agrupación y que sigais en esa línea de hacernos reir a todos en estos tiempos de tanta seriedad.
Un beso.
¿A quién habré salido??
ResponderEliminarRecuerdo perfectamente que tu hijo se arrancó en mi boda,con toda la gracia del mundo, dejándonos a todos. Existe el vídeo, creo. Me alegro de que siga amando el arte. Dalu un saludo de mi parte.
ResponderEliminar... y lo bético que salió el niño... Recuerdo que una tarde de domingo llegó a mi casa con libros que me enviaba su padre; traía puesta la indumentaria del Betis que "lucía" encima las huellas en fango de un reciente partido de fútbol... "¡Cómo vienes, Emilito!-exclamé simulando alarma- Anda, pasa, que te voy a dar ropa limpia para que te quites esa. Toma, entra ahí y ponte esta".Cuando vio que era un uniforme del Sevilla reculó aterrado como en las películas lo hace Drácula ante un crucifijo... "¡No, no, no...! y se fue corriendo sin despedirse siquiera. Fue otra de las bromillas futboleras que nos gastábamos. ¡Qué grande fue siempre el Emilito!
ResponderEliminarQuerido Manolo: Tengo varias fotos de tu boda con ese momento. Le daré un abrazo de tu parte. Lo que cuenta Ángel Vela es así de cierto. En otra ocasíón, cuando íbamos en un taxis con su madre a dejar unos artículos míos a El Correo de Andalucía, empieza el niño a chillar dentro del vehículo, tapándose la nariz: ¡Qué peste, qué peste más grande, qué peste! Cuando le preguntó el taxista por qué decía eso le contestó con toda la gracia del mundo: -No se ha dado usted cuenta de que estamos pasando por la puerta del campo del Sevilla.
ResponderEliminarMenos mal que, al parecer, el taxista era bético, porque se hubiese liado la gorda.
¿Hay video de esa boda? :O
ResponderEliminarYo tengo las fotografías, si hay vídeo lo tiene Manuel Bohórquez. El dijo que creía que sí.
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