La noticia nos dejó helados el pasado sábado cuando supimos de la muerte, tan tempranamente, de Fernando Fernández "Terremoto". Tenía el eco cantaor y rajo de su padre, al que presenté en muchas ocasiones en los festivales veraniegos, pero también su bondad, su humanidad, su humildad. Como cantaor sólo pude escucharlo muy pocas veces, algunas en la intimidad de la taberna de José Lérida en El Altozano, que él frecuentaba el tiempo que vivió en Triana y, después, el año 1998, en uno de los Concursos Nacionales de Córdoba, donde yo ya vivía.
Cuando me enteré de su pronta muerte por un correo de mi compadre Manuel Bohórquez, me remonté a aquellos años en que su padre, con un compás inigualable, nos envolvía a todos con sus cantes... De tarlatana era el vestío/ que al Niño de San Antonio/ se lo tengo prometío. Él iba por el mismo camino de su progenitor, aunque le tuvo que echar un pulso grande a la vida para hacerse conocer, admirar y respetar. Cuando ya lo había logrado, esa misma vida, tan traicionera, le ha enseñado, demasiado pronto, con sólo 40 años, la cara triste de la muerte.
Mi dolor quiere acompañar hoy al de sus familiares y amigos. Fernando "Terremoto", descanse en paz.
Una pena, tan joven. Lo escuché cantar por última vez en el verano de 2008, en Tomares. Tenía un eco de voz muy bonito. Lo dicho, una pena.
ResponderEliminarHa sido una auténtica lástima, y una gran para el mundo del flamenco.
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