Necesario es contar en estas páginas cómo conocí a Antonio González Garzón "El Arenero", jugándome una mala contestación por su parte, un buen guantazo merecido o... lo que pasó, que trataré de contar de la mejor manera posible.
Estando Paco Parejo y yo para entrar en la puerta de su bar "El Rincón Trianero", que ocupaba el local debajo de la casa donde nació y creció el cantaor José Muñagorriz Fuentes "Niño Segundo" y donde aún vivía su madre, su hermana, su cuñado y sobrinos, mi compadre Paco me advirtió que allí estaba "El Arenero" tomando una copa con un tal "El Teta" y con "Canela", derribista de profesión y con sueños de haber sido un gran matador de toros. Y es que en Triana, en cualquier sitio puedes encontrarte con seis artistas por metro cuadrado. Pues bien, estábamos nosotros dándole vueltas a lo de la Peña la Soleá y mi compadre mi invitó a una copa en su propio bar, llevado por un tabernero muy gracioso y moyatoso, de Coria, apedillado Lara.
Decían que "El Arenero" era una persona muy rara, distante, preocupado sólo de la sirga del río con sus barcos, y que nadie, muy pocos, lo habían escuchado cantar, pero que tenía una jaula en su garganta. Subimos los dos escalones a que obligaba la rasante de la calle, dimos las buenas tardes, nos contestaron cortesmente..., y ya está. Pero yo no me quedaba tranquilo por dentro si desperdiciaba aquella oportunidad. Por la poca cortedad que te da la juventud -tenía yo entonces 24 años-, en un momento determinado me dirigí a aquel hombre: alto, fuerte como un roble, de una presencia señorial a pesar de las faenas duras del río y guapo en su perfil de patricio romano: -¿Usted es Antonio "El Arenero"? Mi compadre no sabía dónde esconderse en su propia casa. -Yo soy, me dijo, con una voz muy peculiar de hombre franco y sincero, voz de seguridad en sí mismo. Dudé un instante pero seguí como la torrentera de un arroyo: -Pues mire usted, yo soy Emilio Jiménez Díaz, un aprendiz de periodista, y me han dicho que usted canta como los ángeles, pero que es tan raro que no lo han escuchao cantar ni sus hijos. ¿A usted no le da vergüenza que Dios le haya dado ese tesoro para que no lo comparta con nadie?. Aquí me esperaba yo el guantazo o la mala contestación..., pero qué va. Parece que a Antonio le hizo efecto mi pregunta acusativa y le dijo al Lara, con más años que el loro Tena: -¡Niño, pon una copita a estos señores! Tras las presentaciones de rigor me enteré de que Manuel León "El Teta" era su compadre y otro gran cantaor, y que "El Canela", aparte de sus aficiones taurinas, era un aficionado de pro y un bailaor, no profesional, con un arte exquisito.
Comenzamos a decirles nuestra idea y se les abrieron los ojos de par en par: -¡Eso, eso es lo que hace falta en Triana! Y así comenzó todo. Cada jueves, Antonio "El Arenero" fue sacando del arca sus mejores tesoros por la llamada soleá del Zurraque o de los alfareros, y "El Teta", y Manuel Oliver, y todos y cada uno de los que, corriéndose la voz, se iban acercando, poco a poco, a un manantial de arte que estaba preso en las compuertas de muchos hijos del barrio.
A partir de ahí, todo fue como la seda: el homenaje a "El Sordillo de Triana", escuchar la voz de Emilio Abadía, el homenaje al "Niño de la Calzá", la grabación de un disco con estos cantes desconocidos en la firma Hispavox, las conferencias ilustradas que se sucedían en Córdoba, en Almería, en Granada, en Huelva... Las voces de "El Zurraque" se fueron transmitiendo incluso a los cantaores profesionales, hasta el punto de que Antonio Mairena, en confesiones a Joaquín Herrera Carranza en su libro "Imagen última de Antonio Mairena" le decía: "¿Es que no hay más soleares que las de los alfareros? Hasta ese punto llegamos con muchas cosas que iremos comentando en este itinerario del recuerdo. "La Soleá de Triana" sólo permaneció sin actividades de clase alguna el mes de Noviembre de 1977, cuando Manuel León "El Teta" estuvo ingresado grave en "García Morato". Los amigos, de esos que ya no hay, no teníamos cuerpo para divertirnos mientras uno de nuestros hermanos lo estaba pasando tan mal. ¿Saben los nuevos flamencos qué es y significa la palabra solidaridad?
En Triana se sabía -no sé si aún se sabe, aunque lo dudo- qué emoción llevaba la amistad entre sus letras.
Estando Paco Parejo y yo para entrar en la puerta de su bar "El Rincón Trianero", que ocupaba el local debajo de la casa donde nació y creció el cantaor José Muñagorriz Fuentes "Niño Segundo" y donde aún vivía su madre, su hermana, su cuñado y sobrinos, mi compadre Paco me advirtió que allí estaba "El Arenero" tomando una copa con un tal "El Teta" y con "Canela", derribista de profesión y con sueños de haber sido un gran matador de toros. Y es que en Triana, en cualquier sitio puedes encontrarte con seis artistas por metro cuadrado. Pues bien, estábamos nosotros dándole vueltas a lo de la Peña la Soleá y mi compadre mi invitó a una copa en su propio bar, llevado por un tabernero muy gracioso y moyatoso, de Coria, apedillado Lara.
Decían que "El Arenero" era una persona muy rara, distante, preocupado sólo de la sirga del río con sus barcos, y que nadie, muy pocos, lo habían escuchado cantar, pero que tenía una jaula en su garganta. Subimos los dos escalones a que obligaba la rasante de la calle, dimos las buenas tardes, nos contestaron cortesmente..., y ya está. Pero yo no me quedaba tranquilo por dentro si desperdiciaba aquella oportunidad. Por la poca cortedad que te da la juventud -tenía yo entonces 24 años-, en un momento determinado me dirigí a aquel hombre: alto, fuerte como un roble, de una presencia señorial a pesar de las faenas duras del río y guapo en su perfil de patricio romano: -¿Usted es Antonio "El Arenero"? Mi compadre no sabía dónde esconderse en su propia casa. -Yo soy, me dijo, con una voz muy peculiar de hombre franco y sincero, voz de seguridad en sí mismo. Dudé un instante pero seguí como la torrentera de un arroyo: -Pues mire usted, yo soy Emilio Jiménez Díaz, un aprendiz de periodista, y me han dicho que usted canta como los ángeles, pero que es tan raro que no lo han escuchao cantar ni sus hijos. ¿A usted no le da vergüenza que Dios le haya dado ese tesoro para que no lo comparta con nadie?. Aquí me esperaba yo el guantazo o la mala contestación..., pero qué va. Parece que a Antonio le hizo efecto mi pregunta acusativa y le dijo al Lara, con más años que el loro Tena: -¡Niño, pon una copita a estos señores! Tras las presentaciones de rigor me enteré de que Manuel León "El Teta" era su compadre y otro gran cantaor, y que "El Canela", aparte de sus aficiones taurinas, era un aficionado de pro y un bailaor, no profesional, con un arte exquisito.
Comenzamos a decirles nuestra idea y se les abrieron los ojos de par en par: -¡Eso, eso es lo que hace falta en Triana! Y así comenzó todo. Cada jueves, Antonio "El Arenero" fue sacando del arca sus mejores tesoros por la llamada soleá del Zurraque o de los alfareros, y "El Teta", y Manuel Oliver, y todos y cada uno de los que, corriéndose la voz, se iban acercando, poco a poco, a un manantial de arte que estaba preso en las compuertas de muchos hijos del barrio.
A partir de ahí, todo fue como la seda: el homenaje a "El Sordillo de Triana", escuchar la voz de Emilio Abadía, el homenaje al "Niño de la Calzá", la grabación de un disco con estos cantes desconocidos en la firma Hispavox, las conferencias ilustradas que se sucedían en Córdoba, en Almería, en Granada, en Huelva... Las voces de "El Zurraque" se fueron transmitiendo incluso a los cantaores profesionales, hasta el punto de que Antonio Mairena, en confesiones a Joaquín Herrera Carranza en su libro "Imagen última de Antonio Mairena" le decía: "¿Es que no hay más soleares que las de los alfareros? Hasta ese punto llegamos con muchas cosas que iremos comentando en este itinerario del recuerdo. "La Soleá de Triana" sólo permaneció sin actividades de clase alguna el mes de Noviembre de 1977, cuando Manuel León "El Teta" estuvo ingresado grave en "García Morato". Los amigos, de esos que ya no hay, no teníamos cuerpo para divertirnos mientras uno de nuestros hermanos lo estaba pasando tan mal. ¿Saben los nuevos flamencos qué es y significa la palabra solidaridad?
En Triana se sabía -no sé si aún se sabe, aunque lo dudo- qué emoción llevaba la amistad entre sus letras.
Hola Emilio. Soy Isa, la hija de Paco Parejo. He estado leyendo en los pocos huecos que tengo, algunos apartados de tus escritos. Sabes? a mí también me encanta el cante, sobre todo la Soleá de Triana, y ojalá hubiese podido compartir junto a mi padre esas vivencias. Pero por desgracia, yo ni había nacido por entonces. Me ha encantado la anécdota de cómo conociste al Arenero. A él sí lo escuché muchas veces gracias a Dios, porque no hay otro como él. Muchos besos y recuerdos a todos.
ResponderEliminarYa lo sabes, Isa, te tenemos que tener como una forofa bloguera. Tú eras muy pequeña cuando tu padre y yo dedicabamos parte de nuestro tiempo a intentar dignificar el mundo flamenco de Triana... y otras cosas. Te esperamos siempre en estas páginas, así como las fotografías extraordinarias del archivo de tu padre y vuestros recuerdos.
ResponderEliminarUn beso así de grande.
Hola, sin animo de aguarle su comentario la fotografia corresponde a otro aficionado al cante Trianero que se llamaba Teodoro Armario Garfia "el Teoro" y tambien participo en el homenaje del Sordillo de Triana.Un saludo.
ResponderEliminarPerdone, querido amigo, la fotografía, que yo mismo saqué en el año 1976 en la "Peña La Soleá de Triana", que creamos mi compadre Paco Parejo y yo, es de Antonio "El Arenero", estando de fondo Pepe Vela o llamado también "Pepe Triana", guitarrista y hoy miembro del Grupo Albahaca. Al "Teoro" lo que he conocido personalmente y he compartido muy buenos momentos con él, porque además de buen cantaor era un tipo muy culto, al que aprecié mucho.
ResponderEliminarSiento "aguarle" su comentario, pero la fotografía pertenece al "Arenero".
Pues perdone, entonces no reconozco a mi padre.
EliminarPues estoy seguro, querido amigo, que no lo ha reconocido en esta foto del "Arenero", aunque si me envía su correo puedo enviarle varias de su padre, un hombre, que como ya le he dicho, aprecié mucho y con el que hablé en numerosas ocasiones. Yo le invité a que participase en el homenaje a "El Sordillo", aún recuerdo sus letras preferidas por Soleá.
ResponderEliminarGracias por la aclaración y le pido disculpas,le agradezco de corazón que me envie fotos de mi padre y sus buenas palabras hacia él.Mi nombre es Mario Armario y soy el cuarto de los siete hijos de Teodoro, mi correo electrónico es armario1@hotmail.com. Gracias Emilio .
ResponderEliminarPerdona Emilio Jimenez Diaz, no quiero ser reiterativo en el comentario sobre quien canta en la foto y ése es mi tio Teoro.Efectivamente el que está sentado a su lado es Pepe Vela de Albahaca y ya se ve mayorcito. Antonio El Arenero es el padre del Güito (taller mecánico en C/Tejares, mucho mayor que Pepe Vela)y en el tiempo de esta foto, El Arenero ya era bastante mayor.
ResponderEliminarAnaliza en el tiempo las fotos que tengas del Arenero y te darás cuenta de tu error.
Yo soy Jose Antonio Morales Tudela (tumosejo@hotmail.es)y tanto mi familia directa como la de mi tio Teoro descendemos en rama directa del Garfia " El sereno de Triana ", cuya figura quedará para los restos en la veleta de la Capilla del Carmen.
Buenas tardes Emilio, te escribo desde la casa de mi hermana Valle y le he enseñado la foto a mi madre y a mi hermano Gori que SÍ lo trató bastante,(lo conocerás porque es un gran aficionao y buen cantaor).
ResponderEliminarMe han trasladado que la foto, efectivamente llevas razón, es del Arenero: Mi confusión radica en que existe otra foto suya que es idéntica a ésta.
Este artículo tuyo, con la foto, la reenvión Manuel Acevedo a la página de Yo me crié en Triana y ha provocado el cambio del titular, así que se lo trasladaré para que la corrija y ponga el título que tú la tenias hecha.
Te traslado mis disculpas pero ha sido con buena fé y debido al gran parecido entre ambas fotos. Como comentas que tienes algunas fotos suyas, te agradecería que me las enviaras a mi e-mail: tumosejo@hotmail.es
Referente al comentario del sereno Garfia, te comento que tanto mi madre como mi tio Teoro son nietos directos de Garfia que era funcionario del Ayuntamiento y encargado de los serenos de Triana, así como era encargado de encender y apagar la Capillita del Carmen. De él habla Oliver que cantaba las serranas como nadie. Ya que estamos en ésto y tú eres un entendido del flamenco y que lo has promovido, te diré que mi tio Teoro era íntimo amigo de Naranjito y que los dos iban por las tabernas a escuchar y aprender flamenco. El Naranjo se fué a Madrid y mi tio no quiso irse (él era un ácrata y sólo cantaba para los amigos).
En la persona de mi madre confluyen 2 sagas de cantaores trianeros, por una parte los Garfia y por otra los Tudela (su padre Jose Tudela fué el iniciador de la fabricación de Tubos Tudela que luego la continuó su sobrino y cantaba sobretodo por soleares. Tenía a su hermano Manuel que cantaba todos los palos, sobretodo martinetes y seguiriyas).
De esta confluencia de familias cantaoras han continuado mi madre (que todavía con 91 años nos ha cantado saetas al Cachorro y a La O), hermano Ramón, Javier, El Gori, Valle etc.
Bueno lo dicho, un saludo y mil perdones de mi parte.
Ah, dále saludos a tu hijo con el que hemos jugado muchas partidas de billar en la calle Alfareria y con el que tenemos una buena amistad.
Hola a todos...mi nombre es Pepe Gonce, hijo de Rafael Gonce (de la C/. Rodrigo de Triana)...Tuve la suerte que mi padre QEPD fuera íntimo amigo del Teta y Antonio el Arenero...gracias a eso los escuché bastante en directo, pero nunca me atrevía a decir nada de flamenco, hasta que hace tres años me matriculé en el Taller de Cante de Triana que se imparte a través del Distrito del barrio y hace una par de semanas me atreví a "decir" algunas letras de El Arenero...os dejo el enlace...y recordad que sólo soy un alumno jejeje.
ResponderEliminarUn abrazo para tod@s.
https://www.youtube.com/watch?v=zTFMVPLdsbc