sábado, 13 de febrero de 2010

POEMARIO TRIANERO: MANUEL PACHECO SEGURA

LA CAVA DE TRIANA

Cálida y blanca al despertar la aurora,
llevan tus aires ecos de algún cante
junto al grito arrancado en un instante
bajo la noche siempre tejedora

de insomnios y deseos. Cuando dora
el sol tu cal inmensa, desbordante
-retadora del rayo y del diamante.,
eres como un volcán que hora tras hora

va lanzando cascadas de azucenas.
Triana sabe de tu sortilegio
gitano y jondo, envuelto en la prestancia

del que sabe de risas y de penas.
¡San Jacinto! ¡Las Mínimas! ¡Colegio
Reina Victoria alegre de mi infancia!

2 comentarios:

  1. Creo recordar que uno de los párbulos de la preciosa foto es tu padre...
    Sobre Pacheco y las placas (uno de tus asuntos pasados). La breve anécdota demuestra el ingenio de nuestro inolvidable amigo: Íbamos paseando por Triana y pasando por mi casa exclama: "Una placa dirá que aquí nació un amigo de Manolo Pacheco". luego pasamos por la casa de Armando y repitió lo mismo y así otra vez en caso similar... "aquí nació otro amigo de Manolo Pacheco". Camino de la Plazuela discurrimos ante su casa natal en la calle Pelay Correa; se planta ante la fachada y exclama seco y sentencioso: "Y aquí habrá otra placa que dirá: AQUÍ". No hacía falta más...

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  2. El que está marcado con una cruz es mi padre. Manolo, aparte de un inmenso poeta, era un cachondo mental increible, con un sentido del humor que para sí lo quisieran muchos de los que al humor se dedican.
    El gran Manolo, el inefable amigo, el genio del soneto de una Triana perdida...

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