lunes, 22 de febrero de 2010

PERSONAJES DEL FLAMENCO: JUAN DE LA PLATA

Tiene Juan de la Plata Franco Martínez, que ese es su nombre completo, la sabiduría de un patriarca gitano, la sensibilidad de los grandes poetas del renacimiento literario, la sagacidad periodística de un lince, y la dulzura y bonhomía de un hombre de bien, cabal, y muy amigo de sus amigos, a los que nunca olvida y siempre asiste ante cualquier petición.

Lo conocí hace muchos años, cuando el Flamenco nos unia a todos los cabales y podíamos compartir conversaciones interesantes sobre el tema, bien en Sevilla o en su tierra jerezana, donde fundó, en 1958, algo primordial para la cultura flamenca: la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces, a cuya idea genial acudieron para incorporarse a ella, en sus inicios, personas de diversas tendencias, pero con mucho que decir y que aprender, como Manuel Pérez Celdrán, Estéban Pino Romero, Manuel Ríos Ruiz, Anselmo González Climent, Tomás Borrás, José María Pemán, Ricardo Molina, Julián Pemartín, José Luis Tejada, Fernando Quiñones..., y muchísimos más a lo largo de su andadura, como Antonio Murciano, Manuel Barrios, Rafael Salinas...

La Cátedra, que tantos vientos tuvo que soportar a lo largo de su historia, tenía y tiene su piedra clave en Juan, que la defendió a capa y espada -yo ahí le di mi apoyo a través de la prensa- cuando la clase política quiso -y lo ha logrado- apropiarse de todas las iniciativas privadas, fuesen del ámbito que fuesen.

El mundo flamenco le debe mucho de lo que es y del reconocimiento que tiene a este hombre que está inventariando todo el material de la Cátedra para dejarlo en manos -ciertamente que seguras- de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco..., pero la Cátedra tenía su poesía, su religión, su liturgia, era y estaba tan viva como sus hombres, como sus premios nacionales, como sus miembros de número. Era la casa común del Flamenco de Andalucía y, por supuesto, la Universidad de toda la flamenquería andante.

Pero Juan, además, es periodista de raza, y trabajó -se me olvidarán algunos- en el "Ayer" de Jerez, en "La Voz del Sur", en el "Diario de Jerez", en "La Voz de la Bahía" de El Puerto de Santa María, y ha sido corresponsal de "Pueblo" e "Informaciones" de Madrid, "Diario Sevilla", "Diario de Cádiz", "Dígame", "El Taurino", ejerciendo su labor de información, durante más de 20 años, en la Agencia EFE. En radio también dejó su diaria lección en Radio Popular de Jerez y en Radio Nacional de España.

Trabajador incansable en favor de la Cultura, fundó en su tierra el Grupo Atalaya de Arte y Poesía, escribiendo numerosos libros sobre diversas materias: "Flamencos de Jerez" -su obra prima-, "El ángel de Jerez y otros poemas", "Los gitanos de Jerez", "La pena sonora", "El habla de Jerez", "Cinco siglos de teatro en Jerez", "Cantando para adentro", "Los cafés cantantes de Jerez"..., y sigan sumando. Actualmente sigue dirigiendo la prestigiosa "Revista de Flamencología", a la que cuida y mima como tabla de salvacíón de todas sus ideas.

Cursos impartidos, conferencias, recitales, seminarios, creación como la del popularísimo festival "Fiesta de la Bulería", premios, distinciones y homenajes, jalonan la vida de este hombre que ya tiene encima 78 tacos de almanaque y que no ha dejado un segundo libre para laborar por la Cultura Flamenca desde todas las vertientes.

Si había alguien que tuviese que abrir este apartado en honor de los hombres que han trabajado por el flamenco en diversas parcelas, ese tenía que ser Juan de la Plata, mi amigo Juan, que me animó desde que yo era muy joven a seguir su ejemplo, y que siempre me ha demostrado, durante casi 40 años de amistad, su franqueza, su generosidad y su señorío. Ese Juan de la Plata al que sí que le debe un agradecimiento público y oficial, por medio de un magno homenaje, todas las instituciones del Flamenco, sean del signo que fuesen.

6 comentarios:

  1. Querido Emilio: Siempre eché de menos en Triana, primerísima comarcas cantaora, un Juan de la Plata que como él se dedicara en cuerpo y alma a ensalzar los valores de su pequeña patria (grande en el mapa flamenco, sin duda). Su obra literaria, como te hemos leído, es eminentemente jerecista; con ella y con su Cátedra -aparte la labor en la misma dirección de Ríos Ruiz, especialmente- ha engrandecido la relevancia flamenca de su ciudad. Pena que un gran almacén se interpusiera entre Triana y tú.

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  2. Emilio Jiménez Díaz22 de febrero de 2010, 13:57

    La verdad es que sí, pero hice todo cuanto pude por la Triana Flamenca. Algún día irán pasando por estas páginas la creación de la "Soleá de Triana", el haber sacado a la luz de la opinión a "El Arenero", Manuel Oliver, "El Teta", "El Teoro", "El Niño del Tunel" a "El Pintillo"..., y siempre, hasta en el gran Pregón de San Rafael de Córdoba que tuve el honor de dar, y que es comparable en importancia local con el de la Semana Santa de Sevilla, Triana estaba de por medio. Se iba a crear un Ateneo en Triana, en cuyas reuniones tu también estuviste, y del que yo diseñé -¿te acuerdas?- hasta su anagrama. ¿Qué pasó con aquello? ¿Por qué no se continuó la senda? Un grano jamás hace granero, y bien lo sabes. ¿Qué han hecho tantos y tantos artistas flamencos trianeros? Lo que hicieron el año pasado: acudir a una especie de "mierdabienal" en la que no le pagaron y desaparecieron en dos días -¿dónde estarán? me pregunto cada minuto- 28.000 euros. ¿Le ha preguntado la oposición en el pleno del ayuntamiento al señor Moriñas quién o dónde se ha perdido el dinero?
    En mi época en prensa, o en radio, bien sabes que yo les hubiese puesto en un serio compromiso, como hice con Bernardo Bueno cuando el desmantelamiento del Patronato de la Bienal, y como hicimos, tú entre otros, para echar a Floranes del barrio. ¿Te lo ha agradecido alguien?

    Un abrazo.

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  3. Sólo recordarte qué paso con la idea del Ateneo Flamenco de Triana; lo teníamos todo: discoteca, biblioteca y hasta obras de arte donadas por artistas trianeros y sevillanos, gustosos con la idea -nuestra idea-, para decorar el local... Después de un calvario conseguimos alguna habitación de la Casa de las Columnas, edificio municipal más que saturado. Todo estaba hecho para comenzar, pero... el Ayuntamiento no tenía dinero para mantener, al menos, a una persona que atendiera a los visitantes, pues queríamos que fuera un ente vivo, una especie de sucursal del Centro Andaluz de Flamenco que tanto envidiábamos y que ya funcionaba en Jerez. Pues eso, lo de siempre, que los proyectos de Triana, siempre impulsados por los propios trianeros, nunca fueron apoyados desde la Casa Grande. Este arrabal continuaba (y continúa) estando muy lejos de la Plaza Nueva. Y sabes que no es exageración.

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  4. Fue una pena. Recuerdo que yo quise donar toda mi fonoteca y mi archivo. Ya me vine a Córdoba y por eso te he preguntado qué pasó de aquello. Espero volver algún día a mi barrio para ver si ponemos en pie algunos proyectos comunes.

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  5. Creo que sois muy pesimistas en cuanto al peso que habéis tenido para levantar el alma de Triana. Me parece que tanto Ángel como Emilio son un importante referente para este barrio. Eso lo sabe todo el mundo en Triana. Quizá la solución no esté en hacer grandes cosas, ni cosas que dependan de ningún ente público. Pero sí se pueden ir haciendo cosas pequeñas, pequeñas pero definitivas. Este blog, por ejemplo, es una muy buena forma de hacer ver lo relevante de este barrio. La prueba es que hay mucha gente, cada vez más, que lo sigue y lo lee. Hay que seguir sin cansarse. Lo que se hace no cae en saco roto.

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  6. Mi pena es no estar en Triana. ¡Qué ganas tengo de vender mi piso de Córdoba para volver allí! Con lo que a mí me ha gustado siempre embarcar a la gente en proyectos e ilusiones. Nada hay mejor que darlo todo por aquello que amas, y Triana tiene muchas cosas por hacer todavía y mucha gente con ganas de emplear sus manos. Mañana empiezo unos nuevos capítulos en el blog diciendo qué hicimos por el Flamenco de Triana desde la Peña "La Soleá". ¿No hay nadie que venga trasladado a Córdoba y quiera un buen piso?

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