
Pero pasaban los días y, como toda Sevilla, como toda Andalucía, como toda España, como todo el orbe -donde habitamos, a pesar de todo, hombres y mujeres de buena voluntad- tuvimos por fuerza que conocerte, que amarte desde la lejanía cada día más cercana de tu historia, que rezarle por ti a Dios en nuestras oraciones, y, a medida del paso lento de los segundos -tan rápidos en otras ocasiones- unirnos a las salobres lágrimas de tus padres, a los que, sin conocerlos, como a ti, nos sentíamos todos encadenados en el mismo dolor trágico de tu ausencia.
Estés donde estés, quiero que sepas que todos hemos sufrido y seguimos sufriendo el calvario de tus progenitores, de tu familia y de tus amigos, que con ellos sentimos tu desaparición como si hija nuestra fueses, que en sus duermevelas estamos con ellos buscándote por todos los rincones que imagina la memoria, que medimos con el alma las horas y los días desde que nos faltas.
De cieno del río grande están llenas nuestras manos buscándote por sus orillas; llorosos nuestros ojos del ácido olor de un vertedero que movimos con el corazón; bautismados los pies de barro por intentar dar contigo en una zanja imposible.
Desde hace un año justo, todos somos tú, Marta. Todos hemos sentido el gran desgarrón de tu ausencia, las dudas de tu búsqueda, la sinrazón de la justicia y el odio al silencio de cuatro niñatos que no sólo jugaron contigo, sino que siguen cachondeándose del dolor solidario de un pueblo.
¡Ojalá, Marta, no te hubiese conocido, no hubiese visto jamás tu rostro juvenil, tan en flor, como llamarada de grito en las paredes, porque tu ausencia nos sigue haciendo llorar a todos de amor por ti, pero también de rabia y de impotencia!
Muchas gracias por tu sentir. Es este calor y apoyo,lo que nos ayuda a seguir con fuerza en la lucha para que se haga justicia y algún día podamos encontrar su cuerpo.
ResponderEliminarSoy familia de Marta y me ha redireccionado tu blog una amiga.
De nuevo: MUCHAS GRACIAS
Lo triste es que tuviera que escribir esta página, tan lena de dolor. Si eres familia de Marta dile a sus padres y al resto de sus familares que un sevillano que vive en Córdoba está con todos vosotros, con vuestra gran pena y en el deseo, al menos, de que se haga una justicia ejemplar.
ResponderEliminarHoy, de paso, hablo también de Marta en el primer comentario de mi página.
Un abrazo para todos: Emilio