jueves, 3 de mayo de 2018

DESDE MI TORRE: HAY MUCHAS "MANADAS"


Son unos auténticos cerdos, violadores, gente que no tienen la vergüenza de ser personas con propia identidad y que tienen que unirse en una manada, como los animales, como los lobos de nuestras sierras, aunque más sangrientos y con sus conciencias deformes. Es una pena que esto ocurra en nuestros días y que, además, haya parte de la Justicia que no sepa interpretar qué es un caso de violación y qué uno de abuso. Si a uno/a le atacan cinco brutos sin escrúpulos: ¿no sabe interpretar la Justicia si es abuso o violación a estas alturas de la vida? Pues que se metan a fontaneros y dejen la toga. Dicen, cuando sucede una cuestión tan grave como la que han protagonizado estos niñatos, paisanos míos para mayor inri, que el Código Penal está obsoleto y que hay que cambiar de él algunos puntos. ¿Ahora lo dice el ministro Catalá representando al PP y echándose encima a toda la judicatura? ¿Sólo se cambia algo en España cuando el pueblo se tira a la calle y grita, llenando todos los huecos de las ciudades, que ya está bien de tantas humillaciones? Pues la verdad es que parece el mejor sistema: echarse a la calle y gritar, y que nos escuche la monarquía, y el gobierno, y sus jueces, y los gobiernos de Europa y de todos los pueblos del mundo. Ya está bien de tantas bondades como adjudican estos políticos a un país que no ha dejado de ser tercermundista desde hace muchas décadas. Y ya está bien del miedo que ha tenido el pueblo. Hora es de gritar y de que no nos impongan más vergonzosos silencios.

José Ángel Prenda Martínez, "El Prenda" por apellido y por nombre de jefe de estos desalmados; Ángel Boza; Jesús Escudero, peluquero en mi arrabal trianero; Antonio Guerrero, miembro de la Guardia Civil; y Alfonso Jesús Cabezuelo, militar, con edades que oscilan de los 26 añitos a las 30, han escrito, y sin rubor, una de las páginas negras más tristes de la historia de España. Menos mal que la sociedad ya está cansada de tanta inoperancia de nuestros políticos y se ha convertido en voceadora eficaz de tantas ofensas y en peticionaria de unas penas acordes para estos delitos.

Pero, desgraciadamente, existen muchas más manadas en todos los países. En el nuestro, no olvidemos la compuesta por muchos miembros de la Curia, no todos por fortuna: pederastas, agresivos con sus alumnos en épocas no muy lejanas, amantes y cobijadores del franquismo y, algunos, altos prebostes, hasta defensores de ETA, la banda más sanguinaria de España durante décadas de horrores y asesinatos.


También existieron y aún siguen existiendo manadas políticas: no hay que olvidarse de los GAL del PSOE y de cuando el PP quiso continuar en el Gobierno acusando a quienes no eran autores de la masacre, la más terrible en la historia de nuestro país, de los trenes de cercanía en Madrid, ocurrida el 11 de marzo de 2004 con el resultado toral de 193 muertos y cientos de heridos, sabiendo, desde el primer momento del vil atentado, que había sido cometido por una célula yihadista. El gobierno y la oposición no dieron la cara, meses más tarde, ante la Comisión en donde Pilar Manjón, entre lágrimas, los llamaba cobardes. Fue una de las páginas más vergonzosas de nuestra historia. Y hasta hoy.


Y manadas policiales. Y manadas de todos los signos y colores. Hacía falta la manada de las violaciones sexuales a las mujeres. Y ya está aquí, al parecer porque la cosa tiene gracia y una parte de la juventud tiene que divertirse a costa del dolor de sus víctimas. Aparte de la acción puntual de estos asesinos sexuales, es que es raro el día que una mujer no muere a manos de sus compañeros de cama, de los del trabajo, o de los amigos accidentales de una noche de copas que se presumía feliz.

Ricardo Javier González es un juez que ha emitido un voto discrepante con una sentencia "tan fuerte a la manada", pidiendo la libre absolución de los cinco golfos. A toda España, a toda Europa, a todo el mundo le ha parecido una auténtica aberración esta opinión personal dictada desde su corazón y desde su oficio de legislador. No sé qué entiende por justicia este hombre que ha estudiado muchísimo para aplicarla. No sé si está casado y si tiene hijas. Ignoro, ante su opinión, qué haría si en vez de esta chica, María, tuviese que juzgar, o dar su parecer como jurista, si fuese su propia hija la que cayese en manos de estos vándalos. Tendríamos que recordar lo del gran aserto antiguo: "Justicia, señor, pero, por mi casa, no".



Manadas hay muchas, como ésta por la que se encuentran divididos jueces y fiscales por un desacertado comentario del Ministro de Justicia. Pero, desgraciadamente, no hay un Gobierno, ni una Justicia, ni  un Jefe del Estado, ni unos medios de comunicación libres que persigan con honestidad, y la mirada limpia, todos los delitos que se cometen en este triste país que se llama España. Ellos, como casi siempre: "A vivir, que son dos días".


2 comentarios:

  1. Se les veía venir que iban por mal camino. Unos auténticos golfos. Pero como toque de atención la condena de nueve años de cárcel no está nada mal (si se cumplieran uno tras de otro). Porque en la justicia también hay muchos casos que hacen hervir la sangre. Como el psicópata que mató a tres de sus convecinos en la flor de la vida de manera salvaje y después de ser condenado a treinta años sólo cumplió diecisiete.
    PD: El cambio de imagen del otro artículo, a mi parecer, es más acertado.
    Un saludo

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  2. No están mal 9 años siempre que se cumplan. Lo que tiene de positivo esto que ha sucedido es que las cosas no van a seguir siendo igual.
    PD: Pues sí, la corrección de imagen es más acertada.

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