DESDE MI TORRE: Y YO, DE PINTORES...

Para distraerme un poco y llevar mi mente hacia otro lado, no he cometido mayor barbaridad que decidirme por darle unos cambios al piso, pintarlo de nuevo y pegarle unos toquecitos de nueva decoración. Si lo sé -que lo sé, porque he vivido como decorador toda mi vida-, no lo hago. Quita cuadros, limpia cuadros, pon cuadros. Descuelga cortinas, lava cortinas, cuelga cortinas. Los pintores por un lado, la limpiadora por otro, yo sorteando obstáculos... Cuando se termina -que aún queda bastante-, la verdad es que merece la pena el esfuerzo, pero antes y durante se pasa el quinario y se arrepiente uno mil veces de aquel día en que tomó la decisión de lavarle la cara a los aposentos. El tapicero que no viene, el del mármol que no contesta, el persianista que no está cuando se le llama, el de los muebles que anda un tanto distraído... Y después dicen que nadie compra y que hay mucho paro. Aún siendo eso una verdad como un templo, no es menos verdad que aquí nos movemos menos que el "tapón" de Matalascañas, y así no podemos salvar a esta Andalucía a la que se han encargado de hundir totalmente los políticos con el expolio diario de sus arcas.

Aunque he estado y sigo estando liado, leo cada día la prensa a las 7 de la mañana y, vaya por donde vaya del piso, tengo puesta la radio en todas las habitaciones para no perderme nada de cuanto sucede. Lo hago por precaución, por si un día me anuncian que hay que salir corriendo de aquí y que maricón el último, que los de la Junta van casa por casa a esquilmar todo lo que tenga valor.

Y de esta manera me he enterado del nuevo latrocinio que, "presuntamente" han cometido nuestros "salvadores" en esta tierra que no se merece tener como representantes a una pandilla de ladrones. Ya no bastan los EREs, no ha servido para un examen de conciencia el despilfarro cometido durante treinta años del Partido Socialista en Andalucia, para nada ha sido válido ese millón doscientos mil andaluces en el paro. Había que robar más. Y hoy nos hemos despertado con el caso Invercaria, esa especie de oscuro maremoto que dieron en llamar Inversión y Gestión de Capital de Riesgo de Andalucía, y que no ha tenido mayor riesgo que cuando una chavalilla, muy mona de cara, pero con las manos más largas que las de Urdangarín, o casi, Laura Gómiz, su Presidenta, ha formado la de Dios es Cristo.

¿En qué manos estamos? Antes, en la época de Julián Antero de Zugasti, jefe político de Córdoba, enemigo declarado del bandolerismo, se sabían los nombres oficiosos, o apodos, de aquellos que hacían sus fechorías por la larga línea de Sierra Morena, desde Cantillana hasta Despeñaperros, por las fronteras de la Subbética, o por los intrincados caminos de la sierra de Ronda: "El Pernales", "Los 7 Niños de Écija", "El Tempranillo", Pedro Zambomba, Juan Caballero, Luis Candelas, "Melgares", "El Niño de Arahal", "Pasos Largos", Diego Corrientes, Juan Palomo... Ahora, estos nuevos bandoleros visten de trajes caros y corbatas de Armani, y ellas -porque con esto de la ley de la igualdad se han subido al carro del gobierno y del trinca-, con vestidos de firmas internacionales. Total: paga la caja andaluza. Antes, a los bandoleros se les notaba por sus caballos, sus facas en las faltriqueras, los trabucos visibles y una cara de mala leche que no se les podía aguantar. Ahora, sin embargo, son amables, educados/as, corteses/as, con cierta cultura adquirida en un curso de diez días, con un sonrisa Profidén recién estrenada en Vitaldén..., pero con una jeta más dura que el mármol de Carrara. Entre burbon y burbon te han metido diez veces sus manos en la cartera y ni siquiera te has enterado. Ni el mago argentino Rene Lavand, que es extraordinario con su sola mano izquierda, gana a esta tropa en el arte de robar, escamotear, y llevarse... lo que haya que llevarse.

Un nuevo golpetazo más para Andalucía, esta tierra riquísima que aporta como material bruto del país la cifra de parados que significan un 22,85 % de la totalidad de España y que, según se aventura, va a subir tres puntos de aquí a muy poco. Y Griñán, tan beatífico, diciendo que esto es un nuevo montaje del PP antes de las elecciones del próximo día 25, y los del PP diciendo tela marinera del PSOE, y el pueblo, es decir, nosotros, aguantando una y otra vez esta desvergüenza que no tiene nombre. Tan malo es fray Pablo como fray Pedro. Tan embusteros unos como otros. Andalucía está movida. A España le han temblado hoy los cimientos con el nuevo caso de Invercaria. Europa habrá escuchado lo que está pasando. Nuestra comunidad, una vez más, por culpa de sus nuevos salteadores, está en la mira de la lupa, aunque no hay que poner ninguna lente para darse cuenta del descalabro. Y yo, queridos amigos, de pintores...