domingo, 25 de marzo de 2012

DESDE MI TORRE: ¡NOS QUEDAMOS SIN POLÍTICOS!


Salvando a todos los honrados que tengan que salvarse, que también son muchos, con la Ley de Transparencia que quiere instaurar el nuevo gobierno, y de cuyo anteproyecto se dio lectura el pasado viernes, o mucho me equivoco o casi puedo asegurar que la legión de arribistas que se tiraron al terreno de la política para forrarse, haciendo del robo y la corruptela su oficio, como en aquella escuela de Monipodio que tan bien nos retratase Cervantes en el Siglo de Oro, se buscará otra profesión, como, por ejemplo, intentar engañar con sus dotes de caradura a un nuevo colectivo. Porque ya me dirán ustedes qué va  a hacer un neopolitico que no pueda meter la mano, que no pueda colocar de director general a un cuñado, ni jubilar a una suegra que nunca cotizó, o tener que pagar las putas y la coca de su bolsillo, pagarse su móvil y el taxis correspondiente. ¡Ya me dirán! ¿No es una pena que tengan que buscarse otro trabajo por culpa de  una nueva ley que les va a exigir honestidad, transparencia, eficacia, conducta digna e impecable y los más elementales principios éticos...?

Pues así parece que va a ser de aquí a muy poco. ¿Y para eso se han metido los muchachos tantos kilómetros de mítines, tantos almuerzos proclives al colesterol y al ácido úrico, y han tenido que contar tantas y tantas mentiras en pro del partido al que representan? ¿Así los van a tratar a partir de ahora, a ellos, a los que se preocupan y enferman de los nervios por el bienestar social de los demás, porque nadie esté en el paro, por que cada español tenga una vivienda digna y una sanidad pública eficiente, y...?

Ya me dirán quién va a querer estar en las listas de los partidos si se les va a vigilar con lupa de alta precisión; si todos los ciudadanos -por fin vamos a ser ciudadanos- tenemos derecho a acceder a la información pública, a saber cómo se gasta el dinero público y quién se lo está gastando; si las administraciones tienen que publicar los contratos adjudicados, las retribuciones de altos cargos y todas las ayudas públicas con indicación de importes, objetivos y "beneficiarios"; si, además, pueden ser inhabilitados para cargos públicos y por su mala gestión pueden ser castigados y caer sobre ellos sanciones penales, amén de tener que restituir las cantidades indebidamente percibidas... ¿Quién va a querer ser político cuando se les ha quitado el chollo del coche de alta gama con su chófer correspondiente, las múltiples prebendas, las vacaciones pagadas por sus "beneficiados", los almuerzos y cenas de trabajador, tan agotador por otra parte...? ¿Quién, decidme, quién?

Nos vamos a quedar sin políticos. Tantos años pidiéndolo y, por fin, el jefe del Ejecutivo ha hecho temblar los cimientos de estos profesionales que se han desvivido por nosotros. ¡Qué de tiempo se ha perdido desde el año 1977 hasta nuestros días!

Antes, los padres querían que sus hijos fuesen funcionarios: -Un puesto fijo para toda la vida, niño, y sin pegar golpe. Ahora, los funcionarios están más en la cuerda floja que el gran funambulista francés Philippe Petit. Cuando el mangui de los manguis de los partidos, todos los padres querían que se hiciesen de alguna de las innumerables siglas que crecieron como hongos cuando se inició la democracia: -Hijo, ya que eres un pésimo abogadillo, métete a la política, di a todo que sí y aplaude fuerte al jefe, que verás como llegas alto. Y unos llegaron altísimo y le crecieron las manos tan largas y rápidas que entraron en la cárcel, pero eso sí: sin soltar ni un duro de lo robado. Ahora, los padres, tan protectores de sus hijos, les aconsejan, tal como se está poniendo el telar, que "maricón el último".

Lo que van a hacer con estos muchachos, tan preocupados todos por el bienestar social, no tiene nombre. ¡Mira que aprobar esta Ley de la Transparencia cuando nadie sabía si quien robaba más era el político o su chófer, el presidente de Baleares o el del Betis, el macero de un ayuntamiento o un duque que no es de Palma del Río! ¡Vivir para ver! ¡Pena me dan!


4 comentarios:

  1. Bueno, Emilio.

    Me parece que la Ley de Transparencia es más un lavado de imagen del PP que una solución a la corrupción. Aquí te envío este artículo que encontré por si lo quieres leer:
    http://blogs.laverdad.es/libertas/2012/03/25/la-ley-de-transparencia-un-antidoto-errado-contra-la-corrupcion/

    Pero por ahora en lo poquito que gobierna el PP sólo se observa una manipulación impresionante: En la TV pública española, en Hacienda, con los jueces... están poniendo ha su gente, van a tapar en todo lo posible a sus políticos corruptos. Y a más a más todo el rato le hacen la pelota al rey, parece que el "yernísimo" encontró el paraiso en todos los lugares donde gobernaba el PP, Mallorca, Valencia, ahora salen cosas en Galicia...

    Por algunos que sean honrados, muchos sólo son unos sinvergüenzas y no los van a tocar.

    Y sobre la monarquía, el PP es y será siempre muy blando. Si los españoles quieren monarquía al rey lo tendrían que poner en su sitio. Ha hecho una gran fortuna con muchísimos chanchullos a parte de que su vida privada es totalmente diferente a la imagen que nos dan en las revistas. Habría que investigar como ha conseguido toda su fortuna.

    Me alegra que lo veas más positivamente que yo, a mi me parecen todos unos chorizos, sinvergüenzas... y la lista de adjetivos continúa.

    Saludos,
    Ia

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  2. Estimada Ia: Gracias por el envío del espléndido artículo que me has enviado de "La Verdad.es", firmado por Santiago de Munck Loyola, que me he leído muy atentamente y con el que estoy completamente de acuerdo.
    Como verás, mi comentario de hoy está hecho en tono humorístico y lleno de la guasa gorda e ironía sevillana. ¡Pobres muchachos!
    Esta claro que esta Ley es un lavado de cara para el propio PP, y jamás servirá para acabar con la corrupción. En las páginas que nos prometen en la web, saldrá lo que ellos quieran que salga, partiendo de la base que por supuesto no tendremos acceso a "corrupciones oficiales" y que no nos enteraremos jamás de las cuentas de la Casa Real, tan opacas como las del Gran Capitán.
    Me has entendido mal si crees que soy positivo con la implantación de esta Ley. Te repito que hay guasa gorda en mis renglones.
    Todo seguirá igual, igual que siempre. Si coges el mapa de Google de la corrupción en nuestro país, verás que está lleno de banderas azules (PP) y rojas (PSOE). Pasarán 30 años y ya no se podrá divisar el mapa de tantas banderitas como se van a ir sumando.
    Te recomiendo, si no lo has leído, la lectura del libro de Daniel Estulin, "La verdadera historia del Club Bilderberg" (Editorial Planeta-2005). Si lo lees, ya me comentarás.
    La lista de adjetivos que tú ofreces es demasiado parca, sería interminable seguir poniendo adjetivaciones.

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  3. ¡Ah! ¡Uff, hoy leí el texto muy rápido, estaba acabando un trabajo... y ¡uy! no me he dado cuenta que estabas irónico, pero ya me extrañaba que estuvieras tan contento con nuestros políticos.

    Gracias por lo del libro, miraré a ver si lo tienen en la biblioteca de Tortosa y si no para Sant Jordi.

    Saludos,
    Ia

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  4. Aclarado el tema. Seguro que encontrarás el libro. Puedes hacer el pedido por internet, salen a muy buen precio. El libro es un informe escalofriante, y te puedes llevar varias sorpresas que nos atañen.

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