martes, 13 de marzo de 2012

DESDE MI TORRE: HACIA UNA NUEVA ERA DE LA ESCLAVITUD


Esto de lo que nos contaban de la globalización no podía tener tantas ventajas como siempre han querido vendernos a los que les interesaba. ¿Por qué no llamaron a este tema el de la nueva esclavitud? Eso de que Alemania pueda mandar a toda Europa y nos llame al orden, para implantar una ambición que sólo a ellos beneficia, es un cuento macabeo que nadie entiende. Que no nos cuenten más cuentos, como decía el poeta zamorano León Felipe; que ya no nos canten más milongas desde que murió Angelillo, El Chato de las Ventas o Pepe Marchena; que no nos quieran convencer como los timadores de la estación de Atocha hacían con sus víctimas venidos de provincias. Que no, que el gobierno de lo que nunca se ha dado cuenta es de que el pueblo español no es tonto, que hay una juventud excelentemente preparada, y que ya nadie se cree las patrañas que quieren inculcarnos a golpes de decretos que se apoyan en la ley (?), aunque todos sabemos que esta reforma laboral es totalmente anticonstitucional.

Se empeñan en que trabajemos más por menos dinero. Nos ponen el ejemplo de los trabajadores suizos que no quieren más días de vacaciones. Nos comparan con los avanzadas comunidades de centroeuropa. ¿También en los sueldos y en la calidad de vida? No. Aquí hay que trabajar más, a menor costo, para que los ricos sean más ricos cada día y los pobres más pobres. Se han cargado a la clase media, alta y baja, que era la que de una manera eficaz levantaba al país. Pero nadie se ha preguntado dónde está o se ha distribuido el dinero de nuestros impuestos; por qué están en la calle tantos y tantos como debieran merecer más la cárcel que esos desgraciados que se dedican al menudeo de la droga o al tirón del bolso fácil.

Se deja caer ahora nuestro flamante Presidente Rajoy con esa cosa popularista, ciertamente interesante, de que se entreguen  a los ayuntamientos los millones suficientes para que paguen a los proveedores a los que han arruinado con su ineficacia y con el mangoneo cotidiano. Nadie los salva ya de la quema, porque casi todos tuvieron que cerrar sus empresas, echar a su trabajadores y llorar amargamente, y además no recibirán esta ración de la tarta si no mantienen sus empresas. ¿Saben mis blogueros cuántas miles de empresas ha arruinado el propio Estado?

Ahora va a haber dinero calentito. Miedo me da  de cómo se va a hacer el reparto. Sabiendo de la manera en que se ha manejado desde hace tres décadas hasta ahora el dinero público, poco me fío de que se haga con la honestidad suficiente para sacar de la quiebra a quienes ellos mismos arruinaron. Me imagino que el gobierno de Rajoy haya estudiado muy bien cómo se va a ejecutar el tema, y también quiero entender que auditará de forma eficiente que se cumpla su esfuerzo, bueno, el esfuerzo que hacemos todos los integrantes de esta país para tapar el agujero de una de nuestras etapas más negras de nuestra vieja historia.

Ojo avizor debe tener el gobierno que ha planteado y aprobado esta ley para que todo se cumpla según sus planes. Pero es que hay tanto mangante suelto, todavía, que no me fío ni un pelo de lo que pueda pasar.

Los trabajadores están hoy en el ojo del huracán. Dicen que trabajamos poco. Yo no he trabajado menos de doce horas diarias en mi empresa, cobrando ocho, y desde 1968 hasta el año 2009. ¿Me lo explican? Yo era un esclavo de mi empresa, pero al menos teníamos algunos derechos, esos que han quitado a mis hijos por culpa de unos gobernantes que lo más decente que pueden hacer es callarse y alabar a su clase trabajadora. En este caso sí que debe hablar Alemania del ejemplo laboral que dieron nuestros hermanos españoles cuando aquella emigración masiva de los años 60.

Jamás he ido a una manifestación, ni para pedir jamón de mejor calidad. Pero en esta ocasión, aunque estoy en contra de ella por el daño que le hace al país, y por estar totalmente en desacuerdo con los nuevos millonarios sindicalistas, Toxo y Méndez, -¡vaya dos ejemplares!- no dudaré en amparar a mi hijo y a mi nuera en lo que ellos califican, también yo, de una nueva esclavitud de la clase trabajadora.


8 comentarios:

  1. Son unos hipócritas estos políticos. ¿Cuándo va a ver una reforma que los políticos se bajen los sueldos y sus gastos? ¡Qué empiecen ellos! Ellos los primeros, cada partido que limpie primero su propio partido sacando a los políticos corruptos. Bueno, puede que sólo se salven poquitos. Y luego que sean los primeros en dar ejemplo.

    No sé porqué piden que la gente trabaje más o haga servicio social gratis con la cantidad de gente que hace esto. En el barrio de Barcelona donde vive mi madre hay muchísima gente retirada que va a ayudar a centros. Recoger comida, ropa, lavar, planchar, coses, preparar comida para gente que no tiene nada. Son personas de 70, 80 años que cuidan su casa y además luego van a ayudar.

    Las empresas que tienen amigos o familiares están apunto de cerrar. Pero ya hace bastante tiempo que todo decidieron bajarse el sueldo para aguantar y en otras, los jefes decidieron que despedían a los trabajadores, pero los trabajadores decidieron que aunque no cobraran continuaban yendo a trabajar para que la empresa no cerrara.

    Son unos cerdos estos políticos. Y la gente de muy buena pasta. Si exigieramos nuestros derechos tendríamos que salir todos a la calle y hacer como Gandhi...una marcha popular pidiendo que devuelvan todo el dinero robado.

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  2. Totalmente de acuerdo contigo: la gente es de muy buena pasta. Excelente expresión para definir a un pueblo tan honrado y trabajador como el nuestro.
    Algo tiene que cambiar, porque la sociedad no puede ser esclava de los intereses de unos cuantos.

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  3. Ya nos vienen avisando de que este tiempo podrido tiene sus días contados; ellos, los enemigos del pueblo, lo saben, pero, increíblemente, no dejan de echar más leña al fuego que los va a quemar. Sus intermediarios, los políticos, no piensan en lo que les va a ocurrir: un día, no muy lejano, tendrán que soportar las iras de aquellos a los que han abandonado. Orwell llevaba razón.
    Yo también iré a la huelga.

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  4. Pues, querido Ángel, para ir nosotros dos a la huelga ya tenemos que estar desesperados con la clase política.

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  5. ¿Sabes cuándo me dan pena los políticos? Pues cuando los veo pordioseando por las calles que nunca pisan, mirando a los que nunca ven y dejando en sus manos a las que nunca atienden un triste folleto que nada dice.
    Ayer estaban por mi barriada como locos, de portal en portal, pidiendo con el disfraz de corderos, dándoles caramelos y globos a los niños, ya que no le van a dar futuro.
    Vi a los que han usurpado durante tantos años los despachos que no les pertenecen, tantos años ignorando a los que ahora les suplica el voto con falsa sonrisa, esperando que olviden del pasado y argumentando -esa es su "ideología"- que los otros son aún peores...
    ¡Como para no ir a la huelga! Esta será la segunda vez que haré masa, algo que nunca me gustó.

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  6. A mí los políticos me dan pena siempre, y asco al mismo tiempo. Ya me tienen hasta el gorro de coger propaganda electoral del buzón, y con la mayor desvergüenza del mundo me paran por la calle para comerme el coco y entregarme sus panfletos. Como dice el maestro Burgos: -"Tes quiyá".Pues ya seremos dos más los que estemos en esa marcha, aunque a mí, como a tu, nunca me ha gustado.

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  7. La gente es de muy buena pasta, tanto que si no hay pasta no hay buena gente.
    La sociedad no puede ser esclava de los intereses de unos cuantos. En efecto, la sociedad es esclava de los intereses de la mayoría como bien demuestran cada día los especialistas en marketing.
    Gracias por su blog.

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  8. Demasiado está soportando el pueblo español con todo lo que ha estado pasando en las diversas comunidades. Raro es el día sin una noticia sobre alguien que ha dilapidado el dinero o se lo ha llevado por la cara.

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