Señor don Juan, quedito, que me enfado:
besar la mano es mucho atrevimiento;
abrazarme... no, don Juan, no lo consiento.
Cosquillas... ay Juanito... ¿y el pecado?
Qué malos son los hombres..., mas, cuidado,
que me parece, Juan, que pasos siento...,
no es nadie..., pues despachemos un momento.
¡Ay, qué placer... tan dulce y regalado!
Jesús, qué loca soy, quién lo creyera
que con un hombre yo... siendo cristiana,
mas... que... de puro gusto... ¡ay... alma mía!
Ay, qué vergüenza, vete... ¿y aún tienes gana?
Pues cuando tú lo pruebes otra vez...,
pero, Juanito, ¿volverás mañana?
Tomás de Iriarte
(1750-1791)
No hay comentarios:
Publicar un comentario