VIAJÉ
Viajé por el cristal  de los cristales
entre iris y espejos ondulantes.  
Viajé y viajé entre sueños fascinantes
por sorprendentes mundos irreales.
Soñé y soñé y fui hombre de ideales
y amé y me sumergí en acariciantes
e imaginarios sueños enervantes
y suspirantes besos musicales.
Viajé por la memoria del  amor
y rompí las  cadenas del olvido,
libre de  mi agobiante cautiverio.
Mi corazón de niño y ruiseñor
supo al fin que  vivir  tenía sentido.
Vislumbré  la  belleza del misterio.
 México D. F.  28 Agosto 2011  
 Del libro inédito: “Alquimia delirante”

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