EBRIEDAD DE SOL
Vente conmigo a esta caliente fosa,
al hueco en que un  arcángel nunca anida:
es foso de leones o manida
de sangre, no de pétalos  de rosa.
Aquí los huesos silban, y qué hermosa
es su canción de besos  y de herida.
El relámpago apenas tiene vida
en tanta huesa amante y  cavernosa.
Ay, ven conmigo. Duérmete a mi lado.
El gusano no puede con  el sueño,
vino es la muerte de metal fundido.
Tierra en la tierra ya,  nuestro costado
será un arpa que tañe el Sol -su dueño-
para darle al Amor  nuestro sonido.
Antonio Carvajal

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