No sé quiénes deciden la designación de una ciudad como Capital Europea de la Cultura, e ignoro qué baremo manejan para la misma, pero el martes yo estaba superconvencido de que Córdoba, la ciudad de las tres culturas, la ciudad tolerante, la romana y califal, la mayor y más esplendorosa ciudad de Occidente en aquellos tiempos, sería la designada y, además, por unanimidad.
No hay color entre Donostia y Córdoba, ni en la parte monumental ni en la cultural. Córdoba quizás sea la ciudad del país que más actos culturales programa a lo largo del año en relación a su número de habitantes. No nos podemos olvidar del Festival Internacional de la Guitarra, de su Noche Blanca del Flamenco, de su Fundación Gala, de su certamen anual de Cosmopoética, de sus Noches en los Patios de Viana, de su Concurso Nacional de Arte Flamenco... No podemos ignorar la gran pléyade de poetas nacida en estos lares y del movimiento cultural que desarrolla a lo largo del año, de su continuada labor editorial, de sus ciclos de ópera, de sus cotizados pintores o de sus artesanos guitarreros. Esa Cultura amasada de siglos sigue latente y viviendo entre nosotros, y no creo que San Sebastián, donde pasaban las vacaciones los señoritos andaluces para borrar los rigores del estío, posea esa herencia que en Córdoba aún se manifiesta cotidianamente.
Me dio pena cuando escuché el veredicto. Córdoba ha visto pasar de largo, una vez más, el tren de sus ilusiones. Recordé al momento aquel esperado mister Marshall del inolvidable Berlanga.
Ya digo que no sé que criterios se siguen para designación de tan gran calado. Pero que no me digan que la ciudad de las pistolas, del tiro en la nuca, de la hipoteca del miedo y el terror, del voto secuestrado, del mesiánico Otegui y de Bildu, pesa más que la de la cuna de Séneca, de Averroes y Maimónides, de Ibn Zaydún, de almanzores y alhaquenes, del grupo Cántico...
Andalucía, una vez más, en el furgón de cola.
Ha sido una mala noticia, Emilio. Supongo que al final habrá decisiones políticas en este tipo de designaciones pero parece que la segunda ciudad, por un voto de diferencia, ha sido Segovia. Donostia es una gran ciudad en la que también se programan importantes actos culturales de fama internacional como el Festival Internacional de Cine o el Festival de Jazz. Emilio, hace muchos años que en Andalucia tenemos una panda de políticos nefastos; dejemos de buscar culpables fuera de Andalucia y de una vez por todas tenemos que expulsar a esta partida de inútiles y ladrones que nos gobiernan. Tal vez el éxito de los vascos sea tener esos partidos nacionalistas que son capaces de defender los intereses de Euzkadi por encima de muchas cosas. Lamentable las declaraciones de Rosa Aguilar y de Paulino Plata culpando a otros de la designación de Donostia.
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