la placita de la Lonja
cuando la noche preñó
la tierra y el mar de sombras.
Una trompeta llenaba
Una trompeta llenaba
con sus aires musicales,
salinas y litorales
con su do, re, mi, fa, sol.
¡Titiriteros, qué gloria,
¡Titiriteros, qué gloria,
cuanta carga de añoranzas!
En la plaza de la Lonja
volví de nuevo a mi infancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario