sábado, 4 de septiembre de 2010

ENTRE COPAS Y COPLAS (3)


Hora es, sin duda, la del Ángelus para un certero brindis por nuestra tierra. Desde Ayamonte al Cabo de Gata, queriendo alzar las copas en esta hora mágica:

Desde la sed del secano,
brindad por Andalucía
con una copa en la mano. (17)

El vino como protagonista díscolo de si amigo o enemigo del hombre:

Dicen que el que bebe vino
se echa un amigo traidor,
si a mí me alegra la vida
¿por qué pensar en traición? (18)

Vino triste de la minería por la tierras de Cartagena, por Portmán, La Unión, Herrerías y El Garbanzal, minas del Cabezo Rajao, El Tranvía, La Palmera, Los Momos...:

Echa una copa de vino
y otra más y después otra,
que quiero ver si termino
olvidando en cada copa
de las minas el camino.

Vino para la reflexión de la guerra civil con la que España se llenó de sangres y rencores:

Échale amargura al vino
y tristeza a la guitarra:
compañero, nos mataron
al mejor hombre de España. (19)

Horas justas para el buen beber las que nos trae esta copla:

El néctar, de la mañana;
los finos, del mediodía;
la noche, de mi serrana
y la madrugada mía. (20)

El amor, como el vino, amarga o endulza la existencia:

El vinillo del querer
está lleno de veneno,
de canelita y de miel. (21)

Donde el vino entra, la verdad sale, dice el refrán. La copla nos refrenda la sabia veracidad de los decires:

El vino da libertad
pa decir lo que se siente,
en cambio el que fresco está
se reserva de la gente
por no decir la verdad.

La copla, a veces, también nos trae en vino metafórico del llanto:

El vino que bebía
se ha derramao,
y no ha sío que mi mano
me haya temblao.
El vino es santo,
es que el cuenco no pudo
con tanto llanto.

Una buena copa de vino, bebida con lentitud, bien puede asemejarse al capote de un buen torero cuando es capaz de parar el tiempo en las alas de una media verónica:

El vino se paladea,
y se paladea el toreo
de El Gallo cuando torea.

De nuevo sirve la copla, por medio de La Repompa de Málaga, para recordar el semblante de un mal amor:

En er cristá de mi copa
tu cara se reflejó
y aquer poco de licó
que yo me llevé a la boca
de veneno me sirvió. (22)

Vino de la soledad y la meditación del mediodía en la preciosa coplilla de Concha Lagos:

Hoy aquí, mañana allá,
ahora en vaso, luego en copa.
Yo a mi vino sosegado,
a mi compás y a mi copla. (23)

Cada cosa da lo suyo, aunque siempre sea el vino quien tiene fama de libertario:

La mujer da la alegría,
el vino la libertá,
el Presidente la oreja
y el torillo la corná. (24)

La segunda copa, de las tres, es la que más se saborea. Copa de mitad del camino para el andariego solitario por las trochas del alma:

La segunda en el pecho
repica y canta
y te enciende un jilguero
por la garganta.
Cosas del vino,
que igual acaba en lumbre
que acaba en trino. (25)

La tercera, sigue diciendo el poeta amigo Antonio Murciano, es para santigüarse. Hermosa liturgia para la hora más cabal del reloj:

La tercera en la frente,
yo me santiguo
que es vino nuevo y tiene
sabor antiguo.
Sol en cristales,
la tercera es la copa
de los cabales. (26)


(17) Murciano, Antonio y Carlos. "Los ángeles del vino y otros duendes". Caja de Ahorros de Jerez. 1984. Pág-74.
(18) Escobar, J. (letra) y Cortina, J. (música) "Brindis". Canción interpretada por Manolo Escobar.
(19) García Serrano, Rafael. "La fiel infantería". Editora Nacional. Madrid. 1943. Pág-254.
(20) Murciano, Antonio y Carlos. Ob. cit. Pág-49
(21) Manrique, José. "Coplas flamencas". La mano en el cajón. Barcelona-1982. Pág-160.
(22) Tangos grabados por La Repompa de Málaga.
(23) Lagos, Concha.
(24) Villalón, Fernando. Ob. cit. Pág-96.
(25) Murciano, Antonio. Ob. cit. Pág-38.
(26) Murciano, Antonio. Ob. cit. Pág-38

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