domingo, 12 de septiembre de 2010

ENTRE COPAS Y COPLAS (11)


A los borrachos, aunque es un ingrato y triste proceder, siempre se les ha señalado de mala manera, o poco ortodoxa, como a las prostitutas. Lo triste es que entre pueblos hermanos de Cádiz siempre alguien señale con el dedo, como el chivato de San Juan:

De Medina son los zorros,
de Vejer la pompa vana,
de Conil los desechados,
los borrachos de Chiclana.

La borrachera de amor a la que antes citaba, la de la nostalgia, la de la tristeza, la de la soledad, la del constante martilleo en un ir a mal y acabar peor. Alosno nos trae la copla:

Dice la gente que ando
en contínua borrachera,
si supieran los motivos
quizás la razón me dieran
y se emborracharan conmigo.

Borrachera de la necesidad. Frío de invierno que no importa. Dejadez suma ante la vida o la muerte:

Échame usté una copita
que hoy no he bebío ná
y estamos a pleno enero.
¿A quién le puede importar
si me emborracho y me muero?

Las críticas en nuestra tierra es práctica habitual. También por todo el país. La envidia y el comentario malicioso -puya siempre envenenada-, son deportes nacionales de los que siempre han dado buena cuenta los escritores de todos los tiempos. Habla el pueblo de Alosno con su sabia palabra:

El hombre callao es tonto,
y si habla, un hablaó,
si bebe vino, un borracho,
si va a misa, un santurrón
¡cómo será ese muchacho!

Advertencia al bebedor nato:

El Cuchara y Perolino
siempre andan discutiendo,
Perolino siempre avisa
que no beba demasiado,
que beba como en la misa.

Viejas y entrañables tertulias cordobesas, y medida filosofal antes de la penúltima copa..., por si las moscas:

En bebiéndome otra copa
no hay quein me lleve a mi casa:
que vivo en San Agustín
junto a los Padres de Gracia.

Negación de la bebida es bebedor de por vida. Leamos esta copla que goza de todas las variantes que se quiera: "El padrino y la madrina", "Los gallegos en Galicia", etc.:

En Málaga los serenos
dicen que no beben vino,
y con el vino que beben
puede moler un molino.

Borrachera de aúpa la de esta copla:

Entró y no me conoció,
qué borrachera tendría,
pasó por la vera mía
y un cigarro me pidió,
lloraba y no lo encendía.

Cierto estoicismo ante la borrachera, ante la adjuración, ante el olvido humano y ante la muerte:

Er que bebe se emborracha;
er que no jura, reniega;
aquer que se ba, lo orbidan;
y ar que se muere, lo entierran.

La borrachera también se incluye en los tratados populares. ¡Vaya que sí! Tomen nota del estilo para cerrar las jambas de la casa:

Esta era mi primita,
la que lavaba,
bebía vino
y se emborrachaba
y le daba tetita a su niño,
como era tuerta
con el culo empujaba la puerta.

Hay que tener cuidado a quién se contrata para posibles viajes, no nos vaya a pasar lo que anota Germán Suárez Blanco en su libro "Léxico de la borrachera":

Esta noche no hay coche
porque el cochero
ha agarrado una rasca
de un día entero.

Mal hábito el de la borrachera si no se controla familiarmente:

Hábito tuvo mi padre,
y con él murió mi abuela,
y también lo tengo yo
de nunca hacer cosa buena.

Algunas veces, muy pocas, las borracheras suelen ser buenas para el amor:

Hasta que no te emborrachas
no bienes en busca mía:
anjolá y te emborracharas
toítas las horas der día.

Aunque en eso del vino para los amoríos no es cuestión en la que todos estén de acuerdo. Bebamos esta copla:

Hay un vecino en mi calle
que bebe para olvidar,
eso es cuento de camino,
porque aquel que se emborracha
es porque le gusta el vino.

Y hay amores que, desgraciadamente, sólo se cumplimentan cuando el hombre está borracho. Fuerza de pasión, fuerza de dolor. Inmenso amor, sin duda:

Sólo cuando estás bebío
te acuerdas de mi queré:
permita Dios que te bebas
Sanlúca, er Puerto y Jeré.

Amor y borrachera. Promesas y más promesas con la copa de por medio. Conversación de borrachos:

Un domingo de Torrijos
dijistes que me querías,
y ar fin y ar cabo salió
que lo dijo la bebía.

2 comentarios:

  1. Es extraordinario tu esfuerzo en estos trabajos y es de agradecer. La última copla me ha recordado otra romería que ponía de gala la calle Castilla, la de Torrijos; era un gran día para Triana. Existen muchos testimonios gráficos y literarios de lo que suponía el paso de estos romeros camino de Valencina, similar a la comitiva del Rocío.

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  2. Hay un testimonio de ella en las narraciones del barón Davillier en su libro Viajes por España en la que habla de Triana.

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